Cavs, Lakers, Thunder, Wade... ganadores y perdedores del cierre de mercado NBA

Del todo o nada de los Cavs y la buena operación de los Lakers al desastre de los Grizzlies o la parálisis de los Thunder. Lo mejor y lo peor del último día de mercado.

Juanma Rubio
As
-CLEVELAND CAVALIERS: Protagonistas absolutos de un experimento que nunca habíamos visto. Un equipo que partía como aspirante en el inicio de la temporada se ha reformulado en una versión 2.0 en cuestión de minutos. Pero era el electroshock necesario porque la condena a muerte ya la tenían garantizada. Hay que ver hasta qué nivel competitivo (y más a tan corto plazo) pueden llegar los que van (Hood, Nance), los que vienen (Hill) y los que parece que ya han llegado su estación (Clarkson). Pero los Cavs ha deshecho un vestuario ultra tóxico y un equipo en, sin exagerar demasiado, riesgo de irse a la calle a las primeras de cambio en playoffs. Ganarán como mínimo a un LeBron James suponemos que más feliz y desde luego más obligado a volver a liderar. Ganarán más defensa y más músculo joven y la certeza de que no se quedaron de brazos cruzados esperando a que la fe y los mantras arreglaran lo que ya estaba totalmente roto. Y todo sin soltar ni a Kevin Love ni el pick de los Nets.


-LOS ANGELES LAKERS: Entre bromas de Magic Johnson sobre el tampering y el contrato inamovible de Luol Deng, los Lakers han hecho que parezca fácil lo que sonaba a ingeniería agotadora de despachos: ya tienen margen para dos grandes estrellas de cara a este verano o al de 2019. Y en el proceso se han llevado una primera ronda baja (pero solo hay que ver dónde draftearon en junio a Kuzma y Hart) y solo se han desprendido de Jordan Clarkson y Larry Nance. El primero tenía un contrato que le sacaba del medio plazo y el segundo se había convertido en una pieza menos necesaria con la explosión de Kuzma y la reconversión de Randle en un titular con galones. Este, además, podría acabar renovando porque su nivel está siendo (este año sí) muy alto y el mercado veraniego va a ser anémico. Y como es agente libre restringido... Una operación nada traumática pero muy beneficiosa para los Lakers.

-DETROIT PISTONS: Contemos desde la llegada de Blake Griffin y sumemos la aparición de un profesional de los backcourt como Jameer Nelson y una excelente pieza de rol como James Ennis, que llena un hueco evidente en las alas de los Pistons. Gran defensor y capaz de anotar tiros liberados, debería encajar como un guante en un equipo que ha tenido aspecto de playoffs desde la llegada de Griffin: sin jugar excelentemente bien, están en el top-8 en defensa y ataque desde el trade y amasan ya un +22,4 por cada 100 posesiones con Griffin y Drummond juntos en pista.

-DWYANE WADE: Tiene 36 años y vuelve a casa porque no quería saber nada del follón que había montado en Cleveland. Los Cavs le ofrecieron quedarse con un rol menor y LeBron le despidió con honores. Todo impecable. Y para él, egoístamente, una bendición. Regresa a donde pasó 13 años y es mucho más que un jugador de baloncesto y lo hace, menos de dos años después, con 40 millones más en el bolsillo después de los fregados económicos con Pat Riley que le enviaron fuera de Florida: 23,2 millones por un año en su Chicago natal, unos 16 millones del buyout de los Bulls y los 2,3 que firmó para esta temporada.
PERDEDORES DEL CIERRE DE MERCADO:

-MEMPHIS GRIZZLIES: Hace tiempo que dejaron de pasar cosas buenas en Tennessee. Un directivo tan curtido como Chris Wallace se está enredando en una madeja de muy difícil solución. Sin primera ronda en 2019 y con un mercado de agentes libres del que en los dos últimos años han sacado solo a Chandler Parsons y Ben McLemore, los Grizzlies deberían haber traspasado a un Tyreke Evans por el que se habían interesado varios equipos. Hicieron bien en apretar en busca de una primera ronda, pero mal en no adaptarse a las ofertas que, al parecer, llegaron desde Denver y Boston (jugadores y segundas rondas). Con demasiada masa salarial comprometida y en tierra de nadie, no es precisamente una buena noticia la continuidad de un Tyreke que estaba apartado a la espera de que se cerrara un traspaso que nunca se cerró.

-ORLANDO MAGIC: Elfrid Payton fue un top 10 de draft y tiene todavía 23 años. Tiene puntos negros en su juego pero promedia 13 puntos y 6,3 asistencias con algún triple-doble ocasional. Debería valer, con sus defectos, más que una simple segunda ronda por mucho que en Florida no quisieran darle una morterada este verano. Pero ahí va una de esas franquicias que demuestran que perder mucho y muchos años solo significa... que estás perdiendo mucho durante muchos años. Payton se va sin dejar casi nada a cambio, como antes Oladipo o Tobias Harris y tal vez en un futuro próximo Hezonja y hasta Aaron Gordon.

-SACRAMENTO KINGS: George Hill llegó como un base veterano que tenía que servir de mentor para Fox y como prueba de que en Sacramento querían meter en la fórmula jugadores expertos para acercarse a la zona playoffs. Firmó por tres años y 57 millones que se han convertido en una losa que, con el equipo otra vez en zona cero competitiva, ha habido que traspasar para aliviar las marcas. Joe Johnson será cortado y ayer se deshicieron del número 13 del draft de 2016, el inexplicable Georgios Papagiannis. Hay franquicias que nunca parecen apuntar en la dirección correcta.

-OKLAHOMA CITY THUNDER: En el gran marco de las cosas, los Thunder no son perdedores. Esta era de hecho la ventana de mercado en la que, si todo hubiera salido mal, podría haber salido traspasado Paul George. En verano, era una posibilidad muy real. El equipo además acaba de dar un golpe de autoridad en Oakland y estaba amasando un proyecto inestable pero con el que dar mucha guerra en playoffs... justo cuando se lesionó Roberson. Sin el pegamento defensivo, el mercado ofrecía opciones tan interesantes como Bradley, Smart o Simmons. Y con Presti colgado del teléfono, todo podía suceder. Pero no sucedió nada, y los Thunder seguirán siendo peligrosísimos... pero seguirán teniendo un hándicap que podrían haber cubierto.

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