CASONA MAYORAZGO Museo sobre el Siglo XIX en la Llajta

Cochabamba, Los Tiempos
Uno de los pocos edificios que se conservan del período colonial en Cochabamba es la casona de Mayorazgo, vivienda de uno de los primeros españoles que se avecindaron en la Villa Oropeza. Corresponde al siglo XVI y, por tanto, la han ocupado sucesivas familias, prácticamente hasta finales del siglo XX, cuando fue recuperada y bellamente restaurada por el Municipio, añadiéndole algunos muebles antiguos y un piano de cola. En su patio se realizan eventos culturales, pero hasta hace pocas semanas era muy escaso el público que visitaba sus ambientes.


La situación ha cambiado con la inauguración que han hecho las autoridades municipales a la cabeza de Roxana Neri, de una parte de los ambientes del segundo piso, acomodando allí una serie de pinturas, láminas y documentos que corresponden a las figuras emblemáticas –y contrapuestas– de Mariano Melgarejo y Nataniel Aguirre. Los objetos han sido entregados y colocados por el historiador y gestor cultural, Mariano Baptista Gumucio, en una emotiva ceremonia, alegrada por la música de la banda municipal y un conjunto folklórico.

La idea es convertir a la casona de Mayorazgo en un museo que retrate la vida política y social de Cochabamba en el siglo XIX, en el que se produjo la guerra de la Independencia, la batalla de Ingavi, el fenómeno del militarismo, la guerra del Pacífico, la revolución federal y la guerra del Acre.

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EXPOSICIÓN En parte del segundo piso están pinturas, láminas y documentos que corresponden a dos figuras emblemáticas: Mariano Melgarejo y Nataniel Aguirre.
Nayda Tejerina
¿Por qué Melgarejo?
En sus palabras de presentación del material exhibido, Baptista Gumucio explicó por qué se había empezado con los personajes aludidos, indicando que más para mal que para bien, la figura de Melgarejo ha adquirido con el tiempo, un carácter mitológico. Él es firmante de los tratados con Chile y Brasil, que en el primer caso dieron pie al país vecino para avanzar sobre nuestro territorio y finalmente apoderarse del Litoral y, en el segundo, lograr grandes territorios en desmedro de Bolivia, sentando la hegemonía que logró en el territorio del Acre que Bolivia no pudo defender en 1900.
Es también autor de la ley de “ex vinculación”, por la que se puso en venta las tierras de comunidades de los indígenas. El museo, sin embargo, no tendría un carácter denigratorio ni apologético, sino que mostraría al personaje en forma objetiva. Melgarejo gobernó despóticamente el país por seis años y murió asesinado por su cuñado en Lima, en 1871. Había cumplido 51 años.
En todo caso, Melgarejo es ya un mito nacional. En el imaginario boliviano figura mucho más que todos los demás presidentes del siglo XIX y no por sus aciertos, sino por sus desmanes.

¿Por qué Aguirre?
El mayor mérito de Nataniel Aguirre que sirvió al país en forma brillante como diputado, prefecto de Cochabamba, diplomático y canciller, es el de ser autor de Juan de la rosa, considerada por el español Menéndez y Pelayo como la mejor novela americana del siglo XIX, y por el peruano Luis Alberto Sánchez como “una de las novelas más entretenidas y hermosas del continente”. Es, sin duda, un libro “fundacional” y encabeza la lista de las 10 mejores novelas del bicentenario. Nataniel Aguirre nació en 1843 y murió en 1888, víctima posiblemente de un cáncer a sus 45 años.
Forma parte de la muestra, el retrato para el que posó Melgarejo en 1865, del artista Zenón Iturralde, padre del político Abel Iturralde, y a su lado el de Juana Sánchez. El retrato de Aguirre está acompañado por otro de Margarita Achá, su esposa, hija del presidente José María Achá. Entre los numerosos documentos hay cartas de Melgarejo al emperador Napoleón III de Francia y a la reina Victoria de Inglaterra y una carta de la reina Isabel de España dirigida al mandatario boliviano, pero también figuran retratos del Rey Fernando VII, de los gobernadores Francisco de Viedma y Gonzáles Prada, del científico Tadeo Haenke y, naturalmente, Goyeneche, verdugo de esa ciudad y personaje de Juan de la Rosa. Por cierto, en una mesa de cinco metros, el visitante puede apreciar 30 acuarelas del artista Clovis Díaz, acompañadas de textos de la novela de Aguirre.
Déficit de museos
Al recordar una frase de Mario Vargas Llosa, de que un museo vale más que diez escuelas, porque no sólo educa y entretiene, sino que está abierto todo el año para solaz de grandes y pequeños; el gestor cultural hizo un llamado a las familias cochabambinas para que donen correspondencia, fotografías y retratos de sus mayores y que no los destruyan, como se ha venido haciendo en todo el país, recordando que hay que valorizar la herencia de los antepasados que nos han legado lo que hoy es Bolivia.
“Negar su obra”, añadió, “no sólo es estúpido, sino suicida, porque sin lo que ellos nos dejaron no tendríamos hoy nada”.
Es notorio que, pese a su importancia, la ciudad de Cochabamba, en materia museística, se halla muy a la zaga de otras capitales, como La Paz (en la que en la noche de museos, el público puede escoger entre 75 repositorios, mientras en la ciudad del valle los museos se pueden contar con los dedos de la mano), Sucre y Potosí.
El museo de la casona de Mayorazgo aspira a reducir ese déficit.


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Espacio cultural La intención es convertir este espacio en un museo que recuerde la vida social y política de Cochabamba en el Siglo XIX .
Nayda Tejerina
OTROS PERSONAJES

Baptista Gumucio explicó que en este museo figurarán otros personajes, como el general Quintín Quevedo, el escritor Benjamín Blanco, el político José Quintín Mendoza, José Aguirre Achá, hijo de Nataniel, el expresidente Mariano Baptista Caserta, Adela Zamudio y Man Césped.

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Carta de Melgarejo Entre los numerosos documentos, hay cartas como la de Melgarejo a Napoleón III.
Nayda Tejerina

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