Reino Unido apuntala sus lazos con Pekín ante el escenario post-Brexit

Theresa May aboga por negociar un tratado de libre comercio con el gigante asiático durante visita oficial a China

Xavier Fontdeglòria
Pekín, El País
Reino Unido, inmerso en arduas negociaciones para determinar en qué condiciones saldrá de la Unión Europea, busca en China vías para mitigar los efectos del Brexit sobre su economía. La primera ministra británica, Theresa May, llegó este miércoles a Pekín con el objetivo de reforzar los vínculos con el gigante asiático, uno de los mayores inversores y socios comerciales de Londres. May, que abanderó la libertad de la que gozará su Ejecutivo para firmar acuerdos bilaterales una vez el país abandone el mercado único europeo, obtuvo el compromiso de Pekín de que los lazos bilaterales avanzarán independientemente de cómo sea su divorcio con la UE.


"Nuestra relación no cambiará a raíz de los cambios que pueda haber entre Reino Unido y la Unión Europea", aseguró el primer ministro chino, Li Keqiang, tras reunirse en Pekín con su homóloga británica, informa Reuters. Se trata de la primera visita oficial de May al gigante asiático desde que llegó a Downing Street hace año y medio, cuando las relaciones entre ambos países sufrieron un revés temporal al ponerse en duda el proyecto nuclear de Hinkley Point, financiado con dinero chino. Con este escollo superado -la central atómica recibió finalmente luz verde- y la necesidad de Reino Unido de consolidar alianzas más allá de Europa, ambas partes apelaron a la "era dorada" entre los dos países, un término que fue acuñado por el anterior primer ministro David Cameron.

El comercio bilateral superó los 63.000 millones de euros el año pasado, un récord histórico, pero apenas un 3% de las exportaciones del Reino Unido terminaron en China. May y Li acordaron iniciar una revisión conjunta sobre comercio e inversión y el primer ministro chino anunció el levantamiento del veto a la carne de vacuno británica, en vigor desde la crisis de las vacas locas. "Es un buen paso para entrever lo que puede ser nuestra futura relación comercial cuando tengamos esa libertad fuera de la Unión Europea, pudiendo organizar y tratar estos acuerdos de forma bilateral", aseguró May. Horas antes, en el avión de camino a China, la primera ministra abogó por negociar un tratado de libre comercio con Pekín.

Londres no puede negociar ningún pacto en este ámbito hasta su salida efectiva del bloque comunitario, en marzo de 2019. La primera ministra ha viajado a China acompañada de más de 50 empresarios de las grandes compañías británicas con negocios o intereses en China y durante la visita se firmarán acuerdos por valor de más de 10.000 millones de euros, según la delegación británica.

A pesar de la buena sintonía, May se muestra algo más escéptica que su predecesor, David Cameron, al tratar con Pekín. La mandataria británica ha mostrado su voluntad de colaborar con la iniciativa china de revitalizar la antigua Ruta de la Seda (el proyecto bandera del presidente Xi Jinping, por el cual China financia una red de infraestructuras terrestres y marítimas para enlazar su país con el resto del mundo), pero ha pedido transparencia y garantías de que estos proyectos "cumplan con los estándares internacionales". May planteó asimismo la necesidad de que Pekín se una a las prácticas comerciales justas, mostró su preocupación por el robo de propiedad intelectual y, muy de puntillas, sacó a relucir la situación de los derechos humanos en China y el deterioro de la autonomía de Hong Kong.

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