México atraviesa el momento más sangriento de su historia
La cifra acumulada de asesinatos durante 2017, 70 muertes al día, supera a los peores años de la guerra contra el narco
Elena Reina
México, El País
Ni en los años más crueles de la guerra contra el narcotráfico se registraron unas cifras de homicidios tan altas como las que ha soportado el pasado 2017. Unas 70 personas fueron asesinadas cada día en México, en total se cometieron 25.339 homicidios dolosos. Hasta ahora, el año más letal para México había sido 2011, en plena batalla abierta contra los capos de la droga, una época donde los cadáveres llenaban las primeras planas de los periódicos nacionales. El último año rebasó, no obstante, aquella etapa oscura y batió el récord más sangriento de su historia.
Los primeros datos públicos que hay en la página del Secretariado Ejecutivo sobre homicidios son de 1997. En ese año se contaron 16.866, unos 46 al día. Aquella cifra subió sin piedad hasta llegar a los 61 asesinatos al día de 2011. Muchos creían entonces que la violencia en el país había tocado techo. En los años siguientes los números se relajaron, hasta tocar un suelo en 2014, año en el que paradójicamente se produjeron dos de las matanzas más simbólicas para el país: la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa y la matanza de civiles a manos del Ejército en Tlatlalya, dejando un reguero de 15 cadáveres.
En 2016, la violencia estuvo a punto de remontar a la que vivió el mortífero 2011. Y comenzaron a saltar las alarmas. En mayo del año pasado, la prensa nacional advertía de que se trataba del mes más letal en dos décadas. Y, al mes siguiente, se rompía un nuevo récord consecutivo con 43 víctimas más.
Mientras se sucedían las detenciones o muertes de los grandes capos, las cifras volvían a entrar en ebullición hasta la última cifra de noviembre, un mes en el que el Gobierno de Peña Nieto ha perpetuado el uso policial del Ejército en el país con la entrada en vigor de la llamada Ley de Seguridad Interior, una medida polémica que han denunciado cientos de asociaciones civiles, además de la ONU y la Organización de Estados Americanos (OEA).
Descabezados los grandes carteles, la atomización de los grupos del crimen organizado ha provocado una nueva lógica violenta, protagonizada por pequeñas células autónomas que han extendido además sus redes otro tipo de delitos: extorsión, robo, trata. El supuesto oasis que durante años representó Ciudad de México frente al crimen organizado ha terminado por evaporarse con acciones inéditas como el operativo militar del verano pasado en el sur de la capital para liquidar a un capo mediano.
La violencia se ha ensañado también en los focos turísticos del país. Baja California Sur, la perla del Pacífico, ha registrado en los últimos cinco años una crecida de asesinatos de más del 400%: pasando de 35 homicidios en 2012 a 560 en 2017. Otra joya paradisíaca, Cancún, ha pasado de 86 homicidios en 2016 a 220 en 2017, casi el triple.
Otros delitos estrechamente relacionados con el crimen organizado, como la extorsión, sufrió también un importante incremento durante el año pasado. En 2017 se contabilizaron 5.649 casos, casi 400 más que el año anterior y mil más que en 2011. El secuestro también se ha incrementado con respecto al año anterior: 1.148 casos, tres al día. Aunque no ha rebasado la preocupante cifra de unos 300 casos más de 2011.
El año pasado marcó también un punto de inflexión en el modo de recabar las estadísticas oficiales en México. La secretaría de Gobernación filtró durante finales de 2017 una lista donde aparecían desagregados 31 nuevos delitos, contabilizados durante los últimos tres años. Cumpliendo una larga demanda de las organizaciones sociales, se desglosan el número de investigaciones relacionadas con los feminicidios. La única fuente federal fiable que se disponía hasta ahora era el Instituto Nacional de Estadística (INEGI). Más de 1.500 investigaciones fueron abiertas por feminicidio. Vinculadas a la violencia contra las mujeres, se registran también en apartados independientes cifras sobre abuso (41,580), acoso (1.540), violación (15,757), hostigamiento (2.670) y violencia de género (5.101).
Elena Reina
México, El País
Ni en los años más crueles de la guerra contra el narcotráfico se registraron unas cifras de homicidios tan altas como las que ha soportado el pasado 2017. Unas 70 personas fueron asesinadas cada día en México, en total se cometieron 25.339 homicidios dolosos. Hasta ahora, el año más letal para México había sido 2011, en plena batalla abierta contra los capos de la droga, una época donde los cadáveres llenaban las primeras planas de los periódicos nacionales. El último año rebasó, no obstante, aquella etapa oscura y batió el récord más sangriento de su historia.
Los primeros datos públicos que hay en la página del Secretariado Ejecutivo sobre homicidios son de 1997. En ese año se contaron 16.866, unos 46 al día. Aquella cifra subió sin piedad hasta llegar a los 61 asesinatos al día de 2011. Muchos creían entonces que la violencia en el país había tocado techo. En los años siguientes los números se relajaron, hasta tocar un suelo en 2014, año en el que paradójicamente se produjeron dos de las matanzas más simbólicas para el país: la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa y la matanza de civiles a manos del Ejército en Tlatlalya, dejando un reguero de 15 cadáveres.
En 2016, la violencia estuvo a punto de remontar a la que vivió el mortífero 2011. Y comenzaron a saltar las alarmas. En mayo del año pasado, la prensa nacional advertía de que se trataba del mes más letal en dos décadas. Y, al mes siguiente, se rompía un nuevo récord consecutivo con 43 víctimas más.
Mientras se sucedían las detenciones o muertes de los grandes capos, las cifras volvían a entrar en ebullición hasta la última cifra de noviembre, un mes en el que el Gobierno de Peña Nieto ha perpetuado el uso policial del Ejército en el país con la entrada en vigor de la llamada Ley de Seguridad Interior, una medida polémica que han denunciado cientos de asociaciones civiles, además de la ONU y la Organización de Estados Americanos (OEA).
Descabezados los grandes carteles, la atomización de los grupos del crimen organizado ha provocado una nueva lógica violenta, protagonizada por pequeñas células autónomas que han extendido además sus redes otro tipo de delitos: extorsión, robo, trata. El supuesto oasis que durante años representó Ciudad de México frente al crimen organizado ha terminado por evaporarse con acciones inéditas como el operativo militar del verano pasado en el sur de la capital para liquidar a un capo mediano.
La violencia se ha ensañado también en los focos turísticos del país. Baja California Sur, la perla del Pacífico, ha registrado en los últimos cinco años una crecida de asesinatos de más del 400%: pasando de 35 homicidios en 2012 a 560 en 2017. Otra joya paradisíaca, Cancún, ha pasado de 86 homicidios en 2016 a 220 en 2017, casi el triple.
Otros delitos estrechamente relacionados con el crimen organizado, como la extorsión, sufrió también un importante incremento durante el año pasado. En 2017 se contabilizaron 5.649 casos, casi 400 más que el año anterior y mil más que en 2011. El secuestro también se ha incrementado con respecto al año anterior: 1.148 casos, tres al día. Aunque no ha rebasado la preocupante cifra de unos 300 casos más de 2011.
El año pasado marcó también un punto de inflexión en el modo de recabar las estadísticas oficiales en México. La secretaría de Gobernación filtró durante finales de 2017 una lista donde aparecían desagregados 31 nuevos delitos, contabilizados durante los últimos tres años. Cumpliendo una larga demanda de las organizaciones sociales, se desglosan el número de investigaciones relacionadas con los feminicidios. La única fuente federal fiable que se disponía hasta ahora era el Instituto Nacional de Estadística (INEGI). Más de 1.500 investigaciones fueron abiertas por feminicidio. Vinculadas a la violencia contra las mujeres, se registran también en apartados independientes cifras sobre abuso (41,580), acoso (1.540), violación (15,757), hostigamiento (2.670) y violencia de género (5.101).