Manu García da aire a un Alavés que agrava la crisis del Sevilla

Un solitario gol de Manu García en el 51' dio aire a un Alavés que, con un 1-0, agravó la crisis del Sevilla, que encadena su tercera derrota consecutiva en Liga.

Javier Lekuona
As
Un gol de absoluto genio de área de Manu García en el minuto 52 sacó al Alavés nuevamente de descenso y agravó la crisis del Sevilla, que encadena su tercera derrota consecutiva en Liga y atasca definitivamente el proyecto Montella. El Glorioso alcanza al Levante y deja claro que el tropiezo en Bilbao una semana atrás fue solo un borrón en la gran trayectoria con Abelardo. Este aportó caras nuevas y otra alegría: debutaron Guidetti y Hernán Pérez y volvió Laguardia, el alma de la defensa albiazul en la época reciente, tras una larga lesión.


El prestigio que ganó el Alavés fue descrédito en el caso del Sevilla, timorato y bastante ramplón. Es cierto que tuvo el control del balón durante gran parte del choque pero apenas gozó de ocasiones claras para marcar. Un disparo de Banega en la primera parte y otro de Nolito en la segunda fue lo más reseñable. Los vitorianos vez la luz y los andaluces pierden una oportunidad clara de echar el guante al Real Madrid.

Balón parado. En el minuto 3 Banega probó a Pacheco, que envió el esférico a córner. Los vitorianos apenas creaban ocasiones y el Sevilla tenía el balón pero no llegaba con claridad a la meta rival. Manu y Pina desactivaron bien la medular andaluza que apenas combinaba. Con Banega empequeñecido, sólo las internadas por la banda de Duarte inquietaban al Alavés. El peligro local llegaba, básicamente, gracias a las faltas y los saques de esquina botados por Ibai.

En el 50 se reclamó un penalti por posible mano de Kjaer pero todo quedó en anécdota porque, segundos más tarde, llegó el gol de Manu. Un derechazo al que no pudo llegar un Sergio Rico bastante dubitativo durante toda la tarde.

A partir de ahí, los vitorianos se replegaron y comenzaron a sufrir, especialmente desde el minuto 83 cuando Duarte fue expulsado por doble amarilla. Nolito estuvo a punto de marcar en el último suspiro, pero no era su tarde.

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