Macron plantea a Turquía una asociación con la UE en lugar de la adhesión

El presidente francés insiste ante Erdogan en la necesidad de “respetar el Estado de derecho”

Silvia Ayuso
París, El País
La suya no fue una despedida larga, ni afectiva. Tras su encuentro de este viernes con Emmanuel Macron en el Elíseo, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, se ha marchado rápidamente y casi sin ceremonial del palacio presidencial francés. La cita, con la que buscaba una puerta alternativa a Europa tras el portazo de Berlín, no se abrió. Macron incluso le ha recomendado que se replantee su ansiada integración en la Unión Europea, quizás más “como una asociación” que una adhesión, ha dicho. Y eso justo después de recriminarle la situación de las libertades en Turquía y entregarle una lista de periodistas y activistas encarcelados por el Gobierno de Ankara.


Erdogan sabía que su primera visita a una capital europea de envergadura desde el fallido golpe de Estado en Turquía en 2016, que le ha servido para realizar una intensa purga muy criticada internacionalmente, no iba a ser fácil. Ni siquiera con la firma ante la prensa de varios acuerdos comerciales, entre ellos uno sobre un sistema de defensa aérea y antimisiles y otro por el que la compañía aérea Turkish Airlines se compromete a adquirir 25 aviones A350 del consorcio europeo Airbus.

Por eso quizás ha lanzado rápidamente también sus propias advertencias. Turquía está “cansada”, dijo. Porque “vemos que hace 54 años que esperamos en la antesala de la UE”, recordó Erdogan, antes de lanzar una amenaza no del todo especificada: “Puede que esto nos lleve a tomar una decisión, porque no podemos estar permanentemente suplicando que nos acojan en la UE”.

Macron no ha recogido el guante. O sí, pero para lanzárselo de nuevo a su invitado. “Los recientes acontecimientos en Turquía no permiten ningún avance”, ha zanjado el presidente francés en referencia a las múltiples críticas internacionales ante la represión de las libertades en Turquía, donde más de 55.000 funcionarios, miembros de las fuerzas de seguridad, académicos, periodistas o activistas han sido arrestados desde el golpe, que también ha provocado la suspensión o despido de 140.000 personas.

“Mentiría —ha continuado Macron— si dijera que podemos abrir nuevos capítulos” en las negociaciones. Sería incluso una “hipocresía”, ha considerado. Por ello es momento, ha propuesto el presidente francés, de “estudiar si no podemos replantear esta relación no en el marco de un proceso de integración, sino quizás como una cooperación, una asociación con una finalidad, que es la de anclar a Turquía y el pueblo turco en Europa y hacer que su futuro se construya con Europa”, ha dicho ante un cada vez más serio Erdogan.

Pero el jarro de agua fría no acabó ahí. Todavía quedaba la cuestión del Estado de derecho y las libertades, especialmente la de expresión.

Macron ya lo había advertido. “Seguiré hablando, con Turquía, de la situación de los periodistas detenidos, impedidos de ejercer su trabajo”, había prometido en su declaración de año nuevo ante la prensa francesa, el miércoles. “Lo haré en el marco del respeto, pero con el deseo de defender, al mismo tiempo, nuestros valores y nuestros intereses”, subrayó el presidente galo, que gestionó el pasado verano directamente con Erdogan la liberación de dos periodistas franceses detenidos en Turquía, Mathias Depardon y Loup Bureau, detenido durante más de siete meses por cargos de terrorismo.

Durante su encuentro con Erdogan, una entrevista privada y un almuerzo de trabajo, Macron le ha entregado una nueva lista que repasó con él “nombre por nombre y caso por caso” de activistas y periodistas encarcelados, que el presidente turco ha dicho entregará a su vez al Ministerio de Justicia para que la analice.

Erdogan ha asegurado que su país “es un Estado de derecho” en el que la justicia “es independiente y toma sus propias decisiones”. Dicho lo cual, ha pasado a acusar abiertamente a algunos periodistas e intelectuales de hacer apología del terrorismo y de apoyar al predicador Fethullah Gülen, acusado por Ankara de estar detrás del frustrado golpe.

“El terrorismo no se crea solo, también hay jardineros del terrorismo, gente a quienes se considera pensadores, que escriben en periódicos. Son los ideólogos que llevan el agua a los molinos” del terrorismo, ha lanzado Erdogan.

Pero también ahí le ha parado Macron. “La libertad de expresión y de conciencia es un bloque, no se divide ni se deshace. Implica responsabilidades, porque ésas son las exigencias de la vida democrática", le ha espetado. La lucha contra el terrorismo, un asunto en el que París y Ankara están de acuerdo y mantienen una cooperación “excelente”, ha subrayado, es “la lucha contra personas que actúan para matar y son una amenaza radical a la seguridad pública”, ha señalado. “Pero manifestar una opinión, si no consiste en destruir al otro, es una opinión y tiene que ser libre. Eso es el Estado de derecho”, le ha recordado.

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