La tormentosa relación de Nahir Galarza y el joven al que mató de dos disparos
La joven argentina entra en prisión preventiva tras salir del hospital
Mar Centenera
Buenos Aires, El País
La argentina Nahir Galarza, de 19 años, está detenida desde el viernes por la noche, tras confesar que mató a su novio, Fernando Pastorizzo, con el arma reglamentaria de su padre, policía. Se declaró culpable después de que el cuerpo del joven, de 20 años, fuese encontrado con dos disparos en el pecho junto a una carretera en Gualeguaychú, 230 kilómetros al norte de Buenos Aires, y de que acusaran a su padre, Marcelo Galarza, del crimen. En Argentina, donde una mujer es asesinada cada 30 horas en promedio por violencia machista, la mayoría a manos de sus parejas o exparejas, la excepcional inversión de roles en el crimen de Pastorizzo ha provocado una conmoción nacional.
"Justicia por Fernando", "Ni uno menos", podía leerse en las pancartas de cientos de personas que se concentraron el lunes por la noche en Gualeguaychú para expresar su respaldo a la familia de la víctima. "¡Asesinos!", gritaron a los padres de Galarza el martes a las puertas del juzgado en el que aguardaban novedades de la causa abierta contra su hija. Ese día fue procesada, la justicia dictó prisión preventiva y ordenó su traslado del hospital donde ingresó en estado de shock a una comisaría. En febrero, cuando se reanude la actividad judicial tras el receso veraniego, será sometida a pericias psiquiátricas.
Según su confesión, Galarza mató a Pastorizzo y regresó después a su casa el viernes a las seis de la mañana, guardó la pistola en la funda de su padre y se acostó a dormir. Cuando se levantó, decidió publicar en Instagram un mensaje a su novio muerto. "Cinco años juntos, peleando, yendo y viniendo pero siempre con el mismo amor. Te amo para siempre, mi ángel", escribió la joven junto a una foto en la que Pastorizzo le besaba el hombro. Horas después, al ser interrogada por segunda vez ante la fiscalía terminó por derrumbarse, desligó a su padre de toda responsabilidad y confesó haber sido ella la autora de los dos disparos. El joven asesinado hubiese cumplido hoy 21 años.
La Justicia analiza en estas horas sus teléfonos celulares para buscar el posible móvil del crimen y establecer cuál era el vínculo entre la pareja. La adolescente ha sido imputada por "homicidio agravado por el vínculo", que puede conllevar una pena de cadena perpetua, pero la familia intenta demostrar que no mantenían una relación estable. "Salían desde hacía cinco años, pero nunca se reconocieron como novios", dijo su padre, Marcelo Galarza, a los medios a las puertas del juzgado. El abogado repitió el mensaje. La estrategia de la defensa es rebajar la acusación al delito de "homicidio simple", penado con entre ocho y 25 años de prisión.
Tanto la familia de Galarza como la de Pastorizzo admiten que los jóvenes mantenían una relación tormentosa y han cruzado acusaciones de malos tratos que nunca fueron denunciadas. Marcelo Galarza acusa al joven fallecido de haber hostigado y golpeado a su hija. "Otra vez la encontramos muy golpeada, con la entrepierna en carne viva y con golpes en la espalda. En ese momento nos dijo que se había caído de la escalera, pero después nos enteramos que él le pegaba", dijo el padre. "Ella me dijo que estaba sufriendo, que estaba mal. Yo, cuando la vi que estaba lastimada quería ir a hacer la denuncia. Pero me dijo 'no mamá, no te metas, porque son mis cosas", contó su madre, Yamina Kroh, al diario Clarín.
Para Carla Pastorizzo, en cambio, era su hermano quien sufría violencia, pero la ocultaba por vergüenza. "La lucha feminista contra la violencia de género busca también visibilizar la violencia de mujeres hacia hombres, situaciones que no son denunciadas por las burlas impuestas por el patriarcado. Hoy le tocó a mi familia, y voy a luchar con más fuerzas que nunca porque nunca más pase algo así, que se genere conciencia acerca de las relaciones tóxicas y cuán importante es alejarse de ellas", escribió en un mensaje a través de las redes sociales. Según testigos, Galarza y una amiga agredieron a Pastorizzo a la salida de una discoteca pocos días antes del crimen.
Investigación interna al padre
La Policía ha abierto una investigación interna contra Marcelo Galarza por su responsabilidad sobre el arma homicida, una Browning 9 milímetros reglamentaria. "El uniformado debe portar su arma en todo momento y en todo lugar, las 24 horas del día. Por eso se determinará en qué circunstancias la joven se hizo con el arma", declaró el jefe departamental, Carlos Paez al asegurar que el agente cometió una irregularidad.
El caso ha levantado voces que cuestionan que los miembros de las fuerzas de seguridad lleven encima el arma reglamentaria cuando están fuera de servicio. También reivindicaciones para extender a todas las escuelas la educación sexual integral (ESI) y dar así herramientas a los jóvenes contra los noviazgos violentos, tal y como reclama hoy la periodista Mariana Carbajal, del colectivo Ni Una Menos.
La madre de Galarza aseguró estar viviendo una pesadilla que nunca imaginó. "No sé qué se le cruzó por la cabeza, por qué hizo esto. No entiendo, nadie está libre de eso. Es increíble", declaró Kroh. "Nosotros colaboramos en todo. Ahora ella tiene que pagar por lo que hizo", admitió.
Mar Centenera
Buenos Aires, El País
La argentina Nahir Galarza, de 19 años, está detenida desde el viernes por la noche, tras confesar que mató a su novio, Fernando Pastorizzo, con el arma reglamentaria de su padre, policía. Se declaró culpable después de que el cuerpo del joven, de 20 años, fuese encontrado con dos disparos en el pecho junto a una carretera en Gualeguaychú, 230 kilómetros al norte de Buenos Aires, y de que acusaran a su padre, Marcelo Galarza, del crimen. En Argentina, donde una mujer es asesinada cada 30 horas en promedio por violencia machista, la mayoría a manos de sus parejas o exparejas, la excepcional inversión de roles en el crimen de Pastorizzo ha provocado una conmoción nacional.
"Justicia por Fernando", "Ni uno menos", podía leerse en las pancartas de cientos de personas que se concentraron el lunes por la noche en Gualeguaychú para expresar su respaldo a la familia de la víctima. "¡Asesinos!", gritaron a los padres de Galarza el martes a las puertas del juzgado en el que aguardaban novedades de la causa abierta contra su hija. Ese día fue procesada, la justicia dictó prisión preventiva y ordenó su traslado del hospital donde ingresó en estado de shock a una comisaría. En febrero, cuando se reanude la actividad judicial tras el receso veraniego, será sometida a pericias psiquiátricas.
Según su confesión, Galarza mató a Pastorizzo y regresó después a su casa el viernes a las seis de la mañana, guardó la pistola en la funda de su padre y se acostó a dormir. Cuando se levantó, decidió publicar en Instagram un mensaje a su novio muerto. "Cinco años juntos, peleando, yendo y viniendo pero siempre con el mismo amor. Te amo para siempre, mi ángel", escribió la joven junto a una foto en la que Pastorizzo le besaba el hombro. Horas después, al ser interrogada por segunda vez ante la fiscalía terminó por derrumbarse, desligó a su padre de toda responsabilidad y confesó haber sido ella la autora de los dos disparos. El joven asesinado hubiese cumplido hoy 21 años.
La Justicia analiza en estas horas sus teléfonos celulares para buscar el posible móvil del crimen y establecer cuál era el vínculo entre la pareja. La adolescente ha sido imputada por "homicidio agravado por el vínculo", que puede conllevar una pena de cadena perpetua, pero la familia intenta demostrar que no mantenían una relación estable. "Salían desde hacía cinco años, pero nunca se reconocieron como novios", dijo su padre, Marcelo Galarza, a los medios a las puertas del juzgado. El abogado repitió el mensaje. La estrategia de la defensa es rebajar la acusación al delito de "homicidio simple", penado con entre ocho y 25 años de prisión.
Tanto la familia de Galarza como la de Pastorizzo admiten que los jóvenes mantenían una relación tormentosa y han cruzado acusaciones de malos tratos que nunca fueron denunciadas. Marcelo Galarza acusa al joven fallecido de haber hostigado y golpeado a su hija. "Otra vez la encontramos muy golpeada, con la entrepierna en carne viva y con golpes en la espalda. En ese momento nos dijo que se había caído de la escalera, pero después nos enteramos que él le pegaba", dijo el padre. "Ella me dijo que estaba sufriendo, que estaba mal. Yo, cuando la vi que estaba lastimada quería ir a hacer la denuncia. Pero me dijo 'no mamá, no te metas, porque son mis cosas", contó su madre, Yamina Kroh, al diario Clarín.
Para Carla Pastorizzo, en cambio, era su hermano quien sufría violencia, pero la ocultaba por vergüenza. "La lucha feminista contra la violencia de género busca también visibilizar la violencia de mujeres hacia hombres, situaciones que no son denunciadas por las burlas impuestas por el patriarcado. Hoy le tocó a mi familia, y voy a luchar con más fuerzas que nunca porque nunca más pase algo así, que se genere conciencia acerca de las relaciones tóxicas y cuán importante es alejarse de ellas", escribió en un mensaje a través de las redes sociales. Según testigos, Galarza y una amiga agredieron a Pastorizzo a la salida de una discoteca pocos días antes del crimen.
Investigación interna al padre
La Policía ha abierto una investigación interna contra Marcelo Galarza por su responsabilidad sobre el arma homicida, una Browning 9 milímetros reglamentaria. "El uniformado debe portar su arma en todo momento y en todo lugar, las 24 horas del día. Por eso se determinará en qué circunstancias la joven se hizo con el arma", declaró el jefe departamental, Carlos Paez al asegurar que el agente cometió una irregularidad.
El caso ha levantado voces que cuestionan que los miembros de las fuerzas de seguridad lleven encima el arma reglamentaria cuando están fuera de servicio. También reivindicaciones para extender a todas las escuelas la educación sexual integral (ESI) y dar así herramientas a los jóvenes contra los noviazgos violentos, tal y como reclama hoy la periodista Mariana Carbajal, del colectivo Ni Una Menos.
La madre de Galarza aseguró estar viviendo una pesadilla que nunca imaginó. "No sé qué se le cruzó por la cabeza, por qué hizo esto. No entiendo, nadie está libre de eso. Es increíble", declaró Kroh. "Nosotros colaboramos en todo. Ahora ella tiene que pagar por lo que hizo", admitió.