La crisis que atraviesa el Real Madrid no afecta sólo a la Liga
La depresión de los blancos en Liga, a 16 puntos del Barça, afectó a la Champions y la Copa. Y en un mes, reciben al PSG en una eliminatoria que marcará el futuro...
Sergio Gómez
As
El Real Madrid ha caído en depresión. Se evidenció en Balaídos y se corroboró este miércoles contra el Numancia, en el Bernabéu, donde ni la segunda unidad, ni la menor categoría del rival mejoraron el aspecto de este grupo de jugadores atrapados en el gris. El equipo ha sufrido un colapso que le ha ‘matado’ en la Liga (está cuarto, a 16 puntos del Barça cuando aún no ha finalizado la primera vuelta), pero que también le ha afectado en el resto de competiciones.
El decaimiento del equipo ha sido paulatino. Tras conquistar la Supercopa de Europa contra el United y la de España ante el Barça, ofrecimiento una imagen imponente, en el Madrid hubo un apagón. Físico, mental y de fútbol. Inició LaLiga con un triunfo en Riazor (0-3), pero en la segunda jornada sufrió el primer tropiezo. Aquel 2-2 frente al Valencia, en el Bernabéu, ofreció síntomas de la enfermedad blanca. Asensio salvó un punto en un encuentro en el que empezaron a extraviarse el gol y jugadores como Benzema, negado ante la portería. En la tercera jornada, el Levante arrancó un empate en el Bernabéu (1-1) ante un Madrid con rotaciones, agudizó los males del equipo y comenzó a revelar que el fondo de armario no era tan lustroso como el del año pasado. De golpe, todo en aquel equipo campeón de 2017 parecía darse la vuelta. La derrota contra el Betis, en casa (0-1), metió al Madrid en urgencias. Se descolgó a siete puntos del Barça y comenzó una crisis de ansiedad que avivó la falta de gol, las lesiones, el decaimiento físico y la insistencia de Zidane en mantener en el once a jugadores que atravesaban un mal momento obviando a gente como Asensio, Mayoral o Ceballos.
Ese cuadro preocupante contagió al Madrid en la Champions, competición que siempre le sienta bien a este equipo. Pese a disfrutar de la mejor versión de Cristiano de esta temporada (nueve goles en seis encuentros que contrastan con los cuatro tantos en 13 partidos de la Liga), los blancos se metieron a octavos como segundos de grupo, superados por un equipo como el Tottenham, quinto de la Premier a 21 puntos del líder, el Manchester City. Los ingleses superaron con seriedad al Madrid. Empataron en el Bernabéu (1-1) ante un Madrid descuidado, sin puntería, sin encanto y al que Keylor rescató con tres paradas de portada y lograron un 3-1 en Wembley que retrató a Zidane. El francés, tres días después de verse superado por la defensa de tres del Girona (2-1), sucumbió de nuevo ante el planteamiento de Pochettino y el Madrid, con la clasificación en la mano por sus triunfos contra el APOEL y el Borussia, volvió a mostrar que no es el que era (y no hay que olvidar el Mundial de Clubes que, aunque el Madrid se marchó de Abu Dhabi con el título, tuvo un susto importante contra el Al Jazira...).
Como tampoco es lo que era la segunda unidad del equipo. Se ha visto debilitada, sobre todo con las salidas de Morata, James y Pepe, pero los que están, salvo excepciones, no han demostrado ser salvavidas. Tal vez contagiado por el pesimismo y el descontento provocados en gran parte por la poca confianza de Zidane, el plan B ha pitado en la Copa, competición que solía ser el escaparate perfecto para mostrarse pero que ahora es considerada como un tercer plato que no sacia el hambre del banquillo. Contra el Fuenlabrada, el ‘Madrid B’ sólo pudo encarrilar la eliminatoria con dos penaltis en el Fernando Torres (0-2) y tampoco se redimió en la vuelta, donde Bale rescató a Madrid sonrojante (2-2). El plan B tampoco hizo acto de presencia en Los Pajaritos. Ganó en la ida con dos goles de penalti (uno inexistente) y en la vuelta, ni siquiera el gabinete de crisis que organizó Zidane un día antes, sirvió para espolearle (2-2) y mejorar su imagen. Sólo Lucas (fue el hombre de la eliminatoria con dos goles y dos penaltis provocados), Mayoral y Ceballos se mostraron con nervio.
El Real Madrid pasó a cuartos de la Copa, pero lo hizo sin ganar un solo partido en el Bernabéu, indicio de que algo grave le pasa a este equipo que dentro de un mes recibe en casa al vigoroso PSG de Mbappé y Neymar. Esa eliminatoria marcará en gran parte el futuro del Madrid…
Sergio Gómez
As
El Real Madrid ha caído en depresión. Se evidenció en Balaídos y se corroboró este miércoles contra el Numancia, en el Bernabéu, donde ni la segunda unidad, ni la menor categoría del rival mejoraron el aspecto de este grupo de jugadores atrapados en el gris. El equipo ha sufrido un colapso que le ha ‘matado’ en la Liga (está cuarto, a 16 puntos del Barça cuando aún no ha finalizado la primera vuelta), pero que también le ha afectado en el resto de competiciones.
El decaimiento del equipo ha sido paulatino. Tras conquistar la Supercopa de Europa contra el United y la de España ante el Barça, ofrecimiento una imagen imponente, en el Madrid hubo un apagón. Físico, mental y de fútbol. Inició LaLiga con un triunfo en Riazor (0-3), pero en la segunda jornada sufrió el primer tropiezo. Aquel 2-2 frente al Valencia, en el Bernabéu, ofreció síntomas de la enfermedad blanca. Asensio salvó un punto en un encuentro en el que empezaron a extraviarse el gol y jugadores como Benzema, negado ante la portería. En la tercera jornada, el Levante arrancó un empate en el Bernabéu (1-1) ante un Madrid con rotaciones, agudizó los males del equipo y comenzó a revelar que el fondo de armario no era tan lustroso como el del año pasado. De golpe, todo en aquel equipo campeón de 2017 parecía darse la vuelta. La derrota contra el Betis, en casa (0-1), metió al Madrid en urgencias. Se descolgó a siete puntos del Barça y comenzó una crisis de ansiedad que avivó la falta de gol, las lesiones, el decaimiento físico y la insistencia de Zidane en mantener en el once a jugadores que atravesaban un mal momento obviando a gente como Asensio, Mayoral o Ceballos.
Ese cuadro preocupante contagió al Madrid en la Champions, competición que siempre le sienta bien a este equipo. Pese a disfrutar de la mejor versión de Cristiano de esta temporada (nueve goles en seis encuentros que contrastan con los cuatro tantos en 13 partidos de la Liga), los blancos se metieron a octavos como segundos de grupo, superados por un equipo como el Tottenham, quinto de la Premier a 21 puntos del líder, el Manchester City. Los ingleses superaron con seriedad al Madrid. Empataron en el Bernabéu (1-1) ante un Madrid descuidado, sin puntería, sin encanto y al que Keylor rescató con tres paradas de portada y lograron un 3-1 en Wembley que retrató a Zidane. El francés, tres días después de verse superado por la defensa de tres del Girona (2-1), sucumbió de nuevo ante el planteamiento de Pochettino y el Madrid, con la clasificación en la mano por sus triunfos contra el APOEL y el Borussia, volvió a mostrar que no es el que era (y no hay que olvidar el Mundial de Clubes que, aunque el Madrid se marchó de Abu Dhabi con el título, tuvo un susto importante contra el Al Jazira...).
Como tampoco es lo que era la segunda unidad del equipo. Se ha visto debilitada, sobre todo con las salidas de Morata, James y Pepe, pero los que están, salvo excepciones, no han demostrado ser salvavidas. Tal vez contagiado por el pesimismo y el descontento provocados en gran parte por la poca confianza de Zidane, el plan B ha pitado en la Copa, competición que solía ser el escaparate perfecto para mostrarse pero que ahora es considerada como un tercer plato que no sacia el hambre del banquillo. Contra el Fuenlabrada, el ‘Madrid B’ sólo pudo encarrilar la eliminatoria con dos penaltis en el Fernando Torres (0-2) y tampoco se redimió en la vuelta, donde Bale rescató a Madrid sonrojante (2-2). El plan B tampoco hizo acto de presencia en Los Pajaritos. Ganó en la ida con dos goles de penalti (uno inexistente) y en la vuelta, ni siquiera el gabinete de crisis que organizó Zidane un día antes, sirvió para espolearle (2-2) y mejorar su imagen. Sólo Lucas (fue el hombre de la eliminatoria con dos goles y dos penaltis provocados), Mayoral y Ceballos se mostraron con nervio.
El Real Madrid pasó a cuartos de la Copa, pero lo hizo sin ganar un solo partido en el Bernabéu, indicio de que algo grave le pasa a este equipo que dentro de un mes recibe en casa al vigoroso PSG de Mbappé y Neymar. Esa eliminatoria marcará en gran parte el futuro del Madrid…