Kepa: otro resbalón del Madrid
Desde que Mourinho sentó a Casillas en diciembre 2012, han sido titulares cinco porteros y dos han estado a punto de fichar (De Gea y Kepa)...
Sergio Gómez
As
El Real Madrid vive una tormentosa relación con la portería y este lunes se ha vivido el último terremoto con la renovación de Kepa Arrizabalaga con el Athletic hasta 2025. El Madrid se lanzó a por el fichaje del portero de Ondarroa, que acababa contrato el próximo mes de junio. Incluso, como desveló As el 4 de enero, firmó un contrato con el club blanco en el que se marcaron dos fechas de inicio: enero o junio. La planta noble del Bernabéu quería incorporarlo en este mercado invernal, pero la negativa de Zidane frenó todo y el portero se ha cansado de esperar. El Athletic le ha blindado con una cláusula de 80 millones...
Ese ‘sí a Kepa pero finalmente no’ es el último y sorprendente episodio de la inestabilidad en la meta del Real Madrid. Una inestabilidad que arrancó hace seis años, con Mourinho en el banquillo. El portugués acabó con una década de paz bajo los palos y un 22 de diciembre de 2012 decidió sentar a Iker Casillas en beneficio de Adán. Desde entonces, los vaivenes en este puesto han sido continuos. En seis años, han pasado por la portería del Madrid cinco guardametas (Casillas, Adán, Diego López, Keylor y Casilla), dos han estado a un paso de fichar por el club de Chamartín (De Gea y Kepa) y la nube de rumores que se ha posado sobre esta posición ha sido espesa: Courtois, Donnarumma, Leno…
El portugués postergó a Casillas, indiscutible en la última década, por Adán no por ‘motivos técnicos’, como declaró, sino que esa animosidad nació desde que Iker tuvo un acercamiento con Xavi y Puyol en aquella Tormenta de Clásicos de 2011. Luego, Arbeloa lesionó fortuitamente a Casillas y puso a Diego López, recién fichado por el club procedente del Sevilla. El debate entre casillistas y mourinhistas se agrió en la grada. Ese fue el terremoto que heredó Ancelotti. En su primera temporada (2013-14), tomó la “decisión anómala” de rotar: Diego López jugaba la Liga y Casillas, la Copa y la Champions (curiosamente, el Madrid acabó ganando estas dos competiciones). El gallego salió en verano y llegó Keylor, que brilló en el Mundial. Ancelotti optó por poner a Iker en Liga y Champions, y el tico, la Copa. Rescoldos del mourinhismo seguían atacando al capitán, al que el club le empujó a marcharse en verano de 2015.
Keylor, que cuajó una buena temporada, nunca llenó el ojo de Florentino, cuya ilusión siempre ha sido contar con el portero titular de la Selección. Por eso intentó el fichaje de De Gea. Pero unos papeles que no llegaron a tiempo al TMS (Transfer Matching System) el último día del mercado, convirtió la operación en un sainete. El español siguió en el United y Keylor, que ya estaba montado en avión para volar a Manchester (entraba en la operación De Gea) pese a que el Bernabéu coreara su nombre un día antes al parar un penalti a Rubén Castro, permaneció en el Madrid cuajando una temporada sobresaliente. “Esa noche lloré junto a mi esposa, no quería irme y ojalá no se vuelva a repetir”, dijo el costarricense días después en El Larguero. Ese año, con la salida de Casillas, el club fichó del Espanyol a Kiko Casilla…
A pesar de la solvencia de Keylor (y del respaldo privado y público de los pesos pesados del vestuario, como Sergio Ramos), que ha respondido con grandes paradas cuando su figura estaba más cuestionada desde el palco, los rumores de porteros futuribles para el Madrid han amenazado constantemente el puesto. El club ha seguido flirteado con De Gea, siempre ha gustado Courtois, no pierde ojo a Donnarumma aunque el hecho de que Mino Raiola sea su agente hace pensar que un posible fichaje sea casi utópico, Leno, del Bayer Leverkusen, sigue en la agenda y quería a Kepa. Al Madrid le apetecía contar con uno de los porteros del futuro (tiene 23 años). Por eso comenzaron las conversaciones y ambas partes llegaron a firmar un contrato, pero la negativa de Zidane para incorporarlo en enero y los pocos gestos que ha recibido del club blanco ha llevado al meta de Ondarroa a renovar con el Athletic y al Madrid, a dejar pasar el último tren para su portería.
Sergio Gómez
As
El Real Madrid vive una tormentosa relación con la portería y este lunes se ha vivido el último terremoto con la renovación de Kepa Arrizabalaga con el Athletic hasta 2025. El Madrid se lanzó a por el fichaje del portero de Ondarroa, que acababa contrato el próximo mes de junio. Incluso, como desveló As el 4 de enero, firmó un contrato con el club blanco en el que se marcaron dos fechas de inicio: enero o junio. La planta noble del Bernabéu quería incorporarlo en este mercado invernal, pero la negativa de Zidane frenó todo y el portero se ha cansado de esperar. El Athletic le ha blindado con una cláusula de 80 millones...
Ese ‘sí a Kepa pero finalmente no’ es el último y sorprendente episodio de la inestabilidad en la meta del Real Madrid. Una inestabilidad que arrancó hace seis años, con Mourinho en el banquillo. El portugués acabó con una década de paz bajo los palos y un 22 de diciembre de 2012 decidió sentar a Iker Casillas en beneficio de Adán. Desde entonces, los vaivenes en este puesto han sido continuos. En seis años, han pasado por la portería del Madrid cinco guardametas (Casillas, Adán, Diego López, Keylor y Casilla), dos han estado a un paso de fichar por el club de Chamartín (De Gea y Kepa) y la nube de rumores que se ha posado sobre esta posición ha sido espesa: Courtois, Donnarumma, Leno…
El portugués postergó a Casillas, indiscutible en la última década, por Adán no por ‘motivos técnicos’, como declaró, sino que esa animosidad nació desde que Iker tuvo un acercamiento con Xavi y Puyol en aquella Tormenta de Clásicos de 2011. Luego, Arbeloa lesionó fortuitamente a Casillas y puso a Diego López, recién fichado por el club procedente del Sevilla. El debate entre casillistas y mourinhistas se agrió en la grada. Ese fue el terremoto que heredó Ancelotti. En su primera temporada (2013-14), tomó la “decisión anómala” de rotar: Diego López jugaba la Liga y Casillas, la Copa y la Champions (curiosamente, el Madrid acabó ganando estas dos competiciones). El gallego salió en verano y llegó Keylor, que brilló en el Mundial. Ancelotti optó por poner a Iker en Liga y Champions, y el tico, la Copa. Rescoldos del mourinhismo seguían atacando al capitán, al que el club le empujó a marcharse en verano de 2015.
Keylor, que cuajó una buena temporada, nunca llenó el ojo de Florentino, cuya ilusión siempre ha sido contar con el portero titular de la Selección. Por eso intentó el fichaje de De Gea. Pero unos papeles que no llegaron a tiempo al TMS (Transfer Matching System) el último día del mercado, convirtió la operación en un sainete. El español siguió en el United y Keylor, que ya estaba montado en avión para volar a Manchester (entraba en la operación De Gea) pese a que el Bernabéu coreara su nombre un día antes al parar un penalti a Rubén Castro, permaneció en el Madrid cuajando una temporada sobresaliente. “Esa noche lloré junto a mi esposa, no quería irme y ojalá no se vuelva a repetir”, dijo el costarricense días después en El Larguero. Ese año, con la salida de Casillas, el club fichó del Espanyol a Kiko Casilla…
A pesar de la solvencia de Keylor (y del respaldo privado y público de los pesos pesados del vestuario, como Sergio Ramos), que ha respondido con grandes paradas cuando su figura estaba más cuestionada desde el palco, los rumores de porteros futuribles para el Madrid han amenazado constantemente el puesto. El club ha seguido flirteado con De Gea, siempre ha gustado Courtois, no pierde ojo a Donnarumma aunque el hecho de que Mino Raiola sea su agente hace pensar que un posible fichaje sea casi utópico, Leno, del Bayer Leverkusen, sigue en la agenda y quería a Kepa. Al Madrid le apetecía contar con uno de los porteros del futuro (tiene 23 años). Por eso comenzaron las conversaciones y ambas partes llegaron a firmar un contrato, pero la negativa de Zidane para incorporarlo en enero y los pocos gestos que ha recibido del club blanco ha llevado al meta de Ondarroa a renovar con el Athletic y al Madrid, a dejar pasar el último tren para su portería.