El presidente del Parlament cede ante Puigdemont y viaja a Bruselas

La oposición critica los guiños de Torrent con el 'expresident'

C.S.B.
Barcelona / Copenhague
El País
Roger Torrent, presidente del Parlament, visitará este miércoles en Bruselas a Carles Puigdemont y los otros diputados de Junts per Catalunya y Esquerra huidos de la justicia. La oposición constitucionalista ha criticado a Torrent por aplazar la decisión sobre si acepta o no el voto delegado de los diputados en Bélgica y sostuvo que es una maniobra para desbaratar posibles recursos ante el Tribunal Constitucional. Torrent ha defendido que la visita se enmarca en su promesa de velar por los derechos políticos de los diputados. Puigdemont ha sorprendido al retirar su petición de voto delegado ante el Parlament.


La oposición ha lamentado que el presidente del Parlament, por un lado, anunciara el viaje a Bruselas y, por el otro, postergara la decisión de la Mesa de la Cámara sobre si permite el voto delegado de cuatro de los cinco diputados que están en la capital belga. Puigdemont había pedido lo propio pero retiró su petición justo antes del cónclave. El expresidente, que ofreció ayer lunes una rueda de prensa en el Parlamento danés, declinó explicar a qué se debe su cambio de estrategia. Junts per Catalunya justificó que así se mantienen “todas las opciones abiertas” para permitir revalidar el cargo.

Torrent había insistido desde su elección en que trabajaría para evitar lo que considera la “vulneración de los derechos” de los parlamentarios ausentes. Además de ir a Bélgica, Torrent también planea ir a la prisión de Estremera y Soto del Real, donde están en prisión otros tres diputados y que en la sesión constitutiva del Parlament sí pudieron delegar su voto. Carlos Carrizosa, portavoz de Ciudadanos, ha argumentado que el viaje de Torrent a Bruselas viene a confirmar, a su juicio, que continuará la línea de su antecesora en el cargo, Carme Forcadell. “Si quiere ir a Bruselas, que se lo pague de su bolsillo”, ha afirmado Carrizosa.

El pleno de la sesión de investidura se tiene que celebrar, como muy tarde, el próximo miércoles y hoy miércoles concluye el plazo para que los diputados de Bruselas —Toni Comin, Meritxell Serret, Clara Ponsatí y Lluis Puig— decidan si renuncian al escaño para que corra la lista —deberían hacerlo con firma ante notario en Bruselas y por poderes en Cataluña—. La única manera que tiene el independentismo de asegurar una mayoría absoluta de 69 escaños en la Cámara es que al menos cuatro de ellos se desprendan de sus actas. En caso contrario y con el permiso de los antisistema de la CUP se produciría un empate a 65 votos independentistas y 65 contrarios a la secesión.

La oposición, crítica con el viaje de Torrent a Bruselas, ha coincidido en apuntar que el aplazamiento sobre la decisión del voto delegado de los diputados huidos intenta obstaculizar la presentación de recursos ante el Constitucional. “Parece que el independentismo unilateral vuelve a estar dispuesto a todo. Ya sabemos cómo acaban las astucias y nos gustaría superar esa fase negra”, ha criticado la diputada socialista Eva Granados. Y el popular Santi Rodríguez ha avisado: “No nos gustaría que lo que está sucediendo sea un síntoma de que esta legislatura va empezar de la misma forma que como acabó la anterior”.

Única candidatura

El Boletín Oficial del Parlament publicó ayer martes que Puigdemont es el candidato a la presidencia. Ciudadanos ya ha presentado un escrito a Torrent para que reconsidere su decisión. Los socialistas también avisaron de la inconveniencia de que Puigdemont sea candidato. Los comunes son los únicos que se han desmarcado de esa línea: reiteran que no votarán a favor de Puigdemont porque encarna un proyecto “neoliberal”. “Pero no contribuiremos al ciclo jurídico en el que tan a gusto se sienten PSC y Ciudadanos”, ha avisado la portavoz Elisenda Alamany.

En una conferencia de prensa en Copenhague, Puigdemont se ha apartado de la investidura telemática y ha pedido volver a Barcelona con garantías. El expresident ha calificado de “sorprendente” la “debilidad” de los argumentos del juez Pablo Llarena para rechazar la petición de la euroorden propuesta por la Fiscalía. “El juez argumenta que no pide la euroorden para detener a un peligroso criminal precisamente porque quiero ser detenido”, ha dicho sorprendido.

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