El Liverpool tumba al City, que ya no está invicto en la Premier
En un partido que no dio tregua, el Liverpool superó a los de Guardiola con una gran actuación de Salah y Mané, que hicieron olvidar a Coutinho.
E.F.-Abascal
As
El Liverpool humanizó al Manchester City en una de esas tardes mágicas que sólo pueden suceder en Anfield. El equipo de Jurgen Klopp ganó 4-3, acabó con la imbatibilidad del líder de la Premier League y dejó la impresión de que en sus días buenos sería un digno candidato a ganarlo todo.
Los Reds se fueron injustamente con 1-1 al descanso tras sendos goles de Oxlade-Chamberlain y Sane pero sacaron el rodillo en el inicio de la segunda mitad para llevarse los tres puntos gracias a tres golazos a la altura de la ocasión de Firmino, Mane y Salah. Luego, ya con el partido decidido, Bernardo Silva y Gundogan redujeron las diferencias para redondear el marcador final y maquillar la primera derrota en 23 jornadas del equipo de Pep Guardiola.
El City no decepcionó tanto como puede sugerir el resultado pero es que, cuando las estrellas de Anfield se alinean, al rival sólo le queda intentar evitar la goleada y aplaudir el espectáculo. Ya sin la magia de Philippe Coutinho, Klopp apostó por la velocidad y el músculo para ahogar al rival con una presión asfixiante y llevarse el partido al contragolpe. Regaló intencionadamente el balón a su rival para intentar robar en tres cuartos del campo y salir con los cuchillos afilados por las bandas de Salah y Mane.
Oxlade-Chamberlain sorprendió entrando como una apisonadora desde el medio del campo para hacer el 1-0 con un disparo cruzado desde la frontal del área.
El Liverpool siguió sintiéndose superior durante toda la primera mitad pero la defensa y Karius volvieron a estropear el gran trabajo de sus atacantes justo antes del descanso. Sane bailó a Joe Gomez en el extremo izquierdo y se coló hasta la cocina para hacer el empate por el palo del portero.
El segundo tiempo esperaba a un Liverpool más manso, golpeado por ese injusto empate y exhausto tras 45 minutos de presión asfixiante. Pero la realidad mostró otra vez a un equipo fiero e indescifrable pese a que Otamendi pudo poner por delante al City con un cabezazo al larguero.
Ese aviso del argentino despertó a la bestia y en menos de 10 minutos el Liverpool resolvió el partido. Oxlade se disfrazó de Coutinho para mandar un balón filtrado a la espalda de los centrales y Firmino hizo el 2-1 con una vaselina sublime en el minuto 58. Mane marcó el tercero a la hora de partido con otra definición inmejorable y, apenas siete minutos después, Salah aprovechó un error de Ederson para anotar el 4-1 desde su casa.
El City intentó lo imposible en los últimos 20 minutos de partido y se acercó a ello gracias a la inmadurez de un Liverpool tan espectacular como poco competitivo. Bernardo Silva anotó el 4-2 a falta de 7 minutos, Gundogan puso el 4-3 en el minuto 90 y Agüero estuvo a punto de silenciar Anfield en el descuento tras un gran centro de De Bruyne. El cabezazo del argentino se marchó por poco y el Liverpool pudo lograr finalmente la victoria para quedarse a 15 puntos de un City que, pese a todo, sigue siendo claro favorito para llevarse el título.
E.F.-Abascal
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El Liverpool humanizó al Manchester City en una de esas tardes mágicas que sólo pueden suceder en Anfield. El equipo de Jurgen Klopp ganó 4-3, acabó con la imbatibilidad del líder de la Premier League y dejó la impresión de que en sus días buenos sería un digno candidato a ganarlo todo.
Los Reds se fueron injustamente con 1-1 al descanso tras sendos goles de Oxlade-Chamberlain y Sane pero sacaron el rodillo en el inicio de la segunda mitad para llevarse los tres puntos gracias a tres golazos a la altura de la ocasión de Firmino, Mane y Salah. Luego, ya con el partido decidido, Bernardo Silva y Gundogan redujeron las diferencias para redondear el marcador final y maquillar la primera derrota en 23 jornadas del equipo de Pep Guardiola.
El City no decepcionó tanto como puede sugerir el resultado pero es que, cuando las estrellas de Anfield se alinean, al rival sólo le queda intentar evitar la goleada y aplaudir el espectáculo. Ya sin la magia de Philippe Coutinho, Klopp apostó por la velocidad y el músculo para ahogar al rival con una presión asfixiante y llevarse el partido al contragolpe. Regaló intencionadamente el balón a su rival para intentar robar en tres cuartos del campo y salir con los cuchillos afilados por las bandas de Salah y Mane.
Oxlade-Chamberlain sorprendió entrando como una apisonadora desde el medio del campo para hacer el 1-0 con un disparo cruzado desde la frontal del área.
El Liverpool siguió sintiéndose superior durante toda la primera mitad pero la defensa y Karius volvieron a estropear el gran trabajo de sus atacantes justo antes del descanso. Sane bailó a Joe Gomez en el extremo izquierdo y se coló hasta la cocina para hacer el empate por el palo del portero.
El segundo tiempo esperaba a un Liverpool más manso, golpeado por ese injusto empate y exhausto tras 45 minutos de presión asfixiante. Pero la realidad mostró otra vez a un equipo fiero e indescifrable pese a que Otamendi pudo poner por delante al City con un cabezazo al larguero.
Ese aviso del argentino despertó a la bestia y en menos de 10 minutos el Liverpool resolvió el partido. Oxlade se disfrazó de Coutinho para mandar un balón filtrado a la espalda de los centrales y Firmino hizo el 2-1 con una vaselina sublime en el minuto 58. Mane marcó el tercero a la hora de partido con otra definición inmejorable y, apenas siete minutos después, Salah aprovechó un error de Ederson para anotar el 4-1 desde su casa.
El City intentó lo imposible en los últimos 20 minutos de partido y se acercó a ello gracias a la inmadurez de un Liverpool tan espectacular como poco competitivo. Bernardo Silva anotó el 4-2 a falta de 7 minutos, Gundogan puso el 4-3 en el minuto 90 y Agüero estuvo a punto de silenciar Anfield en el descuento tras un gran centro de De Bruyne. El cabezazo del argentino se marchó por poco y el Liverpool pudo lograr finalmente la victoria para quedarse a 15 puntos de un City que, pese a todo, sigue siendo claro favorito para llevarse el título.