El drama del Tórax: precaria infraestructura, falta de equipamiento e insumos

La Paz, ANF
En pasillos, salas y quirófanos del Instituto Nacional del Tórax, próximo a cumplir 58 años de funcionamiento, parece que el tiempo se hubiera congelado. La antigua infraestructura, los equipos de hace medio siglo e insumos improvisados dan ese aspecto y además esa situación pone en peligro la salud de cientos de pacientes que llegan de diversos lugares del país.


La Agencia de Noticias Fides (ANF) realizó una visita a las instalaciones del Tórax, en la que pudo constatar las precarias condiciones en las que médicos, enfermeras y auxiliares trabajan. La inadecuada infraestructura, los equipos obsoletos, la falta de ítems e insumos genera que cada día sea una odisea la atención a los pacientes.

El Instituto del Tórax de La Paz “es un centro de referencia nacional y deberíamos tener las mejores condiciones, estar haciendo medicina de primer nivel, pero” la realidad es otra, aseguró la doctora Ericka Pérez Albrecht, responsable del área de cirugías.

“El Hospital del Tórax se supone que es un Instituto, es decir debería ser de cuarto nivel, un instituto de súper especialidad, pero técnicamente es un hospital de tercer nivel, no alcanza a cuarto por las condiciones. Aquí vienen todos los pacientes que están mal del corazón, de los pulmones o de los vasos sanguíneos y que no pueden ser atendidos en ningún otro centro de la ciudad ni del país. Esa es la función del Tórax, debería ser un hospital muy bien equipado, porque después del Tórax no hay nada más, dónde más se van a ir los pacientes”, agregó.

Al ingresar al hospital, uno se topa con dos viejos ascensores, uno no sirve hace 15 años y el segundo funciona a veces debido a constantes fallas mecánicas que presenta. Entonces, “debemos subir a los pacientes cargándolos en sillas de ruedas”, indicó una de las enfermeras.

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Llegando al piso de cirugías es posible divisar la incomodidad de los pacientes. 
Las habitaciones no cuentan con aislamiento de cama a cama, no existe un sistema de comunicación (timbre o alarma), se sigue utilizando oxígeno comprimido en viejos tubos en lugar de un sistema de oxígeno central, que llegue a todo el hospital.
Asimismo, las camas no son precisamente hospitalarias o reclinables, son camillas adaptadas con fierros para cambiar la posición de los enfermos internados. 
Un baño con un solo inodoro y lavamanos está disponible para todos los pacientes del piso, que al menos suman 16. Otro baño precario sirve para el personal que trabaja en el lugar.
La situación en general, muestra una imagen de pobreza, pero una de las habitaciones del piso de cirugía presenta un cuadro por demás extremo, pues tiene una puerta de fierro “clausurada” que daba a la terraza y no puede cerrarse por completo, lo que quiere decir que en invierno o temporada de lluvia, los enfermos sufren directamente las inclemencias del tiempo.
Debido a la falta de ascensor, un sector estéril de quirófano y recuperación fue habilitado para la circulación de la gente, lo que también es un peligro para los pacientes delicados y recién operados.
Asimismo, los trabajadores del hospital aseguraron que incluso dieron parte de su dinero para hacer pintar paredes y camas, ya que el aspecto del nosocomio era más desagradable.
Para la cirugía cardiaca se debería tener un sistema de monitores de transmisión de imágenes a enfermería para que los pacientes sean supervisados permanentemente, sin embargo, para el personal del Tórax esa tecnología ahora es “impensable”.
Tampoco hay aspiración central y si hay que aspirar a un paciente, los auxiliares deben trasladar a los enfermos hasta el quirófano.
El “montacarga”, que debería subir alimentos desde el sótano donde está la cocina hasta el piso de pacientes internados, es otro problema. No funciona. 
Los alimentos son llevados en ascensor cuando funciona o por las gradas, lo que incumple los criterios de inocuidad alimentaria, aspecto básico en hospitales.
Por otro lado, en la unidad de esterilización, donde se prepara todo el material de curaciones y de cirugía, solo existe un autoclave (máquina que esteriliza), por lo que en algunos casos, según la versión de trabajadores, se ha llegado inclusive a esterilizar con formol, práctica totalmente obsoleta e insegura.
La unidad de recuperación, lugar donde el paciente debe ser monitoreado después de una cirugía, recién será rehabilitada. Mientras los pacientes se recuperan en sus habitaciones con mucho riesgo.
El área de quirófano, que debería estar en perfectas condiciones, no tiene sistema flujo laminar, que hace que el aire vaya saliendo para mantener la esterilidad del ambiente, tampoco cuenta con oxígeno central.
El equipo denominado “Arco en C”, que es una máquina de Rayos X, tiene 50 años de uso. “Según los técnicos irradia 20 veces más que cualquier otra máquina. Irradia al paciente y también irradia al personal”, sostuvo la cirujana Pérez. Una máquina moderna costaría alrededor de $us 200 mil.
La unidad de radiología está igualmente deteriorada, se trabaja con un equipo adaptado del siglo pasado y de acuerdo al relato de los médicos, la radiografía es el primer estudio que se pide generalmente a los pacientes del Tórax. 
Otras máquinas del hospital también tienen el mismo periodo de uso, pese a que “los equipos dejan de servir en 10 años en promedio. Deberíamos tener torre de video para la laparoscopia. Deberíamos estar operando con láser, otro tipo de tecnología, sin embargo, esta es la realidad del Instituto del Tórax”, lamentó.

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