El Chievo se suicida, la Juve no perdona y se acuesta líder
Los hombres de Allegri necesitaron que los de Verona se quedase con nueve jugadores para conseguir abrir el marcador. Los turineses superan al Nápoles.
Mirko Calemme
As
La Juventus se acostó líder de la Serie A con dos puntos de ventaja sobre el Nápoles (que este domingo recibirá al Bolonia), gracias a una victoria ante el Chievo en un complicado partido que pudo resolver sólo cuando sus rivales se quedaron con nueve jugadores. Allegri seguía sin los lesionados Dybala, Marchisio, Cuadrado y Höwedes, con Buffon que, en la víspera de su 40 cumpleaños, volvió a estar disponible (su último partido fue el 1 de diciembre ante el Nápoles), pero se quedó en banquillo. El técnico utilizó un 4-3-3 con el tridente Douglas Costa-Higuaín-Mandzukic, que empezó con pocas ideas y menos ocasiones.
Durante toda la primera mitad el Chievo aguantó muy bien los ataques de la Vecchia Signora, que no encontraba huecos. Hasta que los de Maran decidieron complicarse la vida: Bastien, entre el 35' y el 37', se ganó una doble amarilla por una fea entrada y un agarrón, ambos sobre Asamoah. A pesar de la superioridad numérica, la Juve no conseguía cambiar el rumbo de un partido que se le estaba poniendo muy complicado. Sin embargo recibió, en el 62', otra gran ayuda de sus rivales: tras un contraste en el área de la Juve, el defensa Cacciatore, que pedía penalti, se quedó en el suelo y fue atendido por el personal médico del Chievo. En la jugada siguiente, los bianconeri lograron un saque de esquina y el árbitro, siguiendo al pie de la letra el reglamento, le pidió al mismo Cacciatore de abandonar momentáneamente el campo por haber sido atendido. Al jugador esa petición no le gustó nada, y mientras se dirigía fuera hizo el gesto de las esposas que, en 2010, le costó a Mourinho tres jornadas de sanción.
El colegiado, obviamente, le expulsó, dejando al Chievo con nueve y poniendo cuesta abajo la última media hora del partido para los juventinos, que se volcaron al ataque y lograron los goles decisivos. El primero fue de Khedira, con un derechazo tras una asistencia de Bernardeschi; el segundo, de Higuaín, que aprovechó un centro de Douglas Costa con un testarazo que interrumpió su sequía liguera de 705 minutos, la más larga desde que llegó a Italia. Tres puntos sufridos para los bianconeri, que mañana asistirán a la respuesta del Nápoles con dos de ventaja. La pelea por el Scudetto sigue.
Mirko Calemme
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La Juventus se acostó líder de la Serie A con dos puntos de ventaja sobre el Nápoles (que este domingo recibirá al Bolonia), gracias a una victoria ante el Chievo en un complicado partido que pudo resolver sólo cuando sus rivales se quedaron con nueve jugadores. Allegri seguía sin los lesionados Dybala, Marchisio, Cuadrado y Höwedes, con Buffon que, en la víspera de su 40 cumpleaños, volvió a estar disponible (su último partido fue el 1 de diciembre ante el Nápoles), pero se quedó en banquillo. El técnico utilizó un 4-3-3 con el tridente Douglas Costa-Higuaín-Mandzukic, que empezó con pocas ideas y menos ocasiones.
Durante toda la primera mitad el Chievo aguantó muy bien los ataques de la Vecchia Signora, que no encontraba huecos. Hasta que los de Maran decidieron complicarse la vida: Bastien, entre el 35' y el 37', se ganó una doble amarilla por una fea entrada y un agarrón, ambos sobre Asamoah. A pesar de la superioridad numérica, la Juve no conseguía cambiar el rumbo de un partido que se le estaba poniendo muy complicado. Sin embargo recibió, en el 62', otra gran ayuda de sus rivales: tras un contraste en el área de la Juve, el defensa Cacciatore, que pedía penalti, se quedó en el suelo y fue atendido por el personal médico del Chievo. En la jugada siguiente, los bianconeri lograron un saque de esquina y el árbitro, siguiendo al pie de la letra el reglamento, le pidió al mismo Cacciatore de abandonar momentáneamente el campo por haber sido atendido. Al jugador esa petición no le gustó nada, y mientras se dirigía fuera hizo el gesto de las esposas que, en 2010, le costó a Mourinho tres jornadas de sanción.
El colegiado, obviamente, le expulsó, dejando al Chievo con nueve y poniendo cuesta abajo la última media hora del partido para los juventinos, que se volcaron al ataque y lograron los goles decisivos. El primero fue de Khedira, con un derechazo tras una asistencia de Bernardeschi; el segundo, de Higuaín, que aprovechó un centro de Douglas Costa con un testarazo que interrumpió su sequía liguera de 705 minutos, la más larga desde que llegó a Italia. Tres puntos sufridos para los bianconeri, que mañana asistirán a la respuesta del Nápoles con dos de ventaja. La pelea por el Scudetto sigue.