COPA DEL REY / Messi perdonó y el Espanyol no
Primera derrota del Barça desde agosto en un partido con muchas polémicas. Diego López paró un penalti al argentino en el 62' y Melendo hizo el gol de la victoria al final.
Santi Giménez
As
El Espanyol rompió la racha del Barcelona de Valverde con un triunfo de orgullo, pulmones y fe que obligará al conjunto barcelonista a remontar el 1-0 de Cornellà-El prat el próximo jueves en el Camp Nou. El equipo de Quique superó al Barcelona en las dos áreas con un héroe inesperado en cada una de ellas. En la propia, Diego López cambió el guión del partido (y quien sabe si de la eliminatoria) cuando le paró un penalti a Messi en el minuto 62. En el área blaugrana, el héroe fue Melendo, que compareció a tiempo para rematar la enésima jugada en la que la banda derecha del conjunto local retrató a Digne en la segunda parte.
Quique había planteado la eliminatoria pensando en los primeros 90 minutos, Valverde, en cambio pensó a largo plazo fiando lo que se pudiera sacar en Cornellà a la vuelta en el Camp Nou. Ni decir tiene que el plan que salió bien fue el de los pericos, que creyeron más en sus posibilidades y que a partir del penalti parado por su portero a Messi se merendaron al Barcelona.
Hasta ese punto de inflexión, el partido parecía uno de tantos del Barcelona esta temporada más allá de los cambios en la alineación. El Barcelona maduraba el juego esperando el desplome del rival, mientras que tanto le daba jugar con uno o dos puntas arriba.
Arriesgó Valverde fiando toda la capacidad ofensiva del Barcelona en pies de Messi. Y eso fue exactamente lo que pasó. Si no intervenía el argentino, el partido era absolutamente anodino. Tuvo tres disparos de falta Leo que no pudo embocar en la primera parte y luego el Barça dispuso de una nueva ocasión clarísima que Denis Suárez, quien de nuevo desaprovechó otra oportunidad, mandó al limbo.
En ataque, el Espanyol apenas había dado noticias en la primera parte, pero en la segunda, con la entrada de Baptistao, el equipo se estiró más. Perdió el Barça a Paulinho por un golpe en el pie, pero no parecía que el guión del partido fuera a cambiar radicalmente. Menos aún, cuando Valverde decidió acompañar a Messi de Suárez en ataque retirando del campo a Aleñá.
Nada más entrar en el terreno de juego el uruguayo, Granero cometió penalti sobre Sergi Roberto, Messi se dispuso a dar la puntilla al partido y a la eliminatoria y allí apareció de nuevo la figura del guardameta gallego, que fue el primero que le paró una pena máxima a Messi y es el primero que repite en esta suerte. Messi ha ffaldo ya 21 penaltis de los 86 que ha chutado con el Barça, un 32 por ciento, casi uno de cada tres que lanza.
Esa jugada cambió el partido y el Espanyol empezó a cercar la portería de Cillessen a base de córners y explotando la debilidad de Digne, al que Marc Navarro y David Sánchez desbordaron hasta que a falta de dos minutos para el final, Melendo embocó el balón que le da al Espanyol alas para soñar con unas nuevas semifinales de Copa.
El orgullo españolista se impuso al cálculo barcelonista en una noche inolvidable en Cornellà, que por fin, veía como el Barcelona salía perdedor de ese estadio por primera vez en la historia.
Santi Giménez
As
El Espanyol rompió la racha del Barcelona de Valverde con un triunfo de orgullo, pulmones y fe que obligará al conjunto barcelonista a remontar el 1-0 de Cornellà-El prat el próximo jueves en el Camp Nou. El equipo de Quique superó al Barcelona en las dos áreas con un héroe inesperado en cada una de ellas. En la propia, Diego López cambió el guión del partido (y quien sabe si de la eliminatoria) cuando le paró un penalti a Messi en el minuto 62. En el área blaugrana, el héroe fue Melendo, que compareció a tiempo para rematar la enésima jugada en la que la banda derecha del conjunto local retrató a Digne en la segunda parte.
Quique había planteado la eliminatoria pensando en los primeros 90 minutos, Valverde, en cambio pensó a largo plazo fiando lo que se pudiera sacar en Cornellà a la vuelta en el Camp Nou. Ni decir tiene que el plan que salió bien fue el de los pericos, que creyeron más en sus posibilidades y que a partir del penalti parado por su portero a Messi se merendaron al Barcelona.
Hasta ese punto de inflexión, el partido parecía uno de tantos del Barcelona esta temporada más allá de los cambios en la alineación. El Barcelona maduraba el juego esperando el desplome del rival, mientras que tanto le daba jugar con uno o dos puntas arriba.
Arriesgó Valverde fiando toda la capacidad ofensiva del Barcelona en pies de Messi. Y eso fue exactamente lo que pasó. Si no intervenía el argentino, el partido era absolutamente anodino. Tuvo tres disparos de falta Leo que no pudo embocar en la primera parte y luego el Barça dispuso de una nueva ocasión clarísima que Denis Suárez, quien de nuevo desaprovechó otra oportunidad, mandó al limbo.
En ataque, el Espanyol apenas había dado noticias en la primera parte, pero en la segunda, con la entrada de Baptistao, el equipo se estiró más. Perdió el Barça a Paulinho por un golpe en el pie, pero no parecía que el guión del partido fuera a cambiar radicalmente. Menos aún, cuando Valverde decidió acompañar a Messi de Suárez en ataque retirando del campo a Aleñá.
Nada más entrar en el terreno de juego el uruguayo, Granero cometió penalti sobre Sergi Roberto, Messi se dispuso a dar la puntilla al partido y a la eliminatoria y allí apareció de nuevo la figura del guardameta gallego, que fue el primero que le paró una pena máxima a Messi y es el primero que repite en esta suerte. Messi ha ffaldo ya 21 penaltis de los 86 que ha chutado con el Barça, un 32 por ciento, casi uno de cada tres que lanza.
Esa jugada cambió el partido y el Espanyol empezó a cercar la portería de Cillessen a base de córners y explotando la debilidad de Digne, al que Marc Navarro y David Sánchez desbordaron hasta que a falta de dos minutos para el final, Melendo embocó el balón que le da al Espanyol alas para soñar con unas nuevas semifinales de Copa.
El orgullo españolista se impuso al cálculo barcelonista en una noche inolvidable en Cornellà, que por fin, veía como el Barcelona salía perdedor de ese estadio por primera vez en la historia.