Un recital táctico y futbolístico del Madrid

As
Tormenta perfecta. El Madrid despertó al fin con una primera parte redonda. Un certamen táctico, de intensidad y aceleración con el que pasó por encima de un Sevilla encogido. El conjunto de Zidane, que se dejó a Isco en el banquillo, fue un equipo cuadrado.


La modificación. Con Modric y Kroos en el doble pivote y Lucas y Asensio en los costados, el Madrid conquistó las zonas interiores y las bandas y pilotó con velocidad de crucero. La simetría del once, disfrutando Asensio de la potestad de moverse por dentro, le sentó bien en una tarde en la que Cristiano se reencontró con el gol en LaLiga y con su versión más completa.

Actitud idónea. No se entiende el recital blanco sin la presión solidaria y coordinada con la que redujo a su rival. Un verdadero ejército que apenas dio aire a un Sevilla abrumado, que sólo existió entre el 1-0 y el 2-0. Cuando los de Marcucci amagaron en ataque, llegó la resolución de Vallejo y Nacho.

Desastre de Carole. Todo el Sevilla descarriló en el Bernabéu, pero especialmente revelador resultó el fracaso del lateral izquierdo. Lucas y Achraf sacudieron su banda con excesiva facilidad. El espacio entre lateral y central (Lenglet) también fue aprovechado por Cristiano. Un brindis futbolístico del Madrid del que se espera que no sea un apunte anecdótico y alcance el rango de normalidad.

En línea

Zidane compensó la ausencia de Casemiro con una medular de cuatro jugadores. Lucas y Asensio ayudaron a los laterales ante la previsible amenaza de Nolito y Navas.



Recuperación

Un símbolo del esfuerzo colectivo del Madrid sin balón. Cristiano se adelantó a Pizarro en el robo que originó el 4-0.


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