Microsoft elimina una práctica que silenciaba el acoso sexual

Las clausulas en los contratos obligan a 60 millones de empleados en Estados Unidos a pactar internamente con sus empresas

Sandro Pozzi
Nueva York, El País
Las grandes empresas de Estados Unidos empiezan a tomar nota del huracán que está azotando al mundo de la política, de la cultura y de los medios por las denuncias de acoso y abuso sexual. Para que las voces de las víctimas no queden silenciadas, la compañía Microsoft decide eliminar la opción del arbitraje interno para que en su lugar se resuelvan las denuncias de género ante los tribunales.


La tecnológica de Redmond anunció el cambio de política en su blog. Brad Smith, el máximo responsable legal de la corporación, explica que se acaba con el requerimiento a los empleados de solucionar las denuncias en privado. Pero ahora entiende que eso no hace más que perpetuar el acoso. “Debemos garantizar que la gente puede ir a un tribunal para asegurar que sus preocupaciones se escuchan”, afirma.

Microsoft es la primera compañía del Fortune 100 que –las mayores por ingresos- que apoya también la iniciativa de los senadores Lindsey Graham y de Kirsten Gillibrand que busca prohibir a las compañías que obliguen contractualmente a sus empleados a resolver los casos de abuso y acoso sexual a puerta cerrada. Este tipo de cláusulas impiden a los empleados demandar a sus jefes o a sus empresas.

La firma tecnológica espera ahora que otras corporaciones sigan sus pasos. “Tenemos un problema mayor bajo nuestras narices”, advierte Smith, en referencia a la sucesión de historias que emergieron en EE UU tras las primeras denuncias contra el productor de cine Harvey Weinstein, hace dos meses. “El error más fácil que se puede cometer es asumir que nunca va a pasar a su empresas”, advierte.

Hay 60 millones de estadounidenses que por estas cláusulas no tienen opción de acudir a un tribunal, porque sus empresas le obligan a resolver los casos internamente. La reflexión nacional generada por las continuas denuncias por acoso llevó a que se incluyera en la reforma fiscal una provisión que impide que del pago de impuestos se puedan decidir las compensaciones que se pactan al margen de los tribunales.

Microsoft se enfrentó hace dos años a una demanda de tres empleadas que acusaban a la compañía de discriminación por su género. Aquel caso, que se resolvió al margen de los tribunales, puso en evidencia los problemas que tienen las corporaciones a la hora de afrontar este tipo de denuncias.

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