Lo tuvo Newells, después parecía de Racing y al final no fue para ninguno

En Rosario, terminaron 2-2. El local se puso en ventaja dos veces y dos veces lo igualó la visita.
Lo tuvo Newells, después parecía de Racing y al final no fue para ninguno

Buenos Aires, Clarín
Revertir el momento. Dejar atrás la derrota en el clásico de Avellaneda y la turbulenta semana que vivió con la renuncia de Diego Cocca. Eso se propuso Racing. Y anoche, en Rosario, viajó de un extremo a otro. Pudo perderlo, de hecho dos veces estuvo en desventaja. Pudo ganarlo, cuando Newell’s se quedó con uno menos. Lo perdió Lisandro López en el último instante. El punto es valioso, entonces. Por la coyuntura. Porque el partido siempre fue adverso.


El plan de Juan Ramón Fleita para frenar el derrotero se desmoronó de arranque con las dos primeras pelotas que cayeron en el cielo del área de Racing. En la primera, Juan Musso salió de forma apresurada con los puños y Lautaro Martínez, en su intento por cerrar, le cometió penal a Bruno Bianchi. Lo empujó levemente el delantero bahiense y el zaguero nicoleño se desplomó. Debió haber cobrado Penel, pero no lo hizo. En el segundo centro, todos miraron y al portugués Leal, un 9 muy interesante que empieza a encontrarse con la red. Lo hizo la semana pasada en el Monumental. Repitió anoche, en Parque de la Independencia. Cabeceó sin marcas al gol un centro de Brian Sarmiento. Newell’s se puso en ventaja.

Cuatro cambios presentó el Lagarto. Y dos peso pesados quedaron afuera, Egidio Arévalo Ríos y Sergio Vittor, no casualmente los autores intelectuales del gol de Independiente que tanto ruido hizo en el Cilindro. La apuesta fue el pibe Kevin Gutiérrez, interesante pero sin experiencia. Y a su espalda volcó el juego Newell’s.

Parecía que la noche pintaba muy oscura en Rosario para Racing. Sin embargo, reaccionó rápido. Asimiló el golpe, empezó a mover la pelota con algo de criterio y llegó al empate. Gutiérrez puso un pase bárbaro para Martín Ojeda, que encontró una oposición demasiado frágil del pibe Nadalín. El ex Ferro metió un centro pasado para Andrés Ibargüen y el colombiano, sin dejarla picar, le puso la pelota en la cabeza a Lautaro Martínez. Y la joya de la Academia, ese futbolista con destino europeo más pronto que tarde, cabeceó al 1 a 1.

Daba la sensación de que Racing podía empezar a despegar. Pero sus fallas defensivas lo dejaron muy expuestos. Sarmiento metió un pase para Víctor Figueroa, Miguel Barbieri llegó tarde y apoyó el brazo en el cuello del volante, quien se tiró. Esta vez, Penel marcó una infracción inexistente. Y Brian, que ya había ejecutado con categoría desde los doce pasos ante River, marcó el segundo.

El segundo cachetazo desarmó a Racing. Y Newell’s tomó las riendas del juego con la sociedad Sarmiento-Figueroa y la movilidad de Leal, una verdadera pesadilla para la defensa celeste y blanca. Pudo irse al descanso con el guantazo de nocaut. El travesaño (exquisita rosca de Sarmiento) y Musso (puros reflejos para tapar el remate de Leal en el rebote) lo evitaron. Los defensores visitantes fueron espectadores privilegiados.

Newell’s cometió un error letal en el complemento. Cedió protagonismo y le faltó coraje para dejarlo groggy en el ring a Racing. Para colmo, se lesionó Sarmiento, el mejor valor rojinegro. Sin sentir el asedio y la presión logró acomodarse en el partido. Kevin Gutiérrez y González empezaron a jugar con más espacios. Y ganó confianza la Academia. Y lo empató con la fórmula de Newells: la pelota parada. Juan Sills le cometió una infracción al Pulpo. Renzo Saravia se hizo cargo del tiro libre y Lisandro López metió la cabeza salvadora. Apareció el capitán, que no venía teniendo una buena noche.

Musso salvó su arco en un par de llegadas aisladas de Newell’s, que se quedó con diez por la expulsión de Nehuén Paz. Casi lo gana Racing. Aunque el empate le sentó bien.

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