El pacto de no agresión entre los separatistas empieza a agrietarse
Junts per Catalunya y ERC se niegan a proponer candidatos alternativos a Puigdemont y Junqueras en caso de una vitoria del bloque independentista
Camilo S. Baquero
Blanes / Barcelona, El País
La campaña electoral catalana arrancó con una guerra fría, friísima, entre las fuerzas independentistas. Pero en el transcurso de los días, con el paso de los mítines y el alza que registra Junts per Catalunya en las encuestas en detrimento de ERC, ambas campañas han pasado al ataque. El principal punto de discordia es quién debe ser el presidente de la Generalitat si el separatismo gana. La lista de Carles Puigdemont lo tiene claro y asegura no tener plan B aun si se alargara la estancia del expresidente en Bruselas. Los republicanos aceptaron que Oriol Junqueras, su candidato, señalara a su número dos, Marta Rovira, como presidenciable, pero insisten en aupar al exvicepresidente. Este viernes el exconsejero Carles Mundó auguró en un mitin de ERC en Blanes (Girona) que Puigdemont no podrá volver a Cataluña "para ejercer" el cargo de presidente, por lo que apostó por un "gobierno fuerte". "Hoy quien tiene la máxima legitimidad para encabezarlo es Oriol Junqueras", ha remachado.
Las relaciones entre el PDeCAT y Esquerra ya venían en franco deterioro desde la aprobación de las leyes de desconexión. La gestión de la declaración de independencia tras el referéndum ilegal del 1 de octubre terminó por degradarlas. El culmen fue la negativa a pactar una lista unitaria de cara al 21-D. Todos tenían sus razones: la CUP no quería estar en la misma lista que los neovergentes; ERC se sentía ganadora y creía que había llegado su momento de hacerse hegemónica dentro del soberanismo, y la lista de Puigdemont dio el último golpe al negarse a pactar tres puntos en común dentro que debían constar dentro de los programas electorales.
Desde el primer día, el principal mensaje de Junts per Catalunya pasa por la idea de que estas elecciones no son para elegir un nuevo gobierno, sino para “restituir” la presidencia de Puigdemont. Y repiten que esa lista es la que más “asusta” al gobierno de Mariano Rajoy. “Si hay una lista que Rajoy no quiere gane, esa es la nuestra”, afirmó ya en la presentación de su candidatura en Bruselas el expresdiente catalán. Y en un claro mensaje a ERC, Junts per Catalunya insiste en que cualquier tentación de buscar un candidato alternativo a la presidencia supone legitimar la aplicación del artículo 155 de la Constitución tras la declaración de independencia del bloque secesionista. Montserrat Candini, miembro de la dirección ejecutiva del PDeCAT, ha insistido hoy a través de su cuenta de Twitter: "El 21-D reforzamos el resultado del 1 de octubre. No son unas elecciones para elegir presidente. Ya lo tenemos".
ERC se aferra a las encuestas y se presenta como la única manera de derrotar a Ciudadanos, que los sondeos dan como primera fuerza constitucionalista. Pero los republicanos han tenido problemas para lograr marcar distancias con Puigdemont, una figura que genera respeto dentro del independentismo. Junqueras tiene ascendencia, pero desde la prisión de Estremera no puede influir tanto en campaña como su exjefe de Gobierno. Y Rovira no ha podido dar una respuesta clara sobre si cree que el expresidente debe ser el nuevo líder tras la formación del nuevo Parlamento catalán.
El pasado miércoles la candidata escapó a la pregunta refugiándose en que había que esperar a los resultados. “Tal y como están las cosas lo que haremos es empujar para ganar las elecciones, y luego ya veremos en qué condiciones llegamos y qué mayorías parlamentarias han surgido para formar el mejor Govern", aseguró. Las encuestas cada vez son menos halagüeñas para los republicanos.
La presión es tanta que el pacto de no agresión ya ha empezado a romperse. El exconsejero de Justicia Carles Mundó ha abogado este viernes por que Junts per Catalunya diseñe un plan B ante la posibilidad de que la justicia procese a Puigdemont si regresa a Cataluña. "Hay que ser realistas: que hoy Puigdemont pueda volver a Cataluña para ejercer su cargo es poco más que un deseo", ha sostenido en un mitin de Esquerra en Blanes. "Todos sabemos que si Puigdemont y losconsellers que están en Bruselas ponen los pies en Cataluña serán llevados inmediatamente a prisión y no podrán salir de ella durante mucho tiempo, ya que no podrán convencer fácilmente al juez de que no hay riesgo de fuga", ha añadio. Por ello, ha apostado por un Govern "fuerte y sólido" para poner fin "a la intervención" del Estado. "Es imprescindible tener un Govern fuerte en Cataluña. Y hoy quien tiene la máxima legitimidad para encabezarlo es Oriol Junqueras", ha agregado.
El número 9 de ERC por Barcelona, Rubén Wagensberg, ha abundado en ello: “Claro que queremos restituir el Govern legítimo, pero es nuestra responsabilidad contemplar todos los escenarios políticos y se ha de explicar que hay gente que no podrá volver. O solo lo podrá hacer si somos independientes”, ha advertido. El sindicalista José Rodríguez, independiente y número 24 en al lista de ERC por Barcelona, ha criticado que se insista en que Puigdemont o Junqueras puedan llegar a Palau. “El independentismo activista no merece más campaña mágica”, ha dicho a través de Twitter.
El exconsejero Raül Romeva, de hecho, ya se saltó ese pacto de no agresión el jueves y criticó la estrategia de la huida a Bélgica. "Sabíamos las consecuencias pero yo había sido cabeza de lista de Junts pel Sí y me comprometí, entre otras cosas, con una persona que era Oriol [Junqueras]", dijo el exresponsable de las relaciones internacionales del Govern en una entrevista a Catalunya Ràdio.
Puigdemont dice que si hay victoria se debe restituir el Govern
Pese a todo, Junts per Catalunya insiste en su apuesta. Puigdemont este viernes ha abundado en esa idea tras las declaraciones de Mundó. El expresidente ha afirmado que la prioridad del bloque independentista tras el 21-D debe ser la restitución del Gobierno cesado “en su conjunto”. “Las cosas se retoman allí donde se dejaron”, ha afirmado a través de una videoconferencia desde Bruselas el candidato. Con ello, Puigdemont insistía en que una victoria de las fuerzas independentistas debe servir para que regresen al Ejecutivo catalán todos los que fueron cesados mediante el artículo 155. “No contemplo una investidura así dicha, sino seguir siendo presidente de la Generalitat de Catalunya, porque a mí el Parlament no me ha cesado”, ha sostenido Puigdemont. Y ha añadido: “Si la mayoría no cambia, tampoco tiene por qué hacerlo el Govern”.
Por ello, Puigdemont ha asegurado que “impedir la investidura” del Gobierno cesado “sería hacer que el 155 siguiera en vigor”. El mensaje iba para los partidos constitucionalistas, pero también para su socio de ERC en el Ejecutivo catalán, cuya número dos por Barcelona, Marta Rovira, se ha mostrado dispuesta a presidir la Generalitat. “Nos tenemos que comprometer a respetar este resultado”, ha añadido el expresidente desde Bruselas.
Camilo S. Baquero
Blanes / Barcelona, El País
La campaña electoral catalana arrancó con una guerra fría, friísima, entre las fuerzas independentistas. Pero en el transcurso de los días, con el paso de los mítines y el alza que registra Junts per Catalunya en las encuestas en detrimento de ERC, ambas campañas han pasado al ataque. El principal punto de discordia es quién debe ser el presidente de la Generalitat si el separatismo gana. La lista de Carles Puigdemont lo tiene claro y asegura no tener plan B aun si se alargara la estancia del expresidente en Bruselas. Los republicanos aceptaron que Oriol Junqueras, su candidato, señalara a su número dos, Marta Rovira, como presidenciable, pero insisten en aupar al exvicepresidente. Este viernes el exconsejero Carles Mundó auguró en un mitin de ERC en Blanes (Girona) que Puigdemont no podrá volver a Cataluña "para ejercer" el cargo de presidente, por lo que apostó por un "gobierno fuerte". "Hoy quien tiene la máxima legitimidad para encabezarlo es Oriol Junqueras", ha remachado.
Las relaciones entre el PDeCAT y Esquerra ya venían en franco deterioro desde la aprobación de las leyes de desconexión. La gestión de la declaración de independencia tras el referéndum ilegal del 1 de octubre terminó por degradarlas. El culmen fue la negativa a pactar una lista unitaria de cara al 21-D. Todos tenían sus razones: la CUP no quería estar en la misma lista que los neovergentes; ERC se sentía ganadora y creía que había llegado su momento de hacerse hegemónica dentro del soberanismo, y la lista de Puigdemont dio el último golpe al negarse a pactar tres puntos en común dentro que debían constar dentro de los programas electorales.
Desde el primer día, el principal mensaje de Junts per Catalunya pasa por la idea de que estas elecciones no son para elegir un nuevo gobierno, sino para “restituir” la presidencia de Puigdemont. Y repiten que esa lista es la que más “asusta” al gobierno de Mariano Rajoy. “Si hay una lista que Rajoy no quiere gane, esa es la nuestra”, afirmó ya en la presentación de su candidatura en Bruselas el expresdiente catalán. Y en un claro mensaje a ERC, Junts per Catalunya insiste en que cualquier tentación de buscar un candidato alternativo a la presidencia supone legitimar la aplicación del artículo 155 de la Constitución tras la declaración de independencia del bloque secesionista. Montserrat Candini, miembro de la dirección ejecutiva del PDeCAT, ha insistido hoy a través de su cuenta de Twitter: "El 21-D reforzamos el resultado del 1 de octubre. No son unas elecciones para elegir presidente. Ya lo tenemos".
ERC se aferra a las encuestas y se presenta como la única manera de derrotar a Ciudadanos, que los sondeos dan como primera fuerza constitucionalista. Pero los republicanos han tenido problemas para lograr marcar distancias con Puigdemont, una figura que genera respeto dentro del independentismo. Junqueras tiene ascendencia, pero desde la prisión de Estremera no puede influir tanto en campaña como su exjefe de Gobierno. Y Rovira no ha podido dar una respuesta clara sobre si cree que el expresidente debe ser el nuevo líder tras la formación del nuevo Parlamento catalán.
El pasado miércoles la candidata escapó a la pregunta refugiándose en que había que esperar a los resultados. “Tal y como están las cosas lo que haremos es empujar para ganar las elecciones, y luego ya veremos en qué condiciones llegamos y qué mayorías parlamentarias han surgido para formar el mejor Govern", aseguró. Las encuestas cada vez son menos halagüeñas para los republicanos.
La presión es tanta que el pacto de no agresión ya ha empezado a romperse. El exconsejero de Justicia Carles Mundó ha abogado este viernes por que Junts per Catalunya diseñe un plan B ante la posibilidad de que la justicia procese a Puigdemont si regresa a Cataluña. "Hay que ser realistas: que hoy Puigdemont pueda volver a Cataluña para ejercer su cargo es poco más que un deseo", ha sostenido en un mitin de Esquerra en Blanes. "Todos sabemos que si Puigdemont y losconsellers que están en Bruselas ponen los pies en Cataluña serán llevados inmediatamente a prisión y no podrán salir de ella durante mucho tiempo, ya que no podrán convencer fácilmente al juez de que no hay riesgo de fuga", ha añadio. Por ello, ha apostado por un Govern "fuerte y sólido" para poner fin "a la intervención" del Estado. "Es imprescindible tener un Govern fuerte en Cataluña. Y hoy quien tiene la máxima legitimidad para encabezarlo es Oriol Junqueras", ha agregado.
El número 9 de ERC por Barcelona, Rubén Wagensberg, ha abundado en ello: “Claro que queremos restituir el Govern legítimo, pero es nuestra responsabilidad contemplar todos los escenarios políticos y se ha de explicar que hay gente que no podrá volver. O solo lo podrá hacer si somos independientes”, ha advertido. El sindicalista José Rodríguez, independiente y número 24 en al lista de ERC por Barcelona, ha criticado que se insista en que Puigdemont o Junqueras puedan llegar a Palau. “El independentismo activista no merece más campaña mágica”, ha dicho a través de Twitter.
El exconsejero Raül Romeva, de hecho, ya se saltó ese pacto de no agresión el jueves y criticó la estrategia de la huida a Bélgica. "Sabíamos las consecuencias pero yo había sido cabeza de lista de Junts pel Sí y me comprometí, entre otras cosas, con una persona que era Oriol [Junqueras]", dijo el exresponsable de las relaciones internacionales del Govern en una entrevista a Catalunya Ràdio.
Puigdemont dice que si hay victoria se debe restituir el Govern
Pese a todo, Junts per Catalunya insiste en su apuesta. Puigdemont este viernes ha abundado en esa idea tras las declaraciones de Mundó. El expresidente ha afirmado que la prioridad del bloque independentista tras el 21-D debe ser la restitución del Gobierno cesado “en su conjunto”. “Las cosas se retoman allí donde se dejaron”, ha afirmado a través de una videoconferencia desde Bruselas el candidato. Con ello, Puigdemont insistía en que una victoria de las fuerzas independentistas debe servir para que regresen al Ejecutivo catalán todos los que fueron cesados mediante el artículo 155. “No contemplo una investidura así dicha, sino seguir siendo presidente de la Generalitat de Catalunya, porque a mí el Parlament no me ha cesado”, ha sostenido Puigdemont. Y ha añadido: “Si la mayoría no cambia, tampoco tiene por qué hacerlo el Govern”.
Por ello, Puigdemont ha asegurado que “impedir la investidura” del Gobierno cesado “sería hacer que el 155 siguiera en vigor”. El mensaje iba para los partidos constitucionalistas, pero también para su socio de ERC en el Ejecutivo catalán, cuya número dos por Barcelona, Marta Rovira, se ha mostrado dispuesta a presidir la Generalitat. “Nos tenemos que comprometer a respetar este resultado”, ha añadido el expresidente desde Bruselas.