El City ata media Premier
Los goles de Silva y Otamendi le dieron el triunfo en Old Trafford y le distancian en 11 puntos de su perseguidor. Rashford empató en el 48', pero el City fue mejor.
E.F.-Abascal
As
El Manchester City dio un golpe casi definitivo a la Premier League tras ganar 1-2 en Old Trafford gracias a un gol de Silva antes del descanso y a otro de Otamendi al inicio de la segunda mitad. Marcus Rashford puso las tablas temporalmente entre ambos tantos, pero el Manchester United sólo tuvo la valentía para lanzarse a por el partido cuando ya lo vio todo perdido en los minutos finales. Así, el líder encadena su decimocuarta victoria consecutiva en liga y ampliar la diferencia con su vecino hasta los 11 puntos después de sólo 16 jornadas disputadas.
Mourinho enseñó unas cartas con su once inicial muy diferentes a las que luego vimos sobre el tapete. Renunció a la defensa de cinco de los últimos partidos y rearmó a su equipo en torno a un 4-2-3-1 aparentemente muy ofensivo. Matic y Ander Herrera formaban el doble pivote, pero en el resto del once se adivinaba más talento que músculo, con dos laterales que un día fueron extremos (Valencia y Ypung), un mediapunta con llegada (Lingard) y tres puñales arriba (Martial, Lukaku y Rashford).
La teoría quedo en papel mojado una vez que el árbitro pito el inicio del partido. El United puso el autobús sin descaro y se limitó a intentar que el temible ataque del City no tradujera su 75% de posesión en goles.
El plan funcionó en parte. El equipo de Pep Guardiola dominó los primeros 40 minutos de partido con una rotundidad absoluta, pero apenas logró probar los reflejos de De Gea. Gabriel Jesús fue el único que encontró rendijas en la muralla Red Devil y hubo que esperar hasta el cuarto de hora de partido para ver a Sterling realizar el primer disparo a puerta del encuentro. El segundo, lo hizo el propio delantero brasileño con un tímido disparo a las manos del portero.
El City ganaba a los puntos, pero el United se sentía cómodo pensando en dar un zarpazo al contragolpe o a balón parado. Sin embargo, Mourinho probó en el minuto 42 su propia medicina. Lukaku despejó mal un córner y Silva hizo el merecido 0-1 tras batir a bocajarro a De Gea.
El gol obligó al United a salir de la cueva y pronto se vio que los Red Devils tenían más de lo que habían mostrado hasta el momento. Rashford mandó un primer aviso con el primero tiro a puerta de su equipo y el propio delantero inglés hizo el empate en el minuto 46 tras aprovechar un error garrafal de Delph.
Guardiola insistió en su idea pese al gol en contra y sacó a Gundogan por Kompany en el descanso para dominar todavía más el juego. Pero otra ve fue el balón parado y otro error de Lukaku lo que puso de nuevo a su equipo por delante en el marcador. El delantero belga convirtió un mal despeje en una asistencia de lujo para Otamendi y el argentino aceptó el regalo para hacer el 2-1.
Pep tiró entonces de pragmatismo para dar solidez a su equipo con la entrada de un defensa (Mangala) por un delantero (Gabriel Jesús). De nuevo, se vio que importa más el estilo que los jugadores. El City mantuvo su sello y a Sterling sólo le faltaron unos centímetros para aprovechar un pase a la muerte de Silva y hacer el gol de la sentencia. De Bruyne también lo intentó con un disparo lejano pero De Gea lo despejó sin problema para mantener la emoción hasta el final.
Mourinho sacó entonces a Ibrahimovic y Mata por Lingard y Ander para intentar un último arreón a la desesperada. El City era ya el que intentaba matar el partido al contragolpe y el que tuvo que encomendarse a su portero para evitar el empate en una doble ocasión de Lukaku y el propio Mata. Ederson detuvo la primera con la cara y casi sin saberlo también puto quitarse de encima el disparo del asturiano. Ahí, se esfumó el posible empate del United y ahí se fue también seguramente la opción de que el equipo de Mourinho pueda plantar cara al City en lo que resta de campeonato. 11 puntos parece una montaña demasiado elevada para escalar tanto por la estadística como por las sensaciones.
E.F.-Abascal
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El Manchester City dio un golpe casi definitivo a la Premier League tras ganar 1-2 en Old Trafford gracias a un gol de Silva antes del descanso y a otro de Otamendi al inicio de la segunda mitad. Marcus Rashford puso las tablas temporalmente entre ambos tantos, pero el Manchester United sólo tuvo la valentía para lanzarse a por el partido cuando ya lo vio todo perdido en los minutos finales. Así, el líder encadena su decimocuarta victoria consecutiva en liga y ampliar la diferencia con su vecino hasta los 11 puntos después de sólo 16 jornadas disputadas.
Mourinho enseñó unas cartas con su once inicial muy diferentes a las que luego vimos sobre el tapete. Renunció a la defensa de cinco de los últimos partidos y rearmó a su equipo en torno a un 4-2-3-1 aparentemente muy ofensivo. Matic y Ander Herrera formaban el doble pivote, pero en el resto del once se adivinaba más talento que músculo, con dos laterales que un día fueron extremos (Valencia y Ypung), un mediapunta con llegada (Lingard) y tres puñales arriba (Martial, Lukaku y Rashford).
La teoría quedo en papel mojado una vez que el árbitro pito el inicio del partido. El United puso el autobús sin descaro y se limitó a intentar que el temible ataque del City no tradujera su 75% de posesión en goles.
El plan funcionó en parte. El equipo de Pep Guardiola dominó los primeros 40 minutos de partido con una rotundidad absoluta, pero apenas logró probar los reflejos de De Gea. Gabriel Jesús fue el único que encontró rendijas en la muralla Red Devil y hubo que esperar hasta el cuarto de hora de partido para ver a Sterling realizar el primer disparo a puerta del encuentro. El segundo, lo hizo el propio delantero brasileño con un tímido disparo a las manos del portero.
El City ganaba a los puntos, pero el United se sentía cómodo pensando en dar un zarpazo al contragolpe o a balón parado. Sin embargo, Mourinho probó en el minuto 42 su propia medicina. Lukaku despejó mal un córner y Silva hizo el merecido 0-1 tras batir a bocajarro a De Gea.
El gol obligó al United a salir de la cueva y pronto se vio que los Red Devils tenían más de lo que habían mostrado hasta el momento. Rashford mandó un primer aviso con el primero tiro a puerta de su equipo y el propio delantero inglés hizo el empate en el minuto 46 tras aprovechar un error garrafal de Delph.
Guardiola insistió en su idea pese al gol en contra y sacó a Gundogan por Kompany en el descanso para dominar todavía más el juego. Pero otra ve fue el balón parado y otro error de Lukaku lo que puso de nuevo a su equipo por delante en el marcador. El delantero belga convirtió un mal despeje en una asistencia de lujo para Otamendi y el argentino aceptó el regalo para hacer el 2-1.
Pep tiró entonces de pragmatismo para dar solidez a su equipo con la entrada de un defensa (Mangala) por un delantero (Gabriel Jesús). De nuevo, se vio que importa más el estilo que los jugadores. El City mantuvo su sello y a Sterling sólo le faltaron unos centímetros para aprovechar un pase a la muerte de Silva y hacer el gol de la sentencia. De Bruyne también lo intentó con un disparo lejano pero De Gea lo despejó sin problema para mantener la emoción hasta el final.
Mourinho sacó entonces a Ibrahimovic y Mata por Lingard y Ander para intentar un último arreón a la desesperada. El City era ya el que intentaba matar el partido al contragolpe y el que tuvo que encomendarse a su portero para evitar el empate en una doble ocasión de Lukaku y el propio Mata. Ederson detuvo la primera con la cara y casi sin saberlo también puto quitarse de encima el disparo del asturiano. Ahí, se esfumó el posible empate del United y ahí se fue también seguramente la opción de que el equipo de Mourinho pueda plantar cara al City en lo que resta de campeonato. 11 puntos parece una montaña demasiado elevada para escalar tanto por la estadística como por las sensaciones.