Aficionadas del Atlético Mineiro protestan contra Robinho: “No queremos violadores”

El club se niega a comentar la condena del jugador por una violación colectiva y negocia la renovación de su contrato

Breiller Pires
São Paulo, El País
Empleados del Atlético Mineiro retiraron en la madrugada de este martes pancartas de protesta colgadas frente a la sede del club, en Belo Horizonte, por un grupo de aficionadas indignadas con los dirigentes del equipo, que no han hecho el menor comentario hasta ahora sobre la condena a su jugador Robinho por participar en una violación colectiva en Italia. El delantero brasileño fue condenado en noviembre a nueve años de prisión por la justicia italiana. El exfutbolista del Real Madrid es uno de los seis acusados en el proceso abierto después de que una joven albanesa los denunciase por violencia sexual. Los hechos ocurrieron en 2013, cuando Robinho jugaba en el Milan. El delantero recurrió la sentencia y se encuentra en libertad porque, según la Constitución brasileña, los ciudadanos nacidos en el país no pueden ser extraditados.


Las pancartas desplegadas por el grupo, que se identifica como Feministas do Galo (nombre por el que es conocido popularmente el Atlético Mineiro), critican la postura del club, que, desde el anuncio de la condena, afirma que no va a pronunciarse sobre el caso, por tratarse de “un asunto personal del futbolista”. Dos mensajes dirigidos a la directiva fueron expuestos frente a la sede del Atlético: “Un condenado por violación jugando en el Galo es una violencia contra toda las mujeres” y “Galo, tu silencio es violento .No aceptaremos violadores”.

Según declaró una de las integrantes del grupo, “la omisión del club es inadmisible, ya que el jugador fue condenado en primera instancia y, en vez de preocuparse con el hecho, la dirección medita renovarle el contrato". El compromiso de Robinho con el Atlético vence a finales de año. El delantero, próximo a cumplir 34 años, tiene uno de los mayores salarios del equipo de Belo Horizonte – cerca de 800.000 reales al mes, unos 200.000 euros– y negocia la extensión del acuerdo por otro año con reducción de sus ingresos. El Santos, el club en el que se dio a conocer, está también interesado en contratarlo incluso tras la repercusión de la sentencia en Italia.

No es la primera vez que una sospecha de violencia sexual ronda al brasileño. En 2009, cuando jugaba en el Manchester City, ya había sido acusado de violación por una mujer que conoció en un club nocturno de Leeds. Robinho llegó a irse a Brasil sin la autorización del club, por miedo a ser detenido. Al retornar a Inglaterra, tuvo que presentarse en comisaría, donde pagó una fianza y fue liberado. El proceso acabó archivado tres meses después.

Tampoco es la primera vez que mujeres se unen para protestar contra el Atlético. En 2016, aficionadas mineiras denunciaron el tono machista del acto de lanzamiento del nuevo uniforme del equipo para la temporada. En aquella ocasión, el club había utilizado modelos en biquíni para presentar la nueva camiseta. En las instrucciones de lavado del material, producido por la empresa DryWorld, había también un mensaje que enfureció a las aficionadas: “Déselo a su mujer”. Pese a la protesta de este martes, los servicios de comunicación del Atlético reiteraron que la dirección del club no se manifestará sobre la condena de Robinho.

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