Trump devuelve a Corea del Norte a la lista de países patrocinadores del terrorismo
La medida, que también se aplica a Siria, Irán y Sudán, añade presión a Pyongyang
Jan Martínez Ahrens
Amanda Mars
Washington, El País
El presidente Donald Trump ha anunciado hoy la vuelta de Corea del Norte a la lista de países patrocinadores del terrorismo, lugar que había abandonado en 2008, durante la Administración de George W. Bush. La medida, que también se aplica a Siria, Irán y Sudán, irá acompañada de nuevas sanciones económicas este martes y supone una nueva vuelta de tuerca a la estrategia de presión de Washington para poner fin al programa nuclear y balístico del régimen de Pyongyang.
Bush hijo había retirado la calificación en un intento de avanzar en la negociación nuclear, valorando que el régimen norcoreano -entonces en manos de Kim Jong-il, padre del actual líder- había accedido a proseguir el desmantelamiento de su planta de plutonio y que aceptaba algunas inspecciones. Nueve años después, la Administración Trump ha concluido que fue un paso en falso y que Pyongyang sigue dando apoyo a “actos internacionales de terrorismo”.
Aparte de su significado político, los efectos de la declaración son marginales desde el momento en que Corea del Norte ya está sometido a fuertes sanciones y que cualquier relación internacional con esta tiranía está penalizada por Washington. En una rueda de prensa posterior, el secretario de Estado,Rex Tillerson, señaló que la inclusión en la lista "disuadirá a terceros de emprender actividades con Corea del Norte. Además, Trump ya había advertido por la mañana de que el departamento del Tesoro anunciará nuevos castigos este martes. "Será sanciones del más alto nivel", dijo.
El anuncio, como casi todo lo concerniente a Corea del Norte, fue efectuado por el propio Trump. A los cinco días del regreso de su gira por Asia, el presidente aprovechó su reunión con su gabinete para hacer pública la medida. “Esto debería haber ocurrido tiempo atrás”, afirmó el mandatario.
Aunque no ofreció detalles sobre las causas del reingreso, Trump sí que aludió a “crímenes cometidos en el extranjero”, en clara referencia al envenenamiento con gas nervioso del hermano del Líder Supremo en Malasia. Pero más allá de los motivos legales, la medida se inscribe en el cerco al que Trump ha decidido someter a Pyongyang y cuyo fin es acabar con su belicosa nuclearización. “Corea del Norte debe ponerle fin”, afirmó con rotundidad el presidente.
El revés a Pyongyang, que prosigue su carrera armamentística pese a las ocho rondas de sanciones por parte de Naciones Unidas, se produce tras unos meses marcados por la escalada de tensión entre ambos países. En verano, el régimen de Kim Jong-un amenzó explícitamente con atacar Estados Unidos y Trump replicó con el mismo tono. En septiembre, ordenó sancionar a cualquier empresa o particular que comercie con Corea, algo que afectaba de lleno a China pero que, según dijo el presidente americano, ya estaba avisado y contemplado por el gigante asiático.
La batalla verbal del verano se reavivó recientemente y llevó el lenguaje de la geopolítica -que, de por sí, siempre es peculiar con un país tan hermético como Corea del Norte- a la pura extravagancia. Trump llamó "bajo" y "gordo" a Kim Jong-un a través de su cuenta de Twitter como respuesta a los insultos previo del norcoreano, que le tildó de "viejo chocho".
Jan Martínez Ahrens
Amanda Mars
Washington, El País
El presidente Donald Trump ha anunciado hoy la vuelta de Corea del Norte a la lista de países patrocinadores del terrorismo, lugar que había abandonado en 2008, durante la Administración de George W. Bush. La medida, que también se aplica a Siria, Irán y Sudán, irá acompañada de nuevas sanciones económicas este martes y supone una nueva vuelta de tuerca a la estrategia de presión de Washington para poner fin al programa nuclear y balístico del régimen de Pyongyang.
Bush hijo había retirado la calificación en un intento de avanzar en la negociación nuclear, valorando que el régimen norcoreano -entonces en manos de Kim Jong-il, padre del actual líder- había accedido a proseguir el desmantelamiento de su planta de plutonio y que aceptaba algunas inspecciones. Nueve años después, la Administración Trump ha concluido que fue un paso en falso y que Pyongyang sigue dando apoyo a “actos internacionales de terrorismo”.
Aparte de su significado político, los efectos de la declaración son marginales desde el momento en que Corea del Norte ya está sometido a fuertes sanciones y que cualquier relación internacional con esta tiranía está penalizada por Washington. En una rueda de prensa posterior, el secretario de Estado,Rex Tillerson, señaló que la inclusión en la lista "disuadirá a terceros de emprender actividades con Corea del Norte. Además, Trump ya había advertido por la mañana de que el departamento del Tesoro anunciará nuevos castigos este martes. "Será sanciones del más alto nivel", dijo.
El anuncio, como casi todo lo concerniente a Corea del Norte, fue efectuado por el propio Trump. A los cinco días del regreso de su gira por Asia, el presidente aprovechó su reunión con su gabinete para hacer pública la medida. “Esto debería haber ocurrido tiempo atrás”, afirmó el mandatario.
Aunque no ofreció detalles sobre las causas del reingreso, Trump sí que aludió a “crímenes cometidos en el extranjero”, en clara referencia al envenenamiento con gas nervioso del hermano del Líder Supremo en Malasia. Pero más allá de los motivos legales, la medida se inscribe en el cerco al que Trump ha decidido someter a Pyongyang y cuyo fin es acabar con su belicosa nuclearización. “Corea del Norte debe ponerle fin”, afirmó con rotundidad el presidente.
El revés a Pyongyang, que prosigue su carrera armamentística pese a las ocho rondas de sanciones por parte de Naciones Unidas, se produce tras unos meses marcados por la escalada de tensión entre ambos países. En verano, el régimen de Kim Jong-un amenzó explícitamente con atacar Estados Unidos y Trump replicó con el mismo tono. En septiembre, ordenó sancionar a cualquier empresa o particular que comercie con Corea, algo que afectaba de lleno a China pero que, según dijo el presidente americano, ya estaba avisado y contemplado por el gigante asiático.
La batalla verbal del verano se reavivó recientemente y llevó el lenguaje de la geopolítica -que, de por sí, siempre es peculiar con un país tan hermético como Corea del Norte- a la pura extravagancia. Trump llamó "bajo" y "gordo" a Kim Jong-un a través de su cuenta de Twitter como respuesta a los insultos previo del norcoreano, que le tildó de "viejo chocho".