Quisieron robar una joyería y se encontraron con un adversario totalmente inesperado
La banda de delincuentes tuvo que irse con las manos vacías del establecimiento ubicado en un centro comercial de Pleasanton, California
Infobae
Eran las 8.20 PM del lunes cuando los seis criminales irrumpieron en la joyería Diamond Ring Co., ubicada en la segunda planta del Stoneridge Mall. El séptimo hombre los esperaba afuera, para advertirles si venía la policía.
Debía ser un robo fugaz. Entrar, tomar la mayor cantidad posible de joyas y salir rápidamente. Pero se toparon con un obstáculo inesperado.
El que iba al frente del grupo atacó con gas pimienta a la empleada que estaba detrás del mostrador, Sarosh Tariq. "De pronto me cubría todo el rostro. No podía respirar, ni ver. Estaba completamente ciega", contó a KTVU.
Acto seguido, uno de los delincuentes sacó un martillo y empezó a golpear la vitrina que exhibían una colección de relojes Rolex. Para su sorpresa, no podía penetrarla a pesar de que lo intentaba con todas sus fuerzas.
Entonces, un cómplice le sacó el arma y arremetió contra el cristal. Tampoco tuvo éxito. Resignado, ordenó la retirada. Camino a la salida, golpeó otra de las vitrinas, aunque sin producir ningún resultado.
"Usamos un vidrio templado de doble capa. Por más que lo martilles, no le vas a poder hacer nada", contó Samir Masudy, el manager de la tienda.
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Eran las 8.20 PM del lunes cuando los seis criminales irrumpieron en la joyería Diamond Ring Co., ubicada en la segunda planta del Stoneridge Mall. El séptimo hombre los esperaba afuera, para advertirles si venía la policía.
Debía ser un robo fugaz. Entrar, tomar la mayor cantidad posible de joyas y salir rápidamente. Pero se toparon con un obstáculo inesperado.
El que iba al frente del grupo atacó con gas pimienta a la empleada que estaba detrás del mostrador, Sarosh Tariq. "De pronto me cubría todo el rostro. No podía respirar, ni ver. Estaba completamente ciega", contó a KTVU.
Acto seguido, uno de los delincuentes sacó un martillo y empezó a golpear la vitrina que exhibían una colección de relojes Rolex. Para su sorpresa, no podía penetrarla a pesar de que lo intentaba con todas sus fuerzas.
Entonces, un cómplice le sacó el arma y arremetió contra el cristal. Tampoco tuvo éxito. Resignado, ordenó la retirada. Camino a la salida, golpeó otra de las vitrinas, aunque sin producir ningún resultado.
"Usamos un vidrio templado de doble capa. Por más que lo martilles, no le vas a poder hacer nada", contó Samir Masudy, el manager de la tienda.