Las claves del mejor Barça defensivo
Barcelona, AS
Sólo ha encajado cinco goles en 16 partidos entre Liga, Champions y Copa. Ter Stegen, el liderazgo de Umtiti, el asentamiento de Semedo y la actitud, entre las razones.
El Barça ha encajado sólo cinco goles en 16 partidos entre Liga, Champions y Copa. Un coeficiente espectacular de sólo 0,31 goles encajados que le sitúa entre los mejores defensivos de Europa. Una circunstancia casi desconocida para un equipo que ha hecho del ataque la bandera de su fútbol y la base de su filosofía. El Barça, junto al Oporto, es el líder que menos encaja en las grandes Ligas europeas. Ter Stegen sólo ha recibido cuatro goles en el campeonato doméstico, los mismos que el Oporto. Nápoles y City han encajado siete goles en Serie A y Premier respetivamente; y Bayern y PSG, ocho en la Bunesliga y la Ligue 1. Las claves de esas cifras del Barça pueden encontrarse aquí.
Ter Stegen. Le ha salvado varios partidos al Barça. Espectaculares sus actuaciones en Girona antes de que el equipo encarrilase el marcador; en el Wanda, donde hizo una parada espectacular a Griezmann, y en San Mamés, con dos paradas salvadoras (una con la mano izquierda y otro con la derecha) a Aduriz. El Barça se siente muy seguro con un portero iluminado que amenaza el trono de Neuer en el fútbol alemán y de momento es el portero de la Liga.
La disciplina de líneas. El Barça (ya lo hacía con Luis Enrique) se despliega 4-4-2 en defensa. Suárez, y sobre todo Messi, quedan casi liberados de tareas defensivas pero el resto del equipo se aplica. La marcha de Neymar, que era el sacrificado en términos defensivos del sistema de Luis Enrique (del tridente era quien estaba obligado a ocupar la posición de interior) ha sido devastadora en términos ofensivos pero las ayudas desde el centro del campo se han multiplicado. Neymar se relajaba en tareas defensivas y el Barça perdía el sitio y tenía agujeros cuando otros jugadores tenían que apagar los fuegos. Valverde ha conseguido que las líneas se ordenen de manera racional y en ocasiones se diría que el conjunto azulgrana hasta se siente cómodo en defensa y sufre menos que de costumbre.
El liderazgo de Umtiti y el asentamiento de Semedo. El francés ya se había asentado en la titularidad la temporada pasada pero este curso se ha permitido el lujo incluso de coger galones. Ha jugado partidos brillantísimos si bien los dos últimos (Olympiacos y Sevilla) no han sido los mejores. Semedo también se ha descubierto como un jugador aplicado en defensa. Francés y portugués, en definitiva, se han puesto al nivel de Piqué y Alba, intocables hace muchos años. Mascherano también cumple cuando juega. Profesionalidad, veteranía e intuición en el campo. Menos grietas.
La actitud. Aquella frase de Piqué en el Bernabéu ("ya no somos el mejor equipo") después de la Supercopa resultó demoledora. El Barça fue un equipo hegemónico durante años y ahora tiene que aceptar que ha bajado un escalón y que, para seguir compitiendo, necesita no sólo talento sino también actitud y concentración en la parte de atrás. Y solidaridad. La imagen de Messi corriendo detrás de jugadores del Sevilla en el último minuto del partido de Liga es el mejor ejemplo de que el Barça no ha perdido el hambre pero ha entendido que para volver a recuperar el reinado de la Liga tendrá que tener tan buena actitud como el que más.
Sólo ha encajado cinco goles en 16 partidos entre Liga, Champions y Copa. Ter Stegen, el liderazgo de Umtiti, el asentamiento de Semedo y la actitud, entre las razones.
El Barça ha encajado sólo cinco goles en 16 partidos entre Liga, Champions y Copa. Un coeficiente espectacular de sólo 0,31 goles encajados que le sitúa entre los mejores defensivos de Europa. Una circunstancia casi desconocida para un equipo que ha hecho del ataque la bandera de su fútbol y la base de su filosofía. El Barça, junto al Oporto, es el líder que menos encaja en las grandes Ligas europeas. Ter Stegen sólo ha recibido cuatro goles en el campeonato doméstico, los mismos que el Oporto. Nápoles y City han encajado siete goles en Serie A y Premier respetivamente; y Bayern y PSG, ocho en la Bunesliga y la Ligue 1. Las claves de esas cifras del Barça pueden encontrarse aquí.
Ter Stegen. Le ha salvado varios partidos al Barça. Espectaculares sus actuaciones en Girona antes de que el equipo encarrilase el marcador; en el Wanda, donde hizo una parada espectacular a Griezmann, y en San Mamés, con dos paradas salvadoras (una con la mano izquierda y otro con la derecha) a Aduriz. El Barça se siente muy seguro con un portero iluminado que amenaza el trono de Neuer en el fútbol alemán y de momento es el portero de la Liga.
La disciplina de líneas. El Barça (ya lo hacía con Luis Enrique) se despliega 4-4-2 en defensa. Suárez, y sobre todo Messi, quedan casi liberados de tareas defensivas pero el resto del equipo se aplica. La marcha de Neymar, que era el sacrificado en términos defensivos del sistema de Luis Enrique (del tridente era quien estaba obligado a ocupar la posición de interior) ha sido devastadora en términos ofensivos pero las ayudas desde el centro del campo se han multiplicado. Neymar se relajaba en tareas defensivas y el Barça perdía el sitio y tenía agujeros cuando otros jugadores tenían que apagar los fuegos. Valverde ha conseguido que las líneas se ordenen de manera racional y en ocasiones se diría que el conjunto azulgrana hasta se siente cómodo en defensa y sufre menos que de costumbre.
El liderazgo de Umtiti y el asentamiento de Semedo. El francés ya se había asentado en la titularidad la temporada pasada pero este curso se ha permitido el lujo incluso de coger galones. Ha jugado partidos brillantísimos si bien los dos últimos (Olympiacos y Sevilla) no han sido los mejores. Semedo también se ha descubierto como un jugador aplicado en defensa. Francés y portugués, en definitiva, se han puesto al nivel de Piqué y Alba, intocables hace muchos años. Mascherano también cumple cuando juega. Profesionalidad, veteranía e intuición en el campo. Menos grietas.
La actitud. Aquella frase de Piqué en el Bernabéu ("ya no somos el mejor equipo") después de la Supercopa resultó demoledora. El Barça fue un equipo hegemónico durante años y ahora tiene que aceptar que ha bajado un escalón y que, para seguir compitiendo, necesita no sólo talento sino también actitud y concentración en la parte de atrás. Y solidaridad. La imagen de Messi corriendo detrás de jugadores del Sevilla en el último minuto del partido de Liga es el mejor ejemplo de que el Barça no ha perdido el hambre pero ha entendido que para volver a recuperar el reinado de la Liga tendrá que tener tan buena actitud como el que más.