La vida te da y te quita


La Paz, Página 7
Toto Arévalo Director de Deporte Total
La vida me dio la alegría de encontrar a un hombre que no dudó un instante en abrirme las puertas de este maravilloso mundo de la comunicación. Tenía 16 años y soñaba con tener un micrófono en mis manos y ese sueño se convirtió en realidad. Carlos Dalence Loayza fue algo así como un padre en mi vida. Recuerdo ese primer día, fue inolvidable, parado en la mitad de la cancha del estadio Capriles, recibí su bautizo involuntario. Por descuido olvidó mi nombre de pila y me bautizó, quien diría, con el apodo familiar... Toto Arévalo.


Desde entonces, y gracias a él, nací para el mundo de la radio y la televisión con el nombre con que hoy todos me conocen. Han pasado 50 años. Carlos me repetía el orgullo que sentía por lo que había alcanzado y yo le contestaba que era mayor el orgullo que yo sentía por él. Era mi maestro en los primeros pasos del periodismo.

Carlos no sólo fue mi jefe, fue un gran amigo, él era mi confidente y me acompañó en momentos tristes y felices de los primeros años de mi vida profesional. Desde enterrar a mi padre, acompañarme en mi matrimonio y bautizar a mi primogénita. Carlos Dalence fue un hombre excepcional.

Hace unas horas, Gastón Gutiérrez, otro hijo para él, me confirma la triste noticia, ha fallecido Don Carlos, como todos lo conocían.

Fue una figura indiscutible del periodismo deportivo boliviano. Comenzó a fines de los años 50 y tuvo un rol protagónico en las transmisiones del Campeonato Sudamericano de fútbol de 1963. Su voz selló los momentos más recordados del título que ganó Bolivia. Radio Nacional LAB fue su primera casa, después fue puntal de la gran Radio Centro y terminó en RTC, la radio que él fundó.

Hoy se une a quienes compartieron jornadas inolvidables, figuras entrañables como José Oropeza de los Llanos, Pilincho, Raúl Guzmán, Ramiro Méndez, Milivoy Eterovic, Raúl Cardona, Guido Vargas y Hugo Carmona. Dueño de un fino humor y capaz de decir las cosas más duras, medio en broma y medio en serio, será recordado por siempre. Querido Carlos gracias por haber sido parte importante de mi vida.

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