La Armada argentina capta un “ruido permanente” en la zona donde desapareció el submarino
Falta determinar ahora si se trata de una señal de auxilio de la tripulación emitida desde el fondo del mar
Federico Rivas Molina
Buenos Aires, El País
Una nueva señal alimenta la esperanza. La Armada argentina confirmó que dos de sus barcos captaron un “ruido permanente” en la zona donde buscan al submarino ARA San Juan, perdido desde hace cinco días en el Atlántico Sur, con 44 personas a bordo. El origen de la “firma acústica”, como la llamó el portavoz de la fuerza, Enrique Balbi, está a 360 kilómetros de la costa, cerca del sitio donde el submarino emitió el miércoles su última ubicación. "Está en el borde del talud, donde hay una profundidad promedio de 200 metros. Coincide con el camino de ida previsto para llegar a Mar del Plata", el destino final del submarino, dijo Balbi.Que ese ruido se transforme en un pedido concreto de auxilio depende de un análisis detallado que demandará horas, pero ha sido la primera señal que puede guiar a los rescatistas.
"Dos naves de la armada escucharon ruidos, pero el personal que está a cargo del sonar no puede saber aún de que se trata, hay que analizarlo. El ruido es constante, permanente, pero tengamos paciencia. No queremos generar falsas esperanzas ante un dato”, dijo Balbi. Hacia el lugar ya navegan una corbeta y un destructor y falta que arriben los buques que tienen las sondas capaces de determinar el origen del sonido. Las tripulaciones en emergencia suelen mover el submarino o golpear su casco con martillos para generar ondas capaces de alertar su posición a los radares. “Pero pueden ser ruidos del mar, ecológicos”, advirtió el portavoz de la Armada, ante la ansiedad de los periodistas que lo consultaron en Buenos Aires.
Los “ruidos” han dado nuevos aires a las familias, desoladas tras la confirmación de que las siete llamadas satelitales captadas el sábado no pertenecían al ARA San Juan. Este lunes era la fecha límite para su arribo al puerto de Mar del Plata, a 400 kilómetros al sur de Buenos Aires, evidencia de que la nave no tiene sólo un problema de comunicación, como especularon los rescatistas en un primer momento. El mal tiempo ha vuelto casi imposible los rastrillajes por agua y los radares de las aeronaves son poco fiables con olas de hasta seis metros y vientos de 75 kilómetros por hora. “El tiempo comenzará a mejorar poco a poco a partir del martes”, dijo Balbi, “el mar argentino, en el sur, no es un escenario ideal. Esperamos que los sensores que países amigos han puesto a disposición serán más efectivos si bajan las olas”.
Destructor ARA Sarandí en busqueda del Submarino ARA San Juan. Armada Argentina
La primera hipótesis de la Armada fue que el ARA San Juan sufrió un problema eléctrico. Hoy se supo que el capitán de la nave reportó el miércoles “un principio de avería” en el sistema de baterías que alimentan la propulsión, y que por ello se le ordenó que ponga fin a sus tareas de control de pesca ilegal y ponga proa a Mar del Plata por el rumbo más corto. Gabriel Galeazzi, otro portavoz de la fuerza, aclaró que las averías de ese tipo son “normales”, se informan “a cada momento” y pueden no tener relación alguna con la pérdida de la nave en alta mar. No son además las que el submarino utiliza para salir a superficie y renovar su oxígeno.
Argentina desplegó en la zona de búsqueda 13 unidades navales y 10 aviones de exploración naciones y extranjeros. Los rastrillajes se realizan día y noche, durante 24 horas, pero sin éxito. La ayuda más sofisticada llegó desde Estados Unidos y Reino Unido. “Contamos con sensores de última tecnología, de primer nivel, pero no podemos controlar la meteorología”, dijo Balbi. Dos vídeos oficiales dieron una idea de las condiciones de mar que enfrentan los rescatistas, con un mar embravecido y olas que rompen en el puente de mando de los buques.
El problema del oxígeno
Con el paso de las horas, la posibilidad de que la tripulación se quede sin aire es lo que más atormenta a los resctatistas y familiares de los 44 tripulantes. El ARA San Juan debe emerger una vez por día para cargar energía y alimentar de aire la cabina. Si puede cumplir con este ritual, los marinos tienen alimentos y recursos para navegar durante 30 días. Pero otra es la realidad si está sumergido constantemente. “Ahí el siniestro es más perjudicial”, dijo Balbi, “pero es difícil precisar cuánto tiempo puede estar así, porque depende del tipo de avería”. La única certeza es que el tiempo es crucial.
El ARA San Juan partió de Ushuaia, en el extremo sur del país, el pasado lunes, tras participar de un ejercicio de la flota de mar. Cuando emitió su última coordenada, estaba a 400 kilómetros de la costa, a la altura del Golfo San Jorge, entre Puerto Deseado y Comodoro Rivadavia, en la Patagonia argentina. Fabricado en Alemania en 1985, fue restaurado a nuevo en 2014, como parte de la política de recuperación de la flota armada que realizó el kirchnerismo. Los trabajos incluyeron la renovación de las 1.000 baterías propulsoras, alimentadas por cuatro motores diésel que también fueron reemplazados.
Federico Rivas Molina
Buenos Aires, El País
Una nueva señal alimenta la esperanza. La Armada argentina confirmó que dos de sus barcos captaron un “ruido permanente” en la zona donde buscan al submarino ARA San Juan, perdido desde hace cinco días en el Atlántico Sur, con 44 personas a bordo. El origen de la “firma acústica”, como la llamó el portavoz de la fuerza, Enrique Balbi, está a 360 kilómetros de la costa, cerca del sitio donde el submarino emitió el miércoles su última ubicación. "Está en el borde del talud, donde hay una profundidad promedio de 200 metros. Coincide con el camino de ida previsto para llegar a Mar del Plata", el destino final del submarino, dijo Balbi.Que ese ruido se transforme en un pedido concreto de auxilio depende de un análisis detallado que demandará horas, pero ha sido la primera señal que puede guiar a los rescatistas.
"Dos naves de la armada escucharon ruidos, pero el personal que está a cargo del sonar no puede saber aún de que se trata, hay que analizarlo. El ruido es constante, permanente, pero tengamos paciencia. No queremos generar falsas esperanzas ante un dato”, dijo Balbi. Hacia el lugar ya navegan una corbeta y un destructor y falta que arriben los buques que tienen las sondas capaces de determinar el origen del sonido. Las tripulaciones en emergencia suelen mover el submarino o golpear su casco con martillos para generar ondas capaces de alertar su posición a los radares. “Pero pueden ser ruidos del mar, ecológicos”, advirtió el portavoz de la Armada, ante la ansiedad de los periodistas que lo consultaron en Buenos Aires.
Los “ruidos” han dado nuevos aires a las familias, desoladas tras la confirmación de que las siete llamadas satelitales captadas el sábado no pertenecían al ARA San Juan. Este lunes era la fecha límite para su arribo al puerto de Mar del Plata, a 400 kilómetros al sur de Buenos Aires, evidencia de que la nave no tiene sólo un problema de comunicación, como especularon los rescatistas en un primer momento. El mal tiempo ha vuelto casi imposible los rastrillajes por agua y los radares de las aeronaves son poco fiables con olas de hasta seis metros y vientos de 75 kilómetros por hora. “El tiempo comenzará a mejorar poco a poco a partir del martes”, dijo Balbi, “el mar argentino, en el sur, no es un escenario ideal. Esperamos que los sensores que países amigos han puesto a disposición serán más efectivos si bajan las olas”.
Destructor ARA Sarandí en busqueda del Submarino ARA San Juan. Armada Argentina
La primera hipótesis de la Armada fue que el ARA San Juan sufrió un problema eléctrico. Hoy se supo que el capitán de la nave reportó el miércoles “un principio de avería” en el sistema de baterías que alimentan la propulsión, y que por ello se le ordenó que ponga fin a sus tareas de control de pesca ilegal y ponga proa a Mar del Plata por el rumbo más corto. Gabriel Galeazzi, otro portavoz de la fuerza, aclaró que las averías de ese tipo son “normales”, se informan “a cada momento” y pueden no tener relación alguna con la pérdida de la nave en alta mar. No son además las que el submarino utiliza para salir a superficie y renovar su oxígeno.
Argentina desplegó en la zona de búsqueda 13 unidades navales y 10 aviones de exploración naciones y extranjeros. Los rastrillajes se realizan día y noche, durante 24 horas, pero sin éxito. La ayuda más sofisticada llegó desde Estados Unidos y Reino Unido. “Contamos con sensores de última tecnología, de primer nivel, pero no podemos controlar la meteorología”, dijo Balbi. Dos vídeos oficiales dieron una idea de las condiciones de mar que enfrentan los rescatistas, con un mar embravecido y olas que rompen en el puente de mando de los buques.
El problema del oxígeno
Con el paso de las horas, la posibilidad de que la tripulación se quede sin aire es lo que más atormenta a los resctatistas y familiares de los 44 tripulantes. El ARA San Juan debe emerger una vez por día para cargar energía y alimentar de aire la cabina. Si puede cumplir con este ritual, los marinos tienen alimentos y recursos para navegar durante 30 días. Pero otra es la realidad si está sumergido constantemente. “Ahí el siniestro es más perjudicial”, dijo Balbi, “pero es difícil precisar cuánto tiempo puede estar así, porque depende del tipo de avería”. La única certeza es que el tiempo es crucial.
El ARA San Juan partió de Ushuaia, en el extremo sur del país, el pasado lunes, tras participar de un ejercicio de la flota de mar. Cuando emitió su última coordenada, estaba a 400 kilómetros de la costa, a la altura del Golfo San Jorge, entre Puerto Deseado y Comodoro Rivadavia, en la Patagonia argentina. Fabricado en Alemania en 1985, fue restaurado a nuevo en 2014, como parte de la política de recuperación de la flota armada que realizó el kirchnerismo. Los trabajos incluyeron la renovación de las 1.000 baterías propulsoras, alimentadas por cuatro motores diésel que también fueron reemplazados.