El fútbol inglés resurge con fuerza y amenaza al español

Gran mejoría de los equipos Premier en esta edición de la Champions League: con cinco participantes, sólo han perdido un partido.

Guillem Balagué
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Hace cinco años que Drogba marcó el penalti decisivo que llevó la Champions a las vitrinas del Chelsea. Ocurrió en 2012, pero el éxito del equipo inglés pareció ir contra corriente: la Premier estaba en declive. De 2008 a 2012 tuvieron ocho semifinalistas en la máxima competición europea, y de 2013 a 2017 sólo dos.


Sin embargo, hoy da la sensación de que el ciclo exitoso de nuestra Liga parece estar llegando a su fin con el resurgir de los equipos de la Premier que vencen y, en muchos casos, con estilo y autoridad. Solamente han perdido un partido de todos los jugados esta temporada en la Champions, la derrota del Chelsea ante el Roma, pero lo lógico es que sus cinco representantes se clasifiquen para la siguiente ronda.

La Premier es la liga más rica del mundo con diferencia (recibe casi 10.000 millones de euros por tres años, más del doble que la segunda con más ingresos, LaLiga) y eso tiene consecuencias. Pueden fichar más caro y más que nadie (a excepción del PSG, Madrid y en menor medida Barcelona) con lo que siempre se acierta más. Lo nuevo es que los que deciden qué jugadores traer o vender tienen mejores conceptos futbolísticos y más criterio que los de eras pasadas.

La mayoría de clubes ingleses tienen propietarios foráneos (14 de 20) que están abandonando la idea del mánager todopoderoso en favor de una estructura más europea, con directores de fútbol, bases de datos y ojeadores, no sólo el típico inglés que decide en un par de partidos y que suele escoger al futbolista alto y fuerte.

Estos dueños han atraído con dinero y/o con promesas de proyectos a medio plazo a lo mejorcito de los entrenadores europeos: Guardiola, Pochettino, Klopp, Mourinho, Conte. Hay menos énfasis en ganar y más en construir, cosa que sólo puede hacer mejor a los clubes. Por lo tanto, la organización de los equipos es superior. Como dice Gary Neville, “nos eliminaban de la Champions porque nuestros equipos no sabían defender”. Los cuatro primeros de la Premier han encajado menos goles en lo que se lleva de liga que en los últimos cinco años. Y eso se reproduce en Europa: sólo se les marca 0,7 goles por encuentro de media.

Para que la táctica se utilice mejor y los equipos compitan al nivel de los mejores, todos menos el Tottenham prefieren escoger futbolistas extranjeros quizá porque a los británicos, tras décadas de entrenamiento insuficiente, hay que cambiarles hábitos y manera de pensar. Los de Pochettino empezaron el partido del Madrid de Champions con seis británicos.

La Premier es competitiva en una cosa que la española no lo es. Los árbitros permiten en exceso (con reglas ‘muy inglesas’) y eso hace que, por lo general, cualquiera pueda dar un susto a cualquiera. Esa permisividad y el sonido exigente de las gradas que piden ataques constantes, además de la intensidad física de los encuentros, impide un mayor control de los partidos, con lo que se exige mucho más a los futbolistas que en esta época del año están más fuertes que lo de LaLiga. Un aviso: el problema vendrá en marzo y abril, cuando los futbolistas de otras ligas estén más frescos.
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El fútbol inglés tenía un nivel de mejora espectacular mientras que nuestra Liga llevaba años maximizando su potencial. Otro dato lo demuestra. En el ránking UEFA por países de este curso, Inglaterra es líder, España, tercera, y se ha colado Italia como segunda. Da la impresión de que, al menos por ahora, nos han pillado y adelantado.

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