Desalojan a “don Mario” después de 66 años al servicio del voleibol
COchabamba, Los Tiempos
Mario Gonzales y su esposa Felipa Góngora han dedicado más de medio siglo de su vida al deporte. Desde 1981 viven en las instalaciones del coliseo José Villazón, en la avenida Costanera, lugar que ahora deben desalojar por las refacciones que se realizan para los Juegos Suramericanos 2018.
El pasado jueves fueron notificados y aún no saben si podrán volver después de los trabajos en la estructura del coliseo. Algunos tachos con ropa, enseres de cocina, las macetas de plantas y cajones están en la puerta. La pareja deja el recinto sin la certeza ni los recursos para encontrar un lugar nuevo para vivir.
Uno de los hijos, Oswaldo Gonzales, explica que sus padres han dedicado toda su vida al deporte y pide que las autoridades no se olviden de ellos, “donde está el reconocimiento, tanto tiempo que han dedicado al deporte han vivido con el voleibol desde su creación oficial en Cochabamba . Quisiéramos que no los boten así de un día a otro, dejándolos si vivienda”.
“Don Mario”, como suelen llamarlo, inició su vinculación al deporte y al voleibol en 1951 con el club de Cala Cala, “acarreando los postes y mallas por voluntad propia”, según relata su hijo.
Con 82 años y el resabio físico de una embolia que sufrió el año pasado, Gonzales no puede buscar otro empleo ni otro espacio para vivir.
Según cuenta Mario en una nota de prensa escrita hace una década, él construyó su primera habitación al lado de las canchas cuando los partidos se jugaban en un terreno de la calle Baptista.
“Mi papá y mi mamá se quedaban ahí durmiendo”, relata Oswaldo. Cuando los campeonatos se realizaron la Costanera, Mario y su esposa también se mudaron. Sus hijos y ahora 19 nietos crecieron en medio de canchas y competencias.
La esposa, Felicidad, vende dulces en un pequeño kiosco dentro del coliseo. Con la poca ganancia sobreviven ella y su esposo. “Si por lo menos tuviera mi fuente de trabajo aquí o en otro coliseo. Me dijeron que contratarán a un nuevo portero”.
Su nieta Laura y su pequeña hija cuidan y acompañan a la pareja en un cuarto contiguo, que también deben abandonar.
Ahora, los hijos alquilaron un pequeño depósito para trasladar sus pertenencias y buscan alternativas para su reubicación. “Ni siquiera han podido asegurarles si es que van a volver, yo quisiera llevármelos pero vivo en un cuarto”, señala otra de las hijas.
En tanto el Servicio Departamental de Deportes (Sedede), aún no ha dado una respuesta. Dos meses atrás el Concejo Municipal de Cercado aprobó la concesión del coliseo Grover Suárez y José Villazón a la Gobernación para que sean refaccionados. Los ambientes volverán a la administración de la Alcaldía en tres años.
JUGADORES
Asociaciones no pueden entrenar
El sábado por la mañana aún llegaban padres con sus hijos para consultar sobre el rol de partidos.
Claudia Miranda señaló que el profesor de su hija de 12 años todavía no confirmó el lugar para la práctica. En tanto, las asociaciones de voleibol también deberán buscar alternativas para entrenar.
Durante los Juegos 2018 este espacio servirá para la competencia de lucha y judo.
Mario Gonzales y su esposa Felipa Góngora han dedicado más de medio siglo de su vida al deporte. Desde 1981 viven en las instalaciones del coliseo José Villazón, en la avenida Costanera, lugar que ahora deben desalojar por las refacciones que se realizan para los Juegos Suramericanos 2018.
El pasado jueves fueron notificados y aún no saben si podrán volver después de los trabajos en la estructura del coliseo. Algunos tachos con ropa, enseres de cocina, las macetas de plantas y cajones están en la puerta. La pareja deja el recinto sin la certeza ni los recursos para encontrar un lugar nuevo para vivir.
Uno de los hijos, Oswaldo Gonzales, explica que sus padres han dedicado toda su vida al deporte y pide que las autoridades no se olviden de ellos, “donde está el reconocimiento, tanto tiempo que han dedicado al deporte han vivido con el voleibol desde su creación oficial en Cochabamba . Quisiéramos que no los boten así de un día a otro, dejándolos si vivienda”.
“Don Mario”, como suelen llamarlo, inició su vinculación al deporte y al voleibol en 1951 con el club de Cala Cala, “acarreando los postes y mallas por voluntad propia”, según relata su hijo.
Con 82 años y el resabio físico de una embolia que sufrió el año pasado, Gonzales no puede buscar otro empleo ni otro espacio para vivir.
Según cuenta Mario en una nota de prensa escrita hace una década, él construyó su primera habitación al lado de las canchas cuando los partidos se jugaban en un terreno de la calle Baptista.
“Mi papá y mi mamá se quedaban ahí durmiendo”, relata Oswaldo. Cuando los campeonatos se realizaron la Costanera, Mario y su esposa también se mudaron. Sus hijos y ahora 19 nietos crecieron en medio de canchas y competencias.
La esposa, Felicidad, vende dulces en un pequeño kiosco dentro del coliseo. Con la poca ganancia sobreviven ella y su esposo. “Si por lo menos tuviera mi fuente de trabajo aquí o en otro coliseo. Me dijeron que contratarán a un nuevo portero”.
Su nieta Laura y su pequeña hija cuidan y acompañan a la pareja en un cuarto contiguo, que también deben abandonar.
Ahora, los hijos alquilaron un pequeño depósito para trasladar sus pertenencias y buscan alternativas para su reubicación. “Ni siquiera han podido asegurarles si es que van a volver, yo quisiera llevármelos pero vivo en un cuarto”, señala otra de las hijas.
En tanto el Servicio Departamental de Deportes (Sedede), aún no ha dado una respuesta. Dos meses atrás el Concejo Municipal de Cercado aprobó la concesión del coliseo Grover Suárez y José Villazón a la Gobernación para que sean refaccionados. Los ambientes volverán a la administración de la Alcaldía en tres años.
JUGADORES
Asociaciones no pueden entrenar
El sábado por la mañana aún llegaban padres con sus hijos para consultar sobre el rol de partidos.
Claudia Miranda señaló que el profesor de su hija de 12 años todavía no confirmó el lugar para la práctica. En tanto, las asociaciones de voleibol también deberán buscar alternativas para entrenar.
Durante los Juegos 2018 este espacio servirá para la competencia de lucha y judo.