Del éxtasis a la crisis: así se ha caído el once de la Duodécima

Hace cinco meses el Madrid tomaba Cardiff brillantemente; nueve de esos 11 jugadores fueron arrollados en Wembley. Analizamos su caída.

Manu de Juan
As
El Madrid levantó la Duodécima el 3 de junio de 2017 en Cardiff, pasando por encima de la Juventus (4-1) con una gran exhibición coral, sobre todo en la segunda parte tras una primera complicada, con la Juventus apretando en todas las zonas del campo. Nueve de esos once jugadores estuvieron en la debacle de Wembley el miércoles ante el Tottenham (3-1), firmando un partido irreconocible. Analizamos esa caída colectiva del conjunto de Zidane.


Keylor: el curso pasado firmó una temporada irregular, con muchos errores de peso al principio (en Dortmund y ante el Betis, los más señalados), pero se entonó en el tramo final y fue importante tanto en las semifinales de Champions (parada a Gameiro en la ida) como en la final (gran mano a tiro de Pjanic con 0-0). Acabó la campaña con 41 partidos jugados y 50 goles encajados. Esta temporada empezó mucho mejor, pero su reciente lesión (edema en el abductor mayor de la pierna derecha) le ha cortado el ritmo. El Madrid nota su ausencia: ha dejado de jugar seis partidos, pinchando en tres de ellos (derrotas en Girona y Londres y empate contra el Levante).

Carvajal: empezó la temporada sin grandes alardes y con algún error de bulto, como el del día de la visita del Levante al Bernabéu, cuando falló en el tanto de Ivi. Para colmo, su pericarditis le ha hecho perderse siete partidos ya, aunque ha remitido la inflamación y el lateral ya trabaja en el gimnasio para recuperar la forma. El propio Cristiano destacó tras la derrota en Wembley lo necesario que es en el sistema del Madrid, aunque Achraf le ha suplido bien hasta el momento. Su temporada 16-17 fue brillante (41 partidos, un gol y 12 asistencias) y su partido en Cardiff, también: asistió a Cristiano en el 1-0.

Varane: el curso pasado se hizo definitivamente con el puesto de titular, relegando a Pepe. Cuando está fino físicamente es brillante, pero eso sucede muy poco: en la 16-17 se perdió 15 partidos por lesión y esta temporada lleva ya tres. Su cuerpo sigue sin aguantar el ritmo miércoles-domingo, vital en un equipo como el Madrid y en total contraposición a Nacho, que nunca se lesiona (no lo hace desde infantiles, hace 14 años).

Ramos: en defensa, el que mejor está aguantando el tipo este curso, pese a que sigue permitiéndose lujos en defensa que cuestan sustos y ayer sufrió mucho para frenar a Kane, que devoró él solo al sevillano y a Nacho. Es el futbolista más utilizado por Zidane (1.440 minutos) y hasta el momento ha marcado un gol y asistido en otro. La temporada 2016-17 fue de gloria para el capitán, marcando 10 goles (algunos vitales, como ante el Barcelona en el Camp Nou o ante el Deportivo en casa); en Cardiff sufrió en el primer tiempo, pero en el segundo se elevó, como todo el equipo, y secó a Higuaín y Dybala.

Marcelo: el mal tono general del Real Madrid reparte las culpas, pero si un jugador está centralizando las críticas sin duda es él. Su temporada actual está siendo muy pobre: se ha perdido tres partidos por lesión, otro por sanción tras una reacción ante el Levante poco entendible en un veterano y su aportación está siendo discreta. Perdió 26 balones en Wembley y otros 16 en Girona, sus dos peores partidos hasta el momento. Su reciente lesión (rotura fibrilar en la parte posterior del bíceps de la pierna izquierda) no le ha podido sentar peor: ha vuelto fuera de forma y visiblemente pasado de peso. Para colmo, Theo ha cumplido cuando ha jugado y parte de la afición ya se cuestiona si el francés no debería ser titular hasta que el brasileño vuelva a su punto óptimo. Aquel que sí se vio en Cardiff, donde dio una asistencia a Asensio tras un regate eléctrico en línea de fondo.

Casemiro: su partido en Cardiff fue brillante, así como su temporada pasada (seis goles, cuatro asistencias): secó a Dybala, sobre todo en el segundo tiempo, y anotó el 2-1 para el Madrid. Nada que ver con sus últimas actuaciones, en las que se ha visto a un Casemiro que no da la entereza al Madrid que se supone a un jugador en su posición. Ante el Tottenham recuperó 11 balones y perdió nueve, pero sólo 16 de sus 57 pases fueron en campo ajeno. Ha perdido empuje en ataque y atrás no manda como antes, pese a que empezó el curso bien, marcando en la Supercopa de Europa al United. Zidane elogió antes de viajar a Girona la figura de Marcos Llorente, su sustituto en la plantilla: “Necesitamos equilibrio y él lo da”.

Modric: su estado de forma actual, al igual que el de Kroos, preocupa especialmente: en Wembley perdió muchos balones (11) y no dio la profundidad deseada ni el dinamismo que le caracteriza. Nada que ver con Cardiff, donde brilló en la medular, sobre todo tras el descanso, y asistió a Cristiano para que marcase el 3-1. A sus 32 años, los picos de forma son cada más escasos y Zidane sigue tirando de él en exceso; es el cuarto jugador más utilizado por el francés. Las buenas actuaciones de Ceballos cuando ha jugado provocan cierto runrún sobre si el sevillano no debería contar con más oportunidades mientras el croata se entona. De esta puesta a punto depende el Madrid excepcionalmente.

Kroos: el naufragio más grande de la medular blanca en Londres fue el suyo: 17 balones perdidos y sólo cinco recuperaciones. No fue el seguro en el pase que acostumbra y tanto el partido de Wembley como el de Girona le han señalado fuertemente. Sus imágenes volviendo al trote en pleno contragolpe rival son recurrentes e irritan a la afición; no acompaña su calidad con ciertas dosis de sacrificio. El curso pasado marcó cuatro goles y dio 17 asistencias, muchas de ellas a balón parado, una suerte que el Madrid sigue sin dominar este curso, en el que no ha marcado ni un gol de cabeza.

Isco: del once de Cardiff, el que más se salva este curso. En la final ante la Juventus estuvo apagado en la primera parte y mucho más inspirado en la segunda, cerrando una buena temporada en la que adelantó claramente a Bale en la pelea por un sitio en el once: marcó 11 goles, dio otros diez y dejó actuaciones para el recuerdo, como en Gijón, donde rescató al Madrid con un doblete. Este curso lleva cuatro goles y otras cuatro asistencias y se ha mostrado como el más constante del equipo. A día de hoy, insustituible.

Cristiano: su bajo estado de forma lastra al equipo en la parcela goleadora, aunque en Champions el portugués mantiene sus cifras: hizo gol en Wembley y lleva seis en esta Champions, siendo el máximo goleador de la misma. El curso anterior acabó la competición continental con 10 goles entre cuartos, semifinales y final. En Cardiff avasalló a la Juventus con un doblete. Empezó la temporada bien, marcando ante el Barcelona en Supercopa de España, pero su sanción en ese mismo partido (excesiva, aunque también forzada por quitarse la camiseta gratuitamente para celebrar el gol) le cortó la progresión. Lleva ocho goles y una asistencia en este curso; el año pasado, a estas alturas, llevaba incluso menos (siete). La esperanza blanca es que, al igual que en la 16-17, se entone según avance el curso para terminar con una cifras similares: acabó con 42 goles, 16 entre abril y la final de Cardiff.

Benzema: sigue siendo discutidísimo, aunque Benzema insiste en su confianza en él pese a que sus cifras del curso (dos goles y dos asistencias) no lo justifiquen. A estas alturas, había marcado cinco goles en la 16-17, que terminó con 19 tantos. La diferencia es que el curso anterior tenía a Morata y Mariano para salir en rescate del equipo cuando él no está fino y esta temporada sólo aparece Mayoral en ese rol (que cumplió con creces en Anoeta, mientras Benzema estaba lesionado). Sigue siendo silbado con asiduidad en el Bernabéu, que no termina de comprender los atributos que Zidane ve en el delantero. En Cardiff, sin hacer su mejor partido, colaboró al gran tono general de la segunda parte; en Wembley naufragó: sólo un tiro, sin apenas peligro, entre palos.

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