Zidane pierde poderes
El Madrid de la 2016-17 fue campeón gracias a bazas como las jugadas a balón parado o el arrebato en los minutos finales. Algo que parece haber olvidado...
Sergio Gómez
As
La temporada pasada, se extendió la expresión de que Zidane tenía flor, suerte. Un análisis simplista que atribuía los éxitos del francés al frente del Real Madrid a la fortuna. Pero no era suerte. O al menos, no sólo era suerte. Aquel Madrid de la pasada temporada conquistó la Liga, la Champions, la Supercopa de Europa y el Mundial de Clubes sostenido en gran medida por la pizarra: las jugadas a balón parado, el poderío aéreo del equipo, la influencia de los laterales en el juego ofensivo del equipo y la capacidad del Real Madrid de ganar puntos en los últimos minutos. Unos poderes que el Real Madrid, a ocho puntos del Barça tras caer con estrépito en Girona, ha perdido…
Goles a balón parado
El Real Madrid campeón de la temporada pasada no se puede entender sin el gran provecho que sacó Zidane en las jugadas a balón parado. Con esta arma logró el Madrid hasta 17 goles en Liga. Contra Osasuna (5-2), Ramos y Pepe aprovecharon los envíos desde la esquina de Kroos; frente al Villarreal, en el Bernabéu, James asistió a Ramos en el definitivo 1-1; en el Villamarín, la goleada al Betis (1-6) nació de una falta de Kroos que encontró a Varane; de nuevo Ramos sumó un punto para los blancos en el Camp Nou de cabeza… Un argumento ofensivo que esta temporada no está teniendo peso. Sólo Asensio, de falta ante el Valencia, y Lucas Vázquez ante el Levante, que recogió un despeje de Raúl a cabezazo de Ramos tras un córner, han marcado en este tipo de jugadas de estrategia. El as que tenía Zidane la pasada temporada, no lo encuentra en esta…
Goles de cabeza
El Real Madrid dominaba el espacio aéreo como ningún otro equipo en España la temporada pasada. Marcó 40 tantos de cabeza, ¡20 más! que el segundo en esta clasificación, la Real Sociedad. Pero el equipo ha bajado del cielo. En lo que va de temporada (17 partidos oficiales), el Madrid no ha conseguido hacer ni un solo tanto con la cabeza cuando a estas alturas de la 2016-17 sumaba ya nueve (tres de Ramos, dos de Bale y uno de Morata, Asensio, Pepe y Varane), tres de ellos en jugadas a balón parado. Esta temporada es el Betis el que vuela: ocho goles con la testa.
Goles clave en los minutos finales
Otro de los poderes que hizo al Madrid campeón la pasada temporada, fue su capacidad para marcar goles clave en los minutos finales de los partidos. Ese entusiasmo eficaz del juego parece haberse evaporado. Esta temporada, los blancos sólo han marcado a partir del minuto 80 dos goles que han supuesto puntos: el empate de Asensio ante el Valencia en el 83 (dio un punto) y el 1-2 de Cristiano en Getafe en el minuto 85 (dio dos puntos). Un total de tres puntos en los últimos minutos que contrasta con el escenario vibrante que vivió la afición del Real Madrid la pasada temporada. A estas alturas, los de Zidane ganaron un título en los minutos finales (Supercopa de Europa ante el Sevilla: Ramos empató a dos en el 93’ y en el 119’ Carvajal marcó el 3-2 definitivo) y sumaron hasta ocho puntos: Kroos marcó el 2-1 final ante el Celta en el 81’; Cristiano y Morata dieron la victoria contra el Sporting de Portugal con dos goles en el 80’ y el 94’; Morata de nuevo fue clave ante el Athletic marcando el tanto de la victoria en el 83’; y Kovacic dio un punto clave en Champions ante el Legia, materializando el 3-3 en el 85’… El Madrid parece haber colgado la corneta.
Sin influencia de los laterales
El equipo ha perdido esta temporada una de las bazas claves del año pasado: el peso de los laterales. La pasada campaña, tanto Carvajal como Marcelo fueron dos alas que hicieron volar al equipo de Zidane. En un equipo con Cristiano, Benzema, Bale, James, Isco o Morata, los dos laterales consiguieron tener un enorme peso ofensivo. Entre ambos participaron en 30 goles de los 173 del equipo, el 17% del total (Marcelo dio 14 asistencias y marcó tres tantos en 3.878 minutos mientras que Carvajal dio 12 pases de gol y marcó otro en 3.549’). Pero esta temporada, entre lesiones (Carvajal, Marcelo y Theo) y bajos estados de forma, el Madrid ha perdido este elemento agitador. Marcelo sólo suma dos asistencias (y un gol) en 948 minutos de juego. La lesión que sufrió ante el Betis le cambió el paso y aún no lo ha encontrado. Su mal partido ante el Girona le acabó retratando… El caso de Carvajal es muy distinto. Estaba a un nivel notable (sumaba dos asistencias y lo había jugado todo), pero la infección del pericardio le apartó del equipo sin fecha fijada de vuelta. Achraf, relevo de Carvajal, y Theo, fichado este verano para dar aire a Marcelo no se han convertido, por el momento, en elementos revolucionarios del juego. El primero por juventud y prudencia. El segundo porque aún no se encuentra debido, en gran medida, a la insistencia de Zidane de ubicarle como interior, algo que perjudica a su potencia y zancada.
Un plan B menos entusiasta
Si algo caracterizó al Madrid del último tramo de la pasada temporada fue el paso al frente que dio lo que dimos a llamar la ‘segunda unidad’. Zidane tiró de ellos para dar oxigenar a los ‘titulares’ de cara a los partidos clave de la temporada y respondieron de maravilla sacando 15 puntos decisivos para el título de Liga ante Eibar, Leganés, Sporting, Granada y Deportivo. Pero este año, ese plan B ha perdido efervescencia. Han salido de esa segunda unidad pilares como Morata, James o Pepe, que empujaban con goles y actuaciones de campanillas (sobre todo el delantero madrileño, que acabó la temporada con 20 goles, uno más que Benzema, el 9 titularísimo, jugando muchos menos minutos). Y los que se han quedado, como Lucas Vázquez o Asensio, son una sombra (sobre todo el gallego) de aquellos que deslumbraron, sufriendo una especie de contagio con el bajón del equipo. Y el Madrid lo está acusando…
Menos pegada
No fue el caso del Madrid ante el Girona, uno de los partidos con menos remate de la temporada (15), pero a los de Zidane les está faltando esta temporada algo que históricamente llevaba el sello blanco: la pegada. Esta temporada, los blancos han necesitado 312 remates para marcar 35 goles entre todas las competiciones, es decir, necesitan nueve remates para hacer un tanto. La temporada pasada, el Madrid marcaba un gol cada seis disparos... Si observamos sólo las estadísticas de LaLiga, se percibe que la pólvora está más mojada. Mientras que la campaña pasada, los de Zidane metían un gol cada seis remates (106 en 663 tiros), en el presente ejercicio esa media asciende al gol cada 10 remates (19 en 190). En este capítulo llama la atención la falta de tino de Cristiano, con un solo gol en Liga (Isco y Asensio, con tres tantos cada uno, son los máximos goleadores blancos en la Liga). El Madrid no encuentra el golpe de pedal en este arranque de temporada. Ya está a ocho puntos del Barça en Liga, pero aún quedan muchos partidos por jugarse, entre ellos dos Clásicos, pero es indispensable que Zidane empiece a encontrar, uno a uno, estos ases que parece haber extraviado bajo la manga.
Sergio Gómez
As
La temporada pasada, se extendió la expresión de que Zidane tenía flor, suerte. Un análisis simplista que atribuía los éxitos del francés al frente del Real Madrid a la fortuna. Pero no era suerte. O al menos, no sólo era suerte. Aquel Madrid de la pasada temporada conquistó la Liga, la Champions, la Supercopa de Europa y el Mundial de Clubes sostenido en gran medida por la pizarra: las jugadas a balón parado, el poderío aéreo del equipo, la influencia de los laterales en el juego ofensivo del equipo y la capacidad del Real Madrid de ganar puntos en los últimos minutos. Unos poderes que el Real Madrid, a ocho puntos del Barça tras caer con estrépito en Girona, ha perdido…
Goles a balón parado
El Real Madrid campeón de la temporada pasada no se puede entender sin el gran provecho que sacó Zidane en las jugadas a balón parado. Con esta arma logró el Madrid hasta 17 goles en Liga. Contra Osasuna (5-2), Ramos y Pepe aprovecharon los envíos desde la esquina de Kroos; frente al Villarreal, en el Bernabéu, James asistió a Ramos en el definitivo 1-1; en el Villamarín, la goleada al Betis (1-6) nació de una falta de Kroos que encontró a Varane; de nuevo Ramos sumó un punto para los blancos en el Camp Nou de cabeza… Un argumento ofensivo que esta temporada no está teniendo peso. Sólo Asensio, de falta ante el Valencia, y Lucas Vázquez ante el Levante, que recogió un despeje de Raúl a cabezazo de Ramos tras un córner, han marcado en este tipo de jugadas de estrategia. El as que tenía Zidane la pasada temporada, no lo encuentra en esta…
Goles de cabeza
El Real Madrid dominaba el espacio aéreo como ningún otro equipo en España la temporada pasada. Marcó 40 tantos de cabeza, ¡20 más! que el segundo en esta clasificación, la Real Sociedad. Pero el equipo ha bajado del cielo. En lo que va de temporada (17 partidos oficiales), el Madrid no ha conseguido hacer ni un solo tanto con la cabeza cuando a estas alturas de la 2016-17 sumaba ya nueve (tres de Ramos, dos de Bale y uno de Morata, Asensio, Pepe y Varane), tres de ellos en jugadas a balón parado. Esta temporada es el Betis el que vuela: ocho goles con la testa.
Goles clave en los minutos finales
Otro de los poderes que hizo al Madrid campeón la pasada temporada, fue su capacidad para marcar goles clave en los minutos finales de los partidos. Ese entusiasmo eficaz del juego parece haberse evaporado. Esta temporada, los blancos sólo han marcado a partir del minuto 80 dos goles que han supuesto puntos: el empate de Asensio ante el Valencia en el 83 (dio un punto) y el 1-2 de Cristiano en Getafe en el minuto 85 (dio dos puntos). Un total de tres puntos en los últimos minutos que contrasta con el escenario vibrante que vivió la afición del Real Madrid la pasada temporada. A estas alturas, los de Zidane ganaron un título en los minutos finales (Supercopa de Europa ante el Sevilla: Ramos empató a dos en el 93’ y en el 119’ Carvajal marcó el 3-2 definitivo) y sumaron hasta ocho puntos: Kroos marcó el 2-1 final ante el Celta en el 81’; Cristiano y Morata dieron la victoria contra el Sporting de Portugal con dos goles en el 80’ y el 94’; Morata de nuevo fue clave ante el Athletic marcando el tanto de la victoria en el 83’; y Kovacic dio un punto clave en Champions ante el Legia, materializando el 3-3 en el 85’… El Madrid parece haber colgado la corneta.
Sin influencia de los laterales
El equipo ha perdido esta temporada una de las bazas claves del año pasado: el peso de los laterales. La pasada campaña, tanto Carvajal como Marcelo fueron dos alas que hicieron volar al equipo de Zidane. En un equipo con Cristiano, Benzema, Bale, James, Isco o Morata, los dos laterales consiguieron tener un enorme peso ofensivo. Entre ambos participaron en 30 goles de los 173 del equipo, el 17% del total (Marcelo dio 14 asistencias y marcó tres tantos en 3.878 minutos mientras que Carvajal dio 12 pases de gol y marcó otro en 3.549’). Pero esta temporada, entre lesiones (Carvajal, Marcelo y Theo) y bajos estados de forma, el Madrid ha perdido este elemento agitador. Marcelo sólo suma dos asistencias (y un gol) en 948 minutos de juego. La lesión que sufrió ante el Betis le cambió el paso y aún no lo ha encontrado. Su mal partido ante el Girona le acabó retratando… El caso de Carvajal es muy distinto. Estaba a un nivel notable (sumaba dos asistencias y lo había jugado todo), pero la infección del pericardio le apartó del equipo sin fecha fijada de vuelta. Achraf, relevo de Carvajal, y Theo, fichado este verano para dar aire a Marcelo no se han convertido, por el momento, en elementos revolucionarios del juego. El primero por juventud y prudencia. El segundo porque aún no se encuentra debido, en gran medida, a la insistencia de Zidane de ubicarle como interior, algo que perjudica a su potencia y zancada.
Un plan B menos entusiasta
Si algo caracterizó al Madrid del último tramo de la pasada temporada fue el paso al frente que dio lo que dimos a llamar la ‘segunda unidad’. Zidane tiró de ellos para dar oxigenar a los ‘titulares’ de cara a los partidos clave de la temporada y respondieron de maravilla sacando 15 puntos decisivos para el título de Liga ante Eibar, Leganés, Sporting, Granada y Deportivo. Pero este año, ese plan B ha perdido efervescencia. Han salido de esa segunda unidad pilares como Morata, James o Pepe, que empujaban con goles y actuaciones de campanillas (sobre todo el delantero madrileño, que acabó la temporada con 20 goles, uno más que Benzema, el 9 titularísimo, jugando muchos menos minutos). Y los que se han quedado, como Lucas Vázquez o Asensio, son una sombra (sobre todo el gallego) de aquellos que deslumbraron, sufriendo una especie de contagio con el bajón del equipo. Y el Madrid lo está acusando…
Menos pegada
No fue el caso del Madrid ante el Girona, uno de los partidos con menos remate de la temporada (15), pero a los de Zidane les está faltando esta temporada algo que históricamente llevaba el sello blanco: la pegada. Esta temporada, los blancos han necesitado 312 remates para marcar 35 goles entre todas las competiciones, es decir, necesitan nueve remates para hacer un tanto. La temporada pasada, el Madrid marcaba un gol cada seis disparos... Si observamos sólo las estadísticas de LaLiga, se percibe que la pólvora está más mojada. Mientras que la campaña pasada, los de Zidane metían un gol cada seis remates (106 en 663 tiros), en el presente ejercicio esa media asciende al gol cada 10 remates (19 en 190). En este capítulo llama la atención la falta de tino de Cristiano, con un solo gol en Liga (Isco y Asensio, con tres tantos cada uno, son los máximos goleadores blancos en la Liga). El Madrid no encuentra el golpe de pedal en este arranque de temporada. Ya está a ocho puntos del Barça en Liga, pero aún quedan muchos partidos por jugarse, entre ellos dos Clásicos, pero es indispensable que Zidane empiece a encontrar, uno a uno, estos ases que parece haber extraviado bajo la manga.