Y los culpables no salen en la foto

Hoy, que lo único que importa es hacer cuentas para entender cómo se clasifica la Selección a Rusia, nadie repasa por qué se llegó a este momento límite.

Hernán Claus @hernanclaus
Hclaus@agea.com.ar
Sampaoli hizo la renovación que todos pedían: ya no están Lavezzi, Higuaín, Agüero y algunos más que eran apuntados como todos los males de la Selección porque las finales se perdían. El técnico, en el momento menos indicado, por la presión, por el bloque, hizo lo que pedían los que nunca pierden: “Que jueguen los de acá que tienen hambre. Basta de estos millonarios”. Pero la Selección no es para cualquiera, es una camiseta muy pesada y necesita una adaptación: comenzar en las Sub, jugar amistosos en la Mayor o algunos minutos en la Copa América. Aunque esta dirigencia que empató 38 a 38 en una votación, que tiró por la borda los últimos diez años en las Juveniles, que cambió tres entrenadores en tres años, es la gran culpable de que hoy estén poniendo la cara futbolistas que hace un tiempo ni siquiera soñaban por pasar por Ezeiza. Hoy se analizan las actuaciones de jugadores con la rigurosidad que impone el momento, pero no se le debería caer a una mala resolución a Benedetto, a que el Papu Gómez no tiró el centro atrás o porque Rigoni no fue todo lo vertical que pedía el partido. Estamos hablando de que la Selección de las superfiguras europeas terminó atacando con tres futbolistas con escasos minutos en la Mayor: partido inicial de Pipa como titular, debut absoluto para Rigoni en Argentina, primera vez para Papu en las Eliminatorias.


La Selección se jugará la última chance en la altura de Quito (2.800 metros), con un plantel con pocos históricos, muchos nuevos y con gran cantidad de jugadores con problemas físicos (Mascherano terminó tocado, Di María no está bien, Icardi sufre una molestia). La Selección se jugará el prestigio, el posible último Mundial de Messi, con un equipo armado de apuro, con un técnico que recién lleva cinco partidos -tres oficiales, todos empates-, con jugadores que fueron llamados casi por pedido popular o descartes de lesiones de figuritas.

Hoy, que lo único que importa es hacer cuentas para entender cómo se clasifica la Selección a Rusia, nadie repasa por qué se llegó a este momento límite, por qué la gallinas de los huevos de oro ya ni siquiera los pone de color. La cara la están poniendo Messi, Masche, Romero y varios que ayer recién pudieron guardarse una camiseta. Mientras, los verdaderos culpables ni siquiera fueron enfocados...

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