Viceministro Durán: "Lo que más bien se está viendo es una aceleración de la economía"

La Paz, Erbol
Después de que se confirmó que por segundo año consecutivo no se pagará el segundo aguinaldo porque el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) no fue suficiente para cancelar el beneficio, el viceministro de Presupuesto, Jaime Durán, aseguró que “más bien se está viendo una aceleración de la economía".
"Hay que entender conceptualmente el tema de la desaceleración, porque hemos escuchado algunos comentarios en este sentido, pero, nosotros tenemos un gráfico que nos muestra (que) al primer trimestre nuestra tasa de crecimiento fue de 3,34 por ciento y al segundo trimestre llegó a 3,58 por ciento, entonces incluso ahí, usando los argumentos de nuestros críticos, lo que más bien se está viendo es un proceso de aceleración de la economía", afirmó la autoridad en una entrevista en Unitel.


El Gobierno estima que Bolivia terminará el año con un crecimiento superior al 4%. Según las previsiones del Fondo de Monetario Internacional, Bolivia tendrá mayor tasa de crecimiento en Sudamérica con el 4,2 por ciento, seguido por Paraguay con el 3,9 por ciento y Perú con el 2,7 por ciento, remarcó el Viceministro.

Ayer, el ministro de Economía, Mario Guillén, oficializó que este año tampoco se pagará el segundo aguinaldo a los trabajadores, porque el crecimiento del PIB, de julio de 2016 a junio de 2017, llegó sólo a 3,94 por ciento.

El Decreto Supremo Nº 1802 instituyó el segundo aguinaldo, denominado "Esfuerzo por Bolivia", para todos los trabajadores del sector público y privado. Pero la misma norma establece que ese beneficio se otorgará sólo cuando el crecimiento anual del PIB supere el 4,5 por ciento.

Durán dijo que los factores que han incidido para ese crecimiento de 3,94 por ciento, es que, por un lado, la demanda interna ha mantenido su dinamismo -por ejemplo sectores como la industria y agropecuaria han crecido al 6,3 por ciento, mientras el transporte y comunicaciones al 5,8 por ciento.

Sin embargo, por otro lado persistió el problema del sector hidrocarburo, que tuvo una tasa de crecimiento negativa de -5,8 por ciento, que se debe fundamentalmente por el descenso de la demanda de gas de parte de Brasil.