Trump acusa al exdirector del FBI de “mentir, filtrar y proteger” a Clinton en campaña

Comey trabajaba en un borrador sobre el desenlace de la investigación a la ex secretaria de Estado dos meses antes de anunciar su exoneración

Joan Faus
Washington, El País
James Comey vuelve a estar en la diana de Donald Trump. El presidente estadounidense acusó este miércoles al exdirector del FBI, al que despidió el pasado mayo, de querer ayudar a Hillary Clinton después de que afloraran nuevos datos sobre la investigación de la agencia policial a la ex secretaria de Estado por el caso de su correo electrónico privado.


“James Comey mintió, filtró y protegió totalmente a Hillary Clinton. Fue lo mejor que le ocurrió a ella”, escribió Trump en Twitter. “Wow. El FBI confirma información de que James Comey redactó un borrador de la carta exonerando a la fraudulenta Hillary Clinton mucho antes de que la investigación finalizara. Mucha gente fue entrevistada, incluida Clinton. Comey aseguró bajo juramento de que no había hecho esto. ¿Obviamente un arreglo? ¿Dónde está el Departamento de Justicia?”, tuiteó justo antes.

Trump se refería a un documento, no clasificado, que publicó el lunes el FBI en su archivo de informes públicos y titulado “Borradores de la declaración del director Comey el 5 de julio de 2016 con relación a la investigación del servidor de correo parte 01 de 01”. Casi todo el documento tiene frases tachadas, por motivos de seguridad.

Incluye un correo del 2 de mayo de 2016 titulado “examen de mitad de año” y que Comey manda a Andrew McCabe, el director adjunto del FBI, a James Rybicki, su jefe de gabinete, y otros altos cargos. El contenido del correo está tachado en los documentos difundidos. Pero sí aparece completa la respuesta de Rybicki que, dos semanas después, el 16 de mayo, reenvía ese correo a otros altos cargos, incluido el director adjunto McCabe, y les pide “comentarios sobre esta declaración para que quizá los incluyamos en un documento principal para debatir con el director [Comey] en el futuro”.

La existencia de ese borrador es una revelación notable en el culebrón sobre la investigación del FBI a Clinton, que dominó la campaña electoral entre la candidata demócrata y el republicano Trump, que acusó de corrupta a su rival y amenazó con encarcelarla si él ganaba los comicios.

Se desconoce por qué Comey trabajaba en un borrador de su declaración sobre las conclusiones de la investigación a Clinton dos meses antes de que terminaran las pesquisas. El FBI, además, no interrogó a Clinton hasta el 2 de julio. Tres días después, Comey hizo su declaración ante la prensa en la que anunció que el FBI no halló ningún delito y recomendaba al Departamento de Justicia que no presentara cargos contra la exsenadora.

Así lo hizo Justicia, de la que depende el FBI, y en julio el caso había quedado cerrado. La clave era determinar si la ex primera dama había hecho, al solo utilizar un correo privado como secretaria de Estado, un mal uso de información confidencial.

Sin embargo, a finales de octubre, a 11 días de las elecciones presidenciales, Comey decidió reabrir la investigación. El detonante es que se habían hallado nuevos correos en el ordenador de una asesora de Clinton y se decidió analizarlos. Comey consideró que debía informar al Congreso de la nueva investigación, pero a los pocos días volvió a cerrarla con la misma conclusión anterior: no se había encontrado ningún delito.

Ese anuncio, sin embargo, le valió un alud de críticas a Comey por parte del Gobierno y los demócratas, y los elogios de Trump y los republicanos. Clinton considera el anuncio de FBI un factor principal en su derrota electoral, lo que contrasta con el argumento de Trump de que Comey buscaba ayudar a la candidata demócrata.

Cuando llevaba cuatro meses en la Casa Blanca, Trump decidió despedir, el pasado 9 de mayo, a Comey, cuyo cargo no terminaba hasta 2023. Comey dirigía la investigación de la agencia policial a los presuntos lazos entre el equipo de Trump y la injerencia rusa durante la campaña electoral. El presidente sostuvo inicialmente que le destituyó por recomendación del Departamento de Justicia por la gestión que hizo Comey del caso del servidor privado de Clinton. Pero más adelante Trump admitió que iba a despedir igualmente a Comey y que en su decisión influyeron las pesquisas sobre Rusia.

Tras su cese, Comey filtró a la prensa, a través de un amigo, unas notas que había tomado de sus contactos con Trump. Aseguró que el presidente le pidió “lealtad” y que él se negó a darla, y que también le instó a cerrar la investigación a Michael Flynn, el primer consejero de Seguridad Nacional del presidente, por sus vínculos con Rusia. Comey hizo públicas esas acusaciones en una explosiva comparecencia en el Senado en junio. Sus revelaciones propiciaron la designación de un fiscal especial, Robert Mueller, que investiga los presuntos lazos rusos del entorno de Trump y si el mandatario pudo cometer un delito de obstrucción a la justicia.

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