Rajoy activará medidas excepcionales si Puigdemont no retira la declaración
El artículo 155 y los decretos de estado de sitio y excepción deben pasar por las Cámaras
Anabel Díez
Madrid, El País
Mariano Rajoy requerirá a Carles Puigdemont que retire la declaración de independencia de Cataluña, cuyo texto firmaron anoche los diputados de Junts Pel Si y la CUP. Un Consejo de Ministros extraordinario estudiará esta mañana los “próximos pasos” ante el desafío independentista. El jefe del Ejecutivo se reunió anoche con Pedro Sánchez y hoy hablará con Albert Rivera para analizar la posible activación del artículo 155 de la Constitución. Miembros del Gobierno y del PSOE llevan días estudiando su aplicación, según relataron a EL PAÍS fuentes del Ejecutivo.
El Gobierno y dirigentes del máximo nivel del PSOE llevan días debatiendo cómo aplicar el artículo 155 de la Constitución, según fuentes gubernamentales consultadas por EL PAÍS. En ese estudio se contempla la posibilidad de que el Gobierno central asuma temporalmente las funciones de la Generalitat, siempre que el presidente, Carles Puigdemont, no acepte la retirada definitiva de la declaración de independencia. La decisión final quedó en manos de la reunión mantenida anoche entre Rajoy y Sánchez y que hoy será explicada por el presidente a su gobierno en el Consejo de Ministros extraordinario convocado a las nueve de la mañana. Desde el Ejecutivo no se descarta tampoco la presentación de un recurso ante el Tribunal Constitucional contra la declaración de independencia de Puigdemont, una medida que se describe como “compatible” con la activación del artículo 155.
"Este miércoles se abordarán los próximos pasos tras la celebración de la sesión plenaria del Parlament", anunció al borde de las diez y media de la noche de ayer la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría en una declaración de poco más de un minuto.
"Después de haber llegado tan lejos y de haber embarcado a Cataluña en el mayor nivel de tensión de su historia, el señor Puigdemont la ha sumido en su mayor nivel de incertidumbre", señaló la vicepresidenta. "Su discurso es el de una persona que no sabe dónde está, dónde quiere ir ni con quién", remató.
El Gobierno no puede aceptar del presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, nada relacionado con la independencia de Cataluña y mucho menos dar por buenos los resultados del referéndum ilegal del 1 de octubre. No hay nada que negociar con el Govern en relación a la independencia de Cataluña. Esta fue la respuesta casi inmediata que dio ayer el Ejecutivo nada más terminar el discurso de Puigdemont y que Sáenz de Santamaría expuso en su comparecencia.
Ahora se trata de arbitrar las medidas que pueda adoptar el Gobierno pero siempre de la mano del PSOE y de Ciudadanos. El Ejecutivo mantiene como máxima prioridad ir acompañado del PSOE y de Ciudadanos por lo que las conversaciones son constantes. Si Rajoy se reunió anoche con Sánchez, esta mañana recibirá a Albert Rivera, presidente de Ciudadanos y esta tarde Mariano Rajoy expondrá en el Congreso su visión, sus decisiones y las novedades sobre el proceso secesionista.
Para entonces ya sabrá cuál es la opinión de Pedro Sánchez que el pasado domingo aseguró que el gobierno tendría su apoyo para tomar medidas “constitucionales”. La puesta en marcha del artículo 155 siempre ha producido incomodidad en los socialistas pero en los últimos días se habían avenido a estudiar su formulación.
No es ese el caso de Albert Rivera, que pide su puesta en marcha desde hace semanas. El discurso de ayer de Puigdemont, con la suspensión de la declaración, aunque no retirada, y la llamada al diálogo, movió a alcaldes socialistas de Cataluña a abrir esa puerta del diálogo.
Los alegatos del presidente de la Generalitat sobre los intermediarios europeos, la voluntad de una parte de los ciudadanos de Cataluña “de que Cataluña sea un Estado” y las llamadas al resto de los catalanes para integrarse en esta supuesta voluntad común no tuvieron el menor efecto en Rajoy. Sí se reconoce en el partido del Gobierno, según dirigentes del PP, que Puigdemont ha tenido que posponer sus postulados máximos de proclamar la independencia por la presión nacional e internacional. Así, en el Gobierno y en el PP se reivindica la política llevada a cabo por el presidente a pesar de que fuera del núcleo de dirección se considerara que debía haber sido más activo y no esperar a que los secesionistas siguieran dando pasos.
Presión internacional
El tiempo ha permitido que la presión de la comunidad internacional haya sido muy intensa. Pocas horas antes del pleno del Parlament aún continuaban las llamadas de autoridades europeas para que no se declarara la independencia de Cataluña.
En los últimos días también se ha producido la salida a la calle de los catalanes no independentistas. Los efectos del paso del tiempo han conseguido que las tensiones internas en la coalición secesionista hayan crecido.
Anabel Díez
Madrid, El País
Mariano Rajoy requerirá a Carles Puigdemont que retire la declaración de independencia de Cataluña, cuyo texto firmaron anoche los diputados de Junts Pel Si y la CUP. Un Consejo de Ministros extraordinario estudiará esta mañana los “próximos pasos” ante el desafío independentista. El jefe del Ejecutivo se reunió anoche con Pedro Sánchez y hoy hablará con Albert Rivera para analizar la posible activación del artículo 155 de la Constitución. Miembros del Gobierno y del PSOE llevan días estudiando su aplicación, según relataron a EL PAÍS fuentes del Ejecutivo.
El Gobierno y dirigentes del máximo nivel del PSOE llevan días debatiendo cómo aplicar el artículo 155 de la Constitución, según fuentes gubernamentales consultadas por EL PAÍS. En ese estudio se contempla la posibilidad de que el Gobierno central asuma temporalmente las funciones de la Generalitat, siempre que el presidente, Carles Puigdemont, no acepte la retirada definitiva de la declaración de independencia. La decisión final quedó en manos de la reunión mantenida anoche entre Rajoy y Sánchez y que hoy será explicada por el presidente a su gobierno en el Consejo de Ministros extraordinario convocado a las nueve de la mañana. Desde el Ejecutivo no se descarta tampoco la presentación de un recurso ante el Tribunal Constitucional contra la declaración de independencia de Puigdemont, una medida que se describe como “compatible” con la activación del artículo 155.
"Este miércoles se abordarán los próximos pasos tras la celebración de la sesión plenaria del Parlament", anunció al borde de las diez y media de la noche de ayer la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría en una declaración de poco más de un minuto.
"Después de haber llegado tan lejos y de haber embarcado a Cataluña en el mayor nivel de tensión de su historia, el señor Puigdemont la ha sumido en su mayor nivel de incertidumbre", señaló la vicepresidenta. "Su discurso es el de una persona que no sabe dónde está, dónde quiere ir ni con quién", remató.
El Gobierno no puede aceptar del presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, nada relacionado con la independencia de Cataluña y mucho menos dar por buenos los resultados del referéndum ilegal del 1 de octubre. No hay nada que negociar con el Govern en relación a la independencia de Cataluña. Esta fue la respuesta casi inmediata que dio ayer el Ejecutivo nada más terminar el discurso de Puigdemont y que Sáenz de Santamaría expuso en su comparecencia.
Ahora se trata de arbitrar las medidas que pueda adoptar el Gobierno pero siempre de la mano del PSOE y de Ciudadanos. El Ejecutivo mantiene como máxima prioridad ir acompañado del PSOE y de Ciudadanos por lo que las conversaciones son constantes. Si Rajoy se reunió anoche con Sánchez, esta mañana recibirá a Albert Rivera, presidente de Ciudadanos y esta tarde Mariano Rajoy expondrá en el Congreso su visión, sus decisiones y las novedades sobre el proceso secesionista.
Para entonces ya sabrá cuál es la opinión de Pedro Sánchez que el pasado domingo aseguró que el gobierno tendría su apoyo para tomar medidas “constitucionales”. La puesta en marcha del artículo 155 siempre ha producido incomodidad en los socialistas pero en los últimos días se habían avenido a estudiar su formulación.
No es ese el caso de Albert Rivera, que pide su puesta en marcha desde hace semanas. El discurso de ayer de Puigdemont, con la suspensión de la declaración, aunque no retirada, y la llamada al diálogo, movió a alcaldes socialistas de Cataluña a abrir esa puerta del diálogo.
Los alegatos del presidente de la Generalitat sobre los intermediarios europeos, la voluntad de una parte de los ciudadanos de Cataluña “de que Cataluña sea un Estado” y las llamadas al resto de los catalanes para integrarse en esta supuesta voluntad común no tuvieron el menor efecto en Rajoy. Sí se reconoce en el partido del Gobierno, según dirigentes del PP, que Puigdemont ha tenido que posponer sus postulados máximos de proclamar la independencia por la presión nacional e internacional. Así, en el Gobierno y en el PP se reivindica la política llevada a cabo por el presidente a pesar de que fuera del núcleo de dirección se considerara que debía haber sido más activo y no esperar a que los secesionistas siguieran dando pasos.
Presión internacional
El tiempo ha permitido que la presión de la comunidad internacional haya sido muy intensa. Pocas horas antes del pleno del Parlament aún continuaban las llamadas de autoridades europeas para que no se declarara la independencia de Cataluña.
En los últimos días también se ha producido la salida a la calle de los catalanes no independentistas. Los efectos del paso del tiempo han conseguido que las tensiones internas en la coalición secesionista hayan crecido.