Puigdemont pide mediación sin ceder en sus planes

El president asegura que Felipe VI "decepcionó a mucha gente en Cataluña" en su mensaje

Camilo S. Baquero
Barcelona, El País
"Así no", dijo Puigdemont en un mensaje institucional pregrabado que buscaba responder tanto a los posicionamientos del Rey —"los legítimos poderes del Estado van a asegurar el cumplimiento del Estado de derecho", aseguró el Monarca el pasado martes— como ahondar en su idea de una mediación para reconducir las relaciones institucionales entre Cataluña y el resto de España.


Por la mañana, el portavoz del Ejecutivo catalán, Jordi Turull, ya había respondido a las palabras del Rey. "Es la versión monárquica del 'a por ellos", aseguró. Puigdemont se dirigió directamente a Felipe VI en catalán —"una lengua que sé que conoce y habla", dijo el president— para afearle que no se interesara por conocer la visión del Govern en estos últimos días y que abandonara "el papel de moderador" que le da la Constitución.

"Con su decisión de ayer, usted decepcionó a mucha gente en Cataluña que le aprecia y que le ha ayudado en momentos difíciles de la institución. Gente que esperaba de usted otro tono y una apelación al diálogo", dijo Puigdemont. En tres años, el Rey ha visitado Cataluña 23 veces.

El líder catalán, que también usó el castellano, insistió en la misma propuesta de mediación que lanzó el pasado lunes, eso sí, sin renunciar a la declaración de independencia. De hecho se mostró seguro de que los catalanes volverán a hacer gala de su civismo "cuando las instituciones de Cataluña tengamos que aplicar el resultado del referéndum". Puigdemont comparecerá el lunes en la Cámara catalana en un pleno donde la gran incógnita es si se declarará la independencia de una manera unilateral, tal y como establece la ley del referéndum, que está suspendida por el Tribunal Constitucional.

Puigdemont insistió en todas las propuestas de mediación que están sobre la mesa e instó al Estado a dar el paso. Hace días que el presidente de la Generalitat no tiene actos programados en su agenda pública, si bien la privada está llena de reuniones de Gobierno y de partido para diseñar y consultar la estrategia de los próximos días. Una de esas actividades es atender especialmente a la prensa internacional. La última entrevista fue al rotativo alemán Bild. "No tengo miedo por mí mismo. No me asombraría nada de lo que haga el Gobierno español. También mi encarcelamiento es posible, lo que sería un paso salvaje. El Gobierno español comete un fallo tras otro y se separa cada vez más de la realidad", afirmó.

En el seno del PDeCAT conviven varias sensibilidades y tempos de qué hacer una vez se tengan los resultados y, en teoría, se tenga que declarar la independencia en el Parlament, tal y como lo recoge la ley del referéndum. Pero hay un consenso sobre jugar la carta de una mediación y de intentar que la UE se implique. De ahí el interés de prodigarse en la prensa internacional.

Sin embargo, su ofensiva mediática internacional tiene efectos muy escasos, como se demostró ayer en el debate de la Eurocámara, en el que ni siquiera el jefe de filas del grupo en el que están los diputados del PDeCAT, Alde, defendió sus tesis. El presidente pasó por este tema de puntillas en su alocución. El enfado de la antigua Convergència quedó patente en un tuit de su coordinadora general, Marta Pascal, en el que aseguró que Guy Verhofstadt "es la antítesis del pensamiento liberal y defiende recetas del PP",

Marta Rovira, la número dos de ERC, criticó que justamente el día en que Cataluña realizaba la "huelga de país contra la violencia de Estado", el jefe del Ejército "amenazara con más violencia". Para Joan Tardà, el Rey "le ha hecho el trabajo al PP". La respuesta de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, llegó en la misma noche del martes. "Ninguna solución. Ninguna mención a los heridos. Ninguna apelación al diálogo. Discurso irresponsable e indigno de un jefe de Estado", tuiteó Colau.

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