Messi mandó a callar a îqué con "se juega" (y punto)

Dani Milà
Diario Gol
El partido del FC Barcelona ante Las Palmas supuso tres puntos para el equipo de Ernesto Valverde y también la fractura emocional dentro del propio club. Desde la directiva hasta el vestuario, el desacuerdo imperó y los derrotados airearon su descontento.


Gerard Piqué volvió a ser el reflejo más claro de un sentir compartido por muchos dentro de la institución. El central barcelonista, que horas antes había colgado un tweet votando en el referéndum organizado por la Generalitat de Catalunya, no quería jugar el partido.

Pretendía hacerlo así como denuncia por los hechos acontecidos y para mandar un mensaje al mundo de que algo estaba pasando. Su intención era utilizar al Barça como instrumento político.

Su opinión, no obstante, se topó con la oposición frontal de otros miembros del vestuario. Y pese a la insistente presión del defensor su planteamiento fue rechazado, gracias sobre todo al veredicto final del peso más pesado del vestuario.

El peso del diez

Para Leo Messi el futbol no es más que una diversión. Es todo lo que le preocupa y a través de él se ha convertido en el mejor jugador de la historia culé. Ante la posibilidad de tener que aplazar el partido a otro momento del calendario menos propicio, o incluso de perder puntos por la decisión, fue claro.

“Se juega”. Breve y contundente, como acostumbra en sus respuestas. El argentino zanjó la discusión planteada por Piqué e impuso su liderazgo en la plantilla azulgrana. El argentino quería despachar el encuentro tan rápido como fuera posible y centrarse en los cruciales encuentros clasificatorios que disputará con su selección.

Piqué se quedó sólo en el vestuario y ahora sufre las consecuencias también en la concentración con España. Son malos momentos para el zaguero, y su constante búsqueda de polémica también comienza a cansar a sus compañeros.

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