Las cinco cosas que nunca limpias en tu casa… pero deberías

Limpiar a fondo implica fijarse en lugares muy usados, pero poco atendidos.(Yoshikazu TSUNO/Agence France-Presse)

Alan Henry
Clarín
Ya dominas las actividades básicas: lavás ropa, mantenés limpio el baño y pasas un trapo por la cocina. Sin embargo, el polvo y la suciedad tienen el mal hábito de acumularse en los lugares más extraños, incluso en aquellos que nunca se te ocurre revisar. Aquí te presentamos algunos puntos de tu casa que deberías limpiar más a menudo, si es que no lo haces, porque es muy probable que estén bastante sucios.


Antes de entrar al tema, hay que señalar que deberías limpiar estos espacios no porque te puedan enfermar o algo así, sino porque tal vez estén realmente asquerosos y son lugares que atrapan polvo y mugre con facilidad. Además, pueden acumular bacterias, pero tampoco hay razón para que te provoquen una fobia.

Puede que no se te ocurra limpiar los picaportes y las manijas de tu casa con frecuencia. No obstante, merecen recibir un trapazo rápido la próxima vez que estés limpiando el cuarto donde se encuentran. Si piensas cuántas veces tocamos los picaportes y las manijas de nuestras casas, especialmente con las manos sucias o al salir del baño, tal vez lo vuelvas un hábito.

Ya sea la manija de un estante de la alacena, el picaporte del baño o el de la puerta frontal de tu casa, límpialo de vez en cuando para mantenerlo libre de suciedad y que sea agradable al tacto.

Probablemente has escuchado que las manijas de las puertas, particularmente las del baño, pueden alojar todo tipo de gérmenes asquerosos que te pueden enfermar. Sin embargo, el riesgo que representan las bacterias en los picaportes suele exagerarse bastante. Aunque podría ser un problema real en baños que se usan mucho, el riesgo en casa es mínimo y el beneficio de mantener las manijas limpias está más relacionado con que a nadie le gusta tocar un picaporte pegajoso o sucio que con un asunto de salud.

A pesar de ser algo que utilizamos durante muchas horas diariamente, ¿cuándo fue la última vez que hiciste algo más que limpiar la pantalla de tu celular porque estaba tan manchado que no te dejaba ver? En realidad, si consideramos la frecuencia con la que utilizamos nuestros teléfonos celulares y dónde los usamos (sí, eso incluye revisar Facebook mientras estás sentado en el inodoro), merecen una limpieza más profunda de vez en cuando.

De acuerdo, un poco de grasa de tus manos no es el fin del mundo, pero la variedad de bacterias repugnantes que prosperan en tu teléfono no debería hacerte sentir bien. Además, conservar tu aparato limpio también tiene beneficios de otro tipo para ti: tu pantalla se mantiene limpia y fácil de leer, y aleja el polvo y la mugre de los orificios de las bocinas, así como de los puertos para cargarlo y para conectar los audífonos.

Si tu plan es vender tu dispositivo en unos meses o años para poder comprar el modelo más reciente y maravilloso, mantenerlo limpio ahora te asegura que no tendrá rayones ni golpes en el futuro.

Límpialo con un trapo de microfibra para eliminar la grasa y el polvo (evita usar toallas de papel y otros materiales que solo lo embarran). Para las manchas difíciles o lo que sea que no se quite, consigue un poco de alcohol isopropílico. Haz una solución de una medida de agua por una de alcohol, después humedece el trapo de microfibra y talla suavemente para quitar las manchas y mugre.

Cuando no estás usando tu teléfono, probablemente estás usando una computadora de escritorio o una portátil, lo que significa que tus dedos están en contacto constante con tu teclado. Además, si tomamos en cuenta que la mayoría de nosotros comemos bocadillos o el almuerzo en el escritorio, bebemos sobre la computadora o incluso le tiramos la bebida completa encima, podrás imaginar el desagradable y sucio mundo que vive debajo de las teclas.

Aunque no hay escasez de titulares grandilocuentes que anuncian a los cuatro vientos que tu teclado está más sucio que el asiento del escusado (un poco desinformados, puesto que los asientos de baño suelen estar bastante más limpios que cualquier otro lugar del baño), las superficies consideradas de mucho contacto, como los teclados, en verdad pueden albergar y cultivar bacterias dañinas si no se limpian.

El lado positivo es que limpiar un teclado no es difícil. Podrías quedar asombrado por lo que vas a encontrar debajo de las teclas, si te animas a llegar al punto de sacarlas y limpiar el polvo, la suciedad, el pelo y las migas que seguramente te acechan desde abajo.

Incluso si no llegas a tanto, voltear el teclado, sacudirlo para que salga la mugre y después pasarle por encima la aspiradora de mano o limpiarlo con aire comprimido es igual de efectivo. Después, pasar rápidamente un trapo especial, hisopos de algodón o una tela de microfibra humedecida con la misma solución de agua y alcohol que ya mencionamos limpiará las partes que sí tocas.

Sé honesto: ¿alguna vez has limpiado tu control remoto? Ya sea que uses el que venía con tu televisión o uno más complicado que te dio tu compañía de cable, lo más probable es que lo tomes cada vez que te apoltronas en el sillón para ver Netflix y relajarte. Sin embargo, nunca has llegado al punto de limpiar la mugre y el polvo de los espacios entre los botones, ¿verdad?

La suciedad se acumula; solo piensa en la cantidad de veces que has comido botanas frente a tu pantalla. No importa si prefieres palomitas de maíz, papas fritas o comidas completas, tu control remoto seguramente está sucio y, de nuevo, aunque es poco probable que te enfermes por tocar esa cosa pegajosa y mugrienta, la suciedad no beneficia la vida útil del aparato del que dependes para relajarte después de un largo día de trabajo.

Ciertamente, los controles remotos son bastante asquerosos y están llenos de bacterias, especialmente los que encontramos en las habitaciones de hotel, que son usados por una multitud de gente sin que nunca los limpien. Podríamos decirte que utilices una toallita desinfectante para limpiar el del hotel de tu próximo viaje, pero no hay razón para esperar hasta que te vayas de casa. Toma una toallita y limpia bien el que usas todos los días, e intenta incluir esto en tu rutina de limpieza. Tal vez no te hará más saludable pero prolongará la vida de tu control remoto y con eso nos basta.

Quizá no lo sabes pero la mayoría de las almohadas están diseñadas para lavarse en lavadora. Tendrás que esponjarlas cuando salgan de la lavadora (o de la secadora, si el fabricante sugiere que se sequen en máquina) y no debes lavarlas muy seguido pues podrían perder su forma.

Poder lavarlas es algo bueno, si consideramos que las almohadas suelen estar en el lugar preciso donde la piel muerta, el polvo, la saliva y, en muchos casos, los ácaros viven felizmente. Para la mayoría de la gente, no es un gran problema, dejando de lado el hecho de que ponen su cara cada noche en una almohada repugnante y sucia. Para gente con sistemas inmunitarios debilitados o que tienen alergias puede ser un factor irritante que les provocará noches de insomnio, irritación de la piel y congestión nasal.

Afortunadamente, si tienes alergias o simplemente no te hace feliz la idea de tener una almohada asquerosa bajo tu cabeza mientras duermes, la solución es fácil: un viaje en lavadora en ciclo delicado, después secado en máquina con baja potencia o secado al aire libre. Si gustas, da un paso más e invierte en un protector de almohada de buena calidad.

Ya que estás en esto, considera lavar tus colchas si no lo has hecho recientemente y cualquier otro textil casero que puede que no limpies tan a menudo como deberías. Entonces, podrás respirar tranquilo mientras descansas.

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