La mujer de Casillas quema la tarjeta de crédito con un capricho millonario
Oporto, Diario Gol
Gran momento. Sara Carbonero e Iker Casillas pueden presumir de haberse adaptado completamente a Oporto. La pareja ha iniciado su tercer año en la ciudad portuguesa, después de que guardameta firmó su continuidad con el conjunto blanquiazul el pasado verano.
La renovación es a la baja, pero lo que recibirá el ex capitán blanco deja indiferentes a muy pocos. Durante sus dos primeras campañas en el equipo luso, el Real Madrid pagaba parte de su ficha. Sin embargo, este acuerdo terminó este verano, con lo que Casillas pasó de cobrar 11 millones anuales a ganar 7,5 ‘kilos’.
Buen inicio
Asimismo, el guardameta está devolviendo la muestra de cariño del Oporto sobre el terreno de juego. El de Móstoles ha jugado 10 partidos en los que ha encajado seis goles –tres fueron obra del Besiktas en un solo partido-, mientras que ha logrado mantener la portería a cero en siete ocasiones.
Mientras tanto, a Sara tampoco le va nada mal. La comunicadora ha reconvertido su imagen como icono de la moda. La madrileña combina el cuidado de sus pequeños con los actos publicitarios, su blog y la empresa Slow Love.
Las intenciones de la pareja a corto/medio plazo pasan por seguir en Oporto hasya que el club deje de confiar en él para poner rumbo a los Estados Unidos, donde más de un equipo de la MLS le recibirá con los brazos abiertos. O a Qatar, desde donde su amigo Xavi Hernández no deja de explicarle las maravillas y ventajas de jugar en el país árabe.
¿Vuelta a casa?
Pero pase lo que pase, el objetivo final de la pareja es volver a Madrid. Tanto es así que desde que Carbonero salió de la capital no ha dejado de quemar la tarjeta de crédito para de mejorar su casa en la exclusiva zona residencial de La Finca (Pozuelo de Alarcón).
Se trata de una mansión valorada en 2,6 millones de euros que compraron a la actriz Lydia Bosch y en la que fuentes del sector aseguran que "Casillas se ha dejado un ojo de la cara, casi el doble de lo que realmente cuesta".
Según explica Vaniatis, la casa tiene dos salones, un salón de juegos, una cocina, cinco dormitorios, seis baños y un cuarto de servicio, lo que en total ocupa más de 750 metros cuadrados. Todo ello sin olvidar la piscina y la seguridad privada con la que cuenta el recinto durante las 24 horas del día.
Gran momento. Sara Carbonero e Iker Casillas pueden presumir de haberse adaptado completamente a Oporto. La pareja ha iniciado su tercer año en la ciudad portuguesa, después de que guardameta firmó su continuidad con el conjunto blanquiazul el pasado verano.
La renovación es a la baja, pero lo que recibirá el ex capitán blanco deja indiferentes a muy pocos. Durante sus dos primeras campañas en el equipo luso, el Real Madrid pagaba parte de su ficha. Sin embargo, este acuerdo terminó este verano, con lo que Casillas pasó de cobrar 11 millones anuales a ganar 7,5 ‘kilos’.
Buen inicio
Asimismo, el guardameta está devolviendo la muestra de cariño del Oporto sobre el terreno de juego. El de Móstoles ha jugado 10 partidos en los que ha encajado seis goles –tres fueron obra del Besiktas en un solo partido-, mientras que ha logrado mantener la portería a cero en siete ocasiones.
Mientras tanto, a Sara tampoco le va nada mal. La comunicadora ha reconvertido su imagen como icono de la moda. La madrileña combina el cuidado de sus pequeños con los actos publicitarios, su blog y la empresa Slow Love.
Las intenciones de la pareja a corto/medio plazo pasan por seguir en Oporto hasya que el club deje de confiar en él para poner rumbo a los Estados Unidos, donde más de un equipo de la MLS le recibirá con los brazos abiertos. O a Qatar, desde donde su amigo Xavi Hernández no deja de explicarle las maravillas y ventajas de jugar en el país árabe.
¿Vuelta a casa?
Pero pase lo que pase, el objetivo final de la pareja es volver a Madrid. Tanto es así que desde que Carbonero salió de la capital no ha dejado de quemar la tarjeta de crédito para de mejorar su casa en la exclusiva zona residencial de La Finca (Pozuelo de Alarcón).
Se trata de una mansión valorada en 2,6 millones de euros que compraron a la actriz Lydia Bosch y en la que fuentes del sector aseguran que "Casillas se ha dejado un ojo de la cara, casi el doble de lo que realmente cuesta".
Según explica Vaniatis, la casa tiene dos salones, un salón de juegos, una cocina, cinco dormitorios, seis baños y un cuarto de servicio, lo que en total ocupa más de 750 metros cuadrados. Todo ello sin olvidar la piscina y la seguridad privada con la que cuenta el recinto durante las 24 horas del día.