La importancia de reírse de uno mismo
Raquel Zas
Infobae
El otro día mientras estaba tomando el sol en la playa y ojeando Instagram (antes solía leer un libro…) vi que Joan Smalls se había hecho un selfie piscinero con un biquini casi igualito al que yo llevaba. Así que no se me ocurrió otra mejor idea que imitarla para intentar darle un poco de envidia a todos mis fieles amigos de las redes sociales -aunque la realidad es muy distinta-.
Al cabo de unos minutos de poses horrendas buscando el ángulo perfecto, miré alrededor y vi como un señor de unos 60 años se estaba riendo descaradamente de mí. Me di cuenta de que estaba haciendo el ridículo hasta límites insospechados. Cuando abrí la galería, ¿a qué no sabéis que descubrí? Exacto. No soy Joan Smalls.
¿Por qué nos empeñamos en ser lo que no somos? Justo cuando empezábamos a aceptar esa cara que veíamos todos los días frente al espejo del baño, llegaron las redes sociales con un montón de filtros y 'me gusta' que nos hacen querer parecer alguien que no somos. Pero, ¿cómo resistirse a entrar en el juego? Famosos, artistas, blogueros, compañeros de piso… Todos se pasan el día enseñándonos los sitios que frecuentan, los últimos zapatos que se han comprado o la ensalada que se han hecho para cenar -aunque a nadie le importa realmente lo que comes-.
A pesar de esta nueva tendencia a endulzar nuestras vidas, parece que hay esperanza para la raza humana. Desde hace un tiempo, ha surgido una oleada de elocuentes personajes famosos que han mostrado su rechazo a un ideal tan perfeccionista y que se han decantado por mostrar lo que hay detrás de la pantalla de sus teléfonos móviles: el duro y a menudo insulso día a día. Gracias a ellos, ahora podemos decir con certeza que detrás de sus cuentas millonarias y sus vidas repletas de lujo y fiestas exclusivas, en realidad son igual de absurdos que nosotros.
¿Por qué la serie Girls ha alcanzado tanto éxito? En un principio parecía tratarse de una versión veinteañera de Sexo en Nueva York, pero resulta que Hannah y sus amigas no tienen -casi- nada que ver con las maduras pseudointelectuales que sobreviven a base de cócteles, se reúnen para fardar de Louboutins y comparan a sus amantes casados y multimillonarios.
El éxito de Lena Dunham radica en que se ha atrevido a traspasar la barrera de lo incómodo para retratar a un grupo de postadolescentes perdidas en la vida que intentan calmar sus problemas emocionales con promiscuidad, drogas y fingida indiferencia. Y todo esto con multitud de escenas en las que Hannah sale completamente desnuda -en una hasta está jugando al ping pong-, pero ¿acaso crees que Dunham se desnuda de forma gratuita? Lo hace para decirle al mundo que tiene un cuerpo imperfecto y que le da exactamente igual que la juzguen por ello.
Algunos se han dado cuenta de que la fórmula de Dunham y su universo grotesco es realmente interesante, y de esta forma llegaron otros ejemplos como la aclamada Transparent, una premiada comedia que esconde su realidad dramática -esa familia ha tenido más episodios de histeria que Britney Spears- tras ese velo de cinismo que les hace tomarse la vida con más humor.
Podríamos poner decenas de ejemplos más que ya hemos mencionado en en otras ocasiones, como el de Tavi Gevinson y su mejor amiga Petra Collins, que junto a Maya Furh lideran el espíritu de una nueva generación que triunfa en el arte a través de celebrar la naturalidad y la imperfección. Para muchos, Rookie puede parecer el juego de una adolescente acomodada que escribe sobre temas banales, pero lo cierto es que es tan honesta y directa consigo misma que su discurso es justo lo que los jóvenes quieren escuchar.
Muchos son los famosos que se han ganado la popularidad de las masas gracias a convertirse en un 'meme' de sí mismos. Miley Cyrus lo ha hecho mejor que nadie, y su cuenta de Instagram es una constante de montajes ridículos con su cara, selfies enseñando el pelo de las axilas e imágenes de ella y sus amigos disfrazados y borrachos.
Todo esto viene a demostrar que a la gente no le interesa ver lo bien que te va la vida -es más, yo diría que les produce rechazo-; si quieres conectar de una forma real con los demás es más fácil conseguirlo si eres humilde y te burlas -en el buen sentido- de ti mismo. Triunfar en todos los ámbitos de la vida -trabajo, amistad, e incluso amor- es mucho más sencillo cuando eres sincero contigo mismo y con los demás y abres esa pequeña caja de Pandora que todos tenemos dentro y que contiene nuestros más vergonzosos secretos. Al fin y al cabo, todos tenemos la misma mala cara cuando nos despertamos.
Infobae
El otro día mientras estaba tomando el sol en la playa y ojeando Instagram (antes solía leer un libro…) vi que Joan Smalls se había hecho un selfie piscinero con un biquini casi igualito al que yo llevaba. Así que no se me ocurrió otra mejor idea que imitarla para intentar darle un poco de envidia a todos mis fieles amigos de las redes sociales -aunque la realidad es muy distinta-.
Al cabo de unos minutos de poses horrendas buscando el ángulo perfecto, miré alrededor y vi como un señor de unos 60 años se estaba riendo descaradamente de mí. Me di cuenta de que estaba haciendo el ridículo hasta límites insospechados. Cuando abrí la galería, ¿a qué no sabéis que descubrí? Exacto. No soy Joan Smalls.
¿Por qué nos empeñamos en ser lo que no somos? Justo cuando empezábamos a aceptar esa cara que veíamos todos los días frente al espejo del baño, llegaron las redes sociales con un montón de filtros y 'me gusta' que nos hacen querer parecer alguien que no somos. Pero, ¿cómo resistirse a entrar en el juego? Famosos, artistas, blogueros, compañeros de piso… Todos se pasan el día enseñándonos los sitios que frecuentan, los últimos zapatos que se han comprado o la ensalada que se han hecho para cenar -aunque a nadie le importa realmente lo que comes-.
A pesar de esta nueva tendencia a endulzar nuestras vidas, parece que hay esperanza para la raza humana. Desde hace un tiempo, ha surgido una oleada de elocuentes personajes famosos que han mostrado su rechazo a un ideal tan perfeccionista y que se han decantado por mostrar lo que hay detrás de la pantalla de sus teléfonos móviles: el duro y a menudo insulso día a día. Gracias a ellos, ahora podemos decir con certeza que detrás de sus cuentas millonarias y sus vidas repletas de lujo y fiestas exclusivas, en realidad son igual de absurdos que nosotros.
¿Por qué la serie Girls ha alcanzado tanto éxito? En un principio parecía tratarse de una versión veinteañera de Sexo en Nueva York, pero resulta que Hannah y sus amigas no tienen -casi- nada que ver con las maduras pseudointelectuales que sobreviven a base de cócteles, se reúnen para fardar de Louboutins y comparan a sus amantes casados y multimillonarios.
El éxito de Lena Dunham radica en que se ha atrevido a traspasar la barrera de lo incómodo para retratar a un grupo de postadolescentes perdidas en la vida que intentan calmar sus problemas emocionales con promiscuidad, drogas y fingida indiferencia. Y todo esto con multitud de escenas en las que Hannah sale completamente desnuda -en una hasta está jugando al ping pong-, pero ¿acaso crees que Dunham se desnuda de forma gratuita? Lo hace para decirle al mundo que tiene un cuerpo imperfecto y que le da exactamente igual que la juzguen por ello.
Algunos se han dado cuenta de que la fórmula de Dunham y su universo grotesco es realmente interesante, y de esta forma llegaron otros ejemplos como la aclamada Transparent, una premiada comedia que esconde su realidad dramática -esa familia ha tenido más episodios de histeria que Britney Spears- tras ese velo de cinismo que les hace tomarse la vida con más humor.
Podríamos poner decenas de ejemplos más que ya hemos mencionado en en otras ocasiones, como el de Tavi Gevinson y su mejor amiga Petra Collins, que junto a Maya Furh lideran el espíritu de una nueva generación que triunfa en el arte a través de celebrar la naturalidad y la imperfección. Para muchos, Rookie puede parecer el juego de una adolescente acomodada que escribe sobre temas banales, pero lo cierto es que es tan honesta y directa consigo misma que su discurso es justo lo que los jóvenes quieren escuchar.
Muchos son los famosos que se han ganado la popularidad de las masas gracias a convertirse en un 'meme' de sí mismos. Miley Cyrus lo ha hecho mejor que nadie, y su cuenta de Instagram es una constante de montajes ridículos con su cara, selfies enseñando el pelo de las axilas e imágenes de ella y sus amigos disfrazados y borrachos.
Todo esto viene a demostrar que a la gente no le interesa ver lo bien que te va la vida -es más, yo diría que les produce rechazo-; si quieres conectar de una forma real con los demás es más fácil conseguirlo si eres humilde y te burlas -en el buen sentido- de ti mismo. Triunfar en todos los ámbitos de la vida -trabajo, amistad, e incluso amor- es mucho más sencillo cuando eres sincero contigo mismo y con los demás y abres esa pequeña caja de Pandora que todos tenemos dentro y que contiene nuestros más vergonzosos secretos. Al fin y al cabo, todos tenemos la misma mala cara cuando nos despertamos.