Insigne y Reina refuerzan el liderato del Nápoles
En el Olímpico, un gol de Lorenzo Insigne y las paradas de Pepe Reina le entregaron a los partenopei su octavo triunfo liguero consecutivo.
Mirko Calemme
As
El Nápoles de Maurizio Sarri reforzó su liderato en la Serie A con una sufrida y fundamental victoria ante el Roma: en el Olímpico, un gol de Lorenzo Insigne y las paradas de Pepe Reina le entregaron a los partenopei su octavo triunfo liguero consecutivo, el número 13 considerando también los del curso pasado. En la primera mitad fueron los de Sarri a quedarse con el control del juego, dejando al conjunto local el contragolpe, una de sus armas favoritas, que sin embargo básicamente nunca pudo utilizar, llegando al 45' sin ningún remate a puerta. Los azzurri, en cambio, se acercaron varias veces a la portería de Alisson, y rompieron el partido tras 20 minutos: Mertens intentó una pared con Insigne, De Rossi desvió el pase, pero lo hizo entre los pies del Magnífico, que batió al meta rival con un chut raso. Fue su gol número 100 como futbolista profesional, el primero ante el Roma. A partir de entonces los napolitanos se aferraron al talento de su inspiradísimo número 24, que combinó con sus compañeros muchas veces, pero sin puntería.
Guión parecido en el primer tramo de la segunda mitad, con los napolitanos que seguían sin aprovechar las oportunidades que le concedía el Roma, dejándola muy viva en el partido. Con un solo gol de desventaja y jugando en su estadio, con el paso de los minutos, los de Di Francesco empezaron a crecer: en el 70' un paradón fenomenal de Reina desvió el balón en el palo tras un gran testarazo de Fazio (en la misma portería donde el español, el año pasado, protagonizó la que fue elegida como mejor parada del campeonato ante Perotti), y un cuarto de hora después Dzeko, con otro cabezazo y siempre tras un córner (que los de Sarri siguen sufriendo), golpeó el travesaño.
Las ocasiones y el cansancio de los visitantes aumentaron la intensidad de los romanisti, que siguieron apretando hasta el pitido final: Sarri reforzó su medular con Zielinski, Diawara y Rog, y los suyos supieron aguantar y hasta dormir el partido en sus últimos instantes, reduciendo los riesgos y llevándose bajo el Vesubio tres puntos que pueden cambiar la historia de su campeonato. Con cinco de ventaja sobre Juventus, Lazio e Inter (que mañana jugará el derbi) un pleno de victorias a la octava jornada y un equipo cada vez más solido y seguro de su fuerza, no pensar en el Scudetto se está haciendo imposible: los tifosi azzurri, que lo esperan desde 1990, ya sueñan.
Mirko Calemme
As
El Nápoles de Maurizio Sarri reforzó su liderato en la Serie A con una sufrida y fundamental victoria ante el Roma: en el Olímpico, un gol de Lorenzo Insigne y las paradas de Pepe Reina le entregaron a los partenopei su octavo triunfo liguero consecutivo, el número 13 considerando también los del curso pasado. En la primera mitad fueron los de Sarri a quedarse con el control del juego, dejando al conjunto local el contragolpe, una de sus armas favoritas, que sin embargo básicamente nunca pudo utilizar, llegando al 45' sin ningún remate a puerta. Los azzurri, en cambio, se acercaron varias veces a la portería de Alisson, y rompieron el partido tras 20 minutos: Mertens intentó una pared con Insigne, De Rossi desvió el pase, pero lo hizo entre los pies del Magnífico, que batió al meta rival con un chut raso. Fue su gol número 100 como futbolista profesional, el primero ante el Roma. A partir de entonces los napolitanos se aferraron al talento de su inspiradísimo número 24, que combinó con sus compañeros muchas veces, pero sin puntería.
Guión parecido en el primer tramo de la segunda mitad, con los napolitanos que seguían sin aprovechar las oportunidades que le concedía el Roma, dejándola muy viva en el partido. Con un solo gol de desventaja y jugando en su estadio, con el paso de los minutos, los de Di Francesco empezaron a crecer: en el 70' un paradón fenomenal de Reina desvió el balón en el palo tras un gran testarazo de Fazio (en la misma portería donde el español, el año pasado, protagonizó la que fue elegida como mejor parada del campeonato ante Perotti), y un cuarto de hora después Dzeko, con otro cabezazo y siempre tras un córner (que los de Sarri siguen sufriendo), golpeó el travesaño.
Las ocasiones y el cansancio de los visitantes aumentaron la intensidad de los romanisti, que siguieron apretando hasta el pitido final: Sarri reforzó su medular con Zielinski, Diawara y Rog, y los suyos supieron aguantar y hasta dormir el partido en sus últimos instantes, reduciendo los riesgos y llevándose bajo el Vesubio tres puntos que pueden cambiar la historia de su campeonato. Con cinco de ventaja sobre Juventus, Lazio e Inter (que mañana jugará el derbi) un pleno de victorias a la octava jornada y un equipo cada vez más solido y seguro de su fuerza, no pensar en el Scudetto se está haciendo imposible: los tifosi azzurri, que lo esperan desde 1990, ya sueñan.