El gobierno de Cataluña planea declarar la independencia y el Ejército español envió convoyes a Barcelona
Mientras la Guardia Civil y la policía del Gobierno nacional continúan siendo asediadas por manifestantes independentistas, el ministerio de Defensa traslada un cargamento de apoyo. El presidente catalán Carles Puigdemont dijo que su gobierno procedería con la separación de España "al final de esta semana o al principio de la próxima"
Infobae
El Ejército español envió a Cataluña un cargamento de apoyo para la Guardia Civil y la policía nacional como una medida de precaución ante las medidas de protesta que enfrentan los uniformados por parte de los independentistas catalanes.
La dura represión que desplegaron las fuerzas del Gobierno nacional durante el referéndum ilegal del último domingo motivó una serie de represalias contra sus más de 5.000 miembros desplazados a la región. Varios manifestantes se concentraron cerca de los hoteles y cuarteles donde pernoctaban los oficiales.
Ante la falta de solución del conflicto, el Ministerio de Defensa envió desde Zaragoza literas, cocinas y duchas al Destacamento de Apoyo Logístico de Sant Boi, en Barcelona, por si los agentes en algún punto necesitan reubicarse en el lugar. En ese sentido, aclararon que no se trata de un movimiento de tropas ni de material militar.
El despliegue extraordinario de agentes estaba previsto para que finalice este jueves, pero fuentes del Gobierno adelantaron que permanecerían en la región, por lo menos, hasta el martes 10. La administración catalana prevé declarar su independencia en los próximos días.
En su primera entrevista desde el referéndum independentista, el presidente catalán Carles Puigdemont dijo que su gobierno procedería con la separación de España “al final de esta semana o al principio de la próxima”.
Cuando se le preguntó qué haría si el gobierno español interviene y toma el control del de Cataluña, Puigdemont dijo que sería “un error” que cambiaría todo.
Las autoridades españolas insisten en que harán todo lo que esté en sus manos, junto con la Justicia, para impedir la independencia de Cataluña.
El Gobierno español acusó el martes al Ejecutivo regional catalán de alentar el acoso y los actos de “odio” hacia los policías nacionales y los guardias civiles. Según denunciaron, el presidente regional Carles Puigdemont fomentó el acoso a las fuerzas de seguridad, que han sido objeto de insultos y escraches.
Los propietarios de varios hoteles catalanes en los que se alojan estos días los agentes pidieron que los dejen, con argumentos tales como que habían sido amenazados de cierre por ayuntamientos gobernados por partidarios del secesionismo, aunque luego ambas partes lo negaron en un comunicado.
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El Ejército español envió a Cataluña un cargamento de apoyo para la Guardia Civil y la policía nacional como una medida de precaución ante las medidas de protesta que enfrentan los uniformados por parte de los independentistas catalanes.
La dura represión que desplegaron las fuerzas del Gobierno nacional durante el referéndum ilegal del último domingo motivó una serie de represalias contra sus más de 5.000 miembros desplazados a la región. Varios manifestantes se concentraron cerca de los hoteles y cuarteles donde pernoctaban los oficiales.
Ante la falta de solución del conflicto, el Ministerio de Defensa envió desde Zaragoza literas, cocinas y duchas al Destacamento de Apoyo Logístico de Sant Boi, en Barcelona, por si los agentes en algún punto necesitan reubicarse en el lugar. En ese sentido, aclararon que no se trata de un movimiento de tropas ni de material militar.
El despliegue extraordinario de agentes estaba previsto para que finalice este jueves, pero fuentes del Gobierno adelantaron que permanecerían en la región, por lo menos, hasta el martes 10. La administración catalana prevé declarar su independencia en los próximos días.
En su primera entrevista desde el referéndum independentista, el presidente catalán Carles Puigdemont dijo que su gobierno procedería con la separación de España “al final de esta semana o al principio de la próxima”.
Cuando se le preguntó qué haría si el gobierno español interviene y toma el control del de Cataluña, Puigdemont dijo que sería “un error” que cambiaría todo.
Las autoridades españolas insisten en que harán todo lo que esté en sus manos, junto con la Justicia, para impedir la independencia de Cataluña.
El Gobierno español acusó el martes al Ejecutivo regional catalán de alentar el acoso y los actos de “odio” hacia los policías nacionales y los guardias civiles. Según denunciaron, el presidente regional Carles Puigdemont fomentó el acoso a las fuerzas de seguridad, que han sido objeto de insultos y escraches.
Los propietarios de varios hoteles catalanes en los que se alojan estos días los agentes pidieron que los dejen, con argumentos tales como que habían sido amenazados de cierre por ayuntamientos gobernados por partidarios del secesionismo, aunque luego ambas partes lo negaron en un comunicado.