El Ejército turco y la exfilial de Al Qaeda se enfrentan en la frontera siria
Turquía despliega sus tropas en la frontera con Siria para implementar la zona de distensión acordada con Irán y Rusia
Andrés Mourenza
Natalia Sancha
Estambul / Beirut, El País
El Ejército turco y combatientes de la coalición Tahrir Al Sham (paraguas de facciones islamistas bajo el liderazgo de Fatá al Sham, antigua filial de Al Qaeda en Siria) se han enfrentado este domingo en la frontera siria. Miembros de Tahrir al Sham han disparado contra efectivos turcos cuando se disponían a retirar parte del muro que delimita la frontera entre ambos países. La batalla tiene lugar al tiempo que Ankara inició esta mañana el despliegue de sus efectivos y vehículos militares como primer paso para implementar el acuerdo sellado en septiembre entre Turquía, Irán y Rusia. El pacto prevé el establecimiento de una zona de distensión en la provincia de Idlib, la cuarta en todo el país.
Según la agencia de noticias turca DHA, este domingo tanques del Ejército turco lanzaron al menos siete obuses Firtina (155 mm) en dirección a la ciudad de Idlib, en manos de Tahrir al Sham y cuyos efectivos se cifran en 10.000 yihadistas, desde posiciones situadas en la montañosa frontera entre la provincia turca de Hatay y Siria. El objetivo del fuego de artillería es facilitar el avance de los miembros del Ejército Libre Sirio (ELS), aliado de Ankara. Combatientes de esta facción rebelde siria instruidos por militares turcos tomaron el sábado el puesto fronterizo de Bab el Hawa, hasta ahora en manos de Tahrir al Sham, y lo entregaron a las Fuerzas Armadas turcas, que se encargarán de su control y han prohibido por el momento el paso a civiles. Con dos millones y medio de civiles en la provincia de Idlib, Turquía teme una avalancha de refugiados en su territorio.
Por el momento, las fuerzas turcas no han penetrado en territorio sirio, pero la fortificación de la frontera continúa. Al menos 20 carros de combate y decenas de vehículos blindados han llegado en los últimos días a la localidad fronteriza de Reyhanli, en cuyos alrededores ya llevan un mes estacionadas dos brigadas de sus fuerzas especiales. Desde ahí, el Ejército turco apoyará a los rebeldes con su artillería y “si hace falta, también intervendrá la aviación”, según afirmó el comandante de las Fuerzas Aéreas de Turquía, Hasan Kuçukakyüz, quien se desplazó hasta la frontera para supervisar la operación.
Idlib se ha convertido en la última provincia siria totalmente bajo control insurrecto conforme las tropas regulares sirias junto a sus aliados han logrado reconquistar en el último año gran parte del territorio perdido. En los últimos meses, una serie de acuerdos entre Damasco y grupos opositores armados ha llevado a vaciar varias bolsas insurrectas del país (Alepo, Homs y la periferia Damascena) para trasvasar los combatientes a Idlib. Convertido en el cajón de sastre del heterogéneo bando insurrecto, el pasado mes de julio estallaron los primeros enfrenamientos intestinos por el control de Idlib entre la facción islamista Ahrar el Sham, avalada por Turquía, y Tahrir Al Sham. Los enfrentamientos se saldaron con una riada de muertos y la fusión del resto de grupos armados minoritarios de lado y lado de ambos contendientes.
Tras el acercamiento entre Turquía y Rusia, Ankara intenta acabar con la presencia de la antigua filial de Al Qaeda en Idlib -que tanto Damasco como Moscú excluyen de todo acuerdo- y con ello asentar a su aliado Ahrar el Sham como el primicial grupo armado. Según fuentes cercanas a esta facción, la zona de distensión acordada en Idlib se divide en tres zonas de influencia. Turquía, en tanto que valedora de los grupos rebeldes, sería la encargada de asegurar la franja occidental y fronteriza con su frontera. Mientras que, Irán y el gobierno de Damasco, harían lo propio al sureste con las tropas rusas interpuestas entre ambos bloques.
El Ejército turco y la exfilial de Al Qaeda se enfrentan en la frontera siria
Erdogan afirmó este domingo que “Rusia está apoyando la operación desde el aire ". Si no hay mayores contratiempos, los soldados turcos sólo entrarán en territorio sirio una vez que la avanzadilla de rebeldes sirios haya asegurado el terreno y, según el diario Hürriyet, se prevé un despliegue de 500 efectivos militares en 14 puntos diferentes de la provincia de Idlib cuyo cometido será mayormente de vigilancia y observación del alto el fuego en la zona de distensión acordada.
“Para Turquía esta operación es cuestión de asegurar su frontera frente a Al Qaeda pero también de frenar a las Unidades de Protección del Pueblo kurdas (YPG, por sus siglas en kurdo) en Afrin con el apoyo ruso”, valora en su cuenta de Twitter el experto Charles Lister, director del departamento de contraterrorismo del Middle East Institute. Ha sido precisamente el respaldo de Washington a las YPG en tanto que principal aliado en el terreno para combatir al Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en ingles) el que ha provocado un distanciamiento con Ankara y un vuelco en las alianzas regionales en el tablero sirio. Para Turquía, frenar el avance del YPG en su frontera sur -a quien tilda de grupo terrorista- se ha convertido en la prioridad número uno. Con el acercamiento entre Erdogan y su homólogo ruso, Vladímir Putin, el derrocamiento de Bachar el Asad ha quedado en un segundo plano.
Sin embargo, Nawar Oliver, investigador del Centro Omran de Estambul descarta que se produzcan nuevos enfrentamientos: “Tahrir el Sham y Turquía llevan días negociando porque a los yihadistas no les interesa el enfrentamiento ahora”, valora al teléfono y desde Turquía. “Pero todo depende de cómo evolucione las divisiones internas de Fatá al Sham, donde la parte de combatientes extranjeros más radicalizados están decididos a luchar”, acota.
La incertidumbre ante el estallido de nuevos enfrentamientos mantiene en vilo a los habitantes de Idlib, muchos desplazados de otras zonas del país. Cansados del férreo control impuesto por los hombres de Tahrir al Sham, las manifestaciones ciudadanas se multiplican. “Huimos de la pesadilla de Alepo para buscar un lugar más seguro. Ahora a la falta de servicios y a los bombardeos de los aviones del régimen nos exponemos a las luchas entre facciones”, se lamenta al teléfono y desde la ciudad de Idlib Barak, desplazada y madre de cuatro.
Andrés Mourenza
Natalia Sancha
Estambul / Beirut, El País
El Ejército turco y combatientes de la coalición Tahrir Al Sham (paraguas de facciones islamistas bajo el liderazgo de Fatá al Sham, antigua filial de Al Qaeda en Siria) se han enfrentado este domingo en la frontera siria. Miembros de Tahrir al Sham han disparado contra efectivos turcos cuando se disponían a retirar parte del muro que delimita la frontera entre ambos países. La batalla tiene lugar al tiempo que Ankara inició esta mañana el despliegue de sus efectivos y vehículos militares como primer paso para implementar el acuerdo sellado en septiembre entre Turquía, Irán y Rusia. El pacto prevé el establecimiento de una zona de distensión en la provincia de Idlib, la cuarta en todo el país.
Según la agencia de noticias turca DHA, este domingo tanques del Ejército turco lanzaron al menos siete obuses Firtina (155 mm) en dirección a la ciudad de Idlib, en manos de Tahrir al Sham y cuyos efectivos se cifran en 10.000 yihadistas, desde posiciones situadas en la montañosa frontera entre la provincia turca de Hatay y Siria. El objetivo del fuego de artillería es facilitar el avance de los miembros del Ejército Libre Sirio (ELS), aliado de Ankara. Combatientes de esta facción rebelde siria instruidos por militares turcos tomaron el sábado el puesto fronterizo de Bab el Hawa, hasta ahora en manos de Tahrir al Sham, y lo entregaron a las Fuerzas Armadas turcas, que se encargarán de su control y han prohibido por el momento el paso a civiles. Con dos millones y medio de civiles en la provincia de Idlib, Turquía teme una avalancha de refugiados en su territorio.
Por el momento, las fuerzas turcas no han penetrado en territorio sirio, pero la fortificación de la frontera continúa. Al menos 20 carros de combate y decenas de vehículos blindados han llegado en los últimos días a la localidad fronteriza de Reyhanli, en cuyos alrededores ya llevan un mes estacionadas dos brigadas de sus fuerzas especiales. Desde ahí, el Ejército turco apoyará a los rebeldes con su artillería y “si hace falta, también intervendrá la aviación”, según afirmó el comandante de las Fuerzas Aéreas de Turquía, Hasan Kuçukakyüz, quien se desplazó hasta la frontera para supervisar la operación.
Idlib se ha convertido en la última provincia siria totalmente bajo control insurrecto conforme las tropas regulares sirias junto a sus aliados han logrado reconquistar en el último año gran parte del territorio perdido. En los últimos meses, una serie de acuerdos entre Damasco y grupos opositores armados ha llevado a vaciar varias bolsas insurrectas del país (Alepo, Homs y la periferia Damascena) para trasvasar los combatientes a Idlib. Convertido en el cajón de sastre del heterogéneo bando insurrecto, el pasado mes de julio estallaron los primeros enfrenamientos intestinos por el control de Idlib entre la facción islamista Ahrar el Sham, avalada por Turquía, y Tahrir Al Sham. Los enfrentamientos se saldaron con una riada de muertos y la fusión del resto de grupos armados minoritarios de lado y lado de ambos contendientes.
Tras el acercamiento entre Turquía y Rusia, Ankara intenta acabar con la presencia de la antigua filial de Al Qaeda en Idlib -que tanto Damasco como Moscú excluyen de todo acuerdo- y con ello asentar a su aliado Ahrar el Sham como el primicial grupo armado. Según fuentes cercanas a esta facción, la zona de distensión acordada en Idlib se divide en tres zonas de influencia. Turquía, en tanto que valedora de los grupos rebeldes, sería la encargada de asegurar la franja occidental y fronteriza con su frontera. Mientras que, Irán y el gobierno de Damasco, harían lo propio al sureste con las tropas rusas interpuestas entre ambos bloques.
El Ejército turco y la exfilial de Al Qaeda se enfrentan en la frontera siria
Erdogan afirmó este domingo que “Rusia está apoyando la operación desde el aire ". Si no hay mayores contratiempos, los soldados turcos sólo entrarán en territorio sirio una vez que la avanzadilla de rebeldes sirios haya asegurado el terreno y, según el diario Hürriyet, se prevé un despliegue de 500 efectivos militares en 14 puntos diferentes de la provincia de Idlib cuyo cometido será mayormente de vigilancia y observación del alto el fuego en la zona de distensión acordada.
“Para Turquía esta operación es cuestión de asegurar su frontera frente a Al Qaeda pero también de frenar a las Unidades de Protección del Pueblo kurdas (YPG, por sus siglas en kurdo) en Afrin con el apoyo ruso”, valora en su cuenta de Twitter el experto Charles Lister, director del departamento de contraterrorismo del Middle East Institute. Ha sido precisamente el respaldo de Washington a las YPG en tanto que principal aliado en el terreno para combatir al Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en ingles) el que ha provocado un distanciamiento con Ankara y un vuelco en las alianzas regionales en el tablero sirio. Para Turquía, frenar el avance del YPG en su frontera sur -a quien tilda de grupo terrorista- se ha convertido en la prioridad número uno. Con el acercamiento entre Erdogan y su homólogo ruso, Vladímir Putin, el derrocamiento de Bachar el Asad ha quedado en un segundo plano.
Sin embargo, Nawar Oliver, investigador del Centro Omran de Estambul descarta que se produzcan nuevos enfrentamientos: “Tahrir el Sham y Turquía llevan días negociando porque a los yihadistas no les interesa el enfrentamiento ahora”, valora al teléfono y desde Turquía. “Pero todo depende de cómo evolucione las divisiones internas de Fatá al Sham, donde la parte de combatientes extranjeros más radicalizados están decididos a luchar”, acota.
La incertidumbre ante el estallido de nuevos enfrentamientos mantiene en vilo a los habitantes de Idlib, muchos desplazados de otras zonas del país. Cansados del férreo control impuesto por los hombres de Tahrir al Sham, las manifestaciones ciudadanas se multiplican. “Huimos de la pesadilla de Alepo para buscar un lugar más seguro. Ahora a la falta de servicios y a los bombardeos de los aviones del régimen nos exponemos a las luchas entre facciones”, se lamenta al teléfono y desde la ciudad de Idlib Barak, desplazada y madre de cuatro.