México busca a sus sobrevivientes en medio del horror en una escuela
Se pide silencio y quietud absoluta mientras un escaner térmico es introducido por una grieta de 45 centímetros de diámetro desde donde se logró tener contacto con una pequeña hace pocas horas.
AFP / México
Las labores de rescate continuaban este miércoles en la capital de México donde persiste la esperanza de rescatar con vida a personas atrapadas en decenas de edificios que se desplomaron con el violento sismo del martes, que mató a 225 personas, entre ellos 21 niños en una escuela derrumbada.
De los fallecidos, 94 eran de Ciudad de México, 71 del estado de Morelos, 43 en Puebla, 12 en Estado de México, 4 en Guerrero y 1 en Oaxaca, señaló el jefe de la Protección Civil, Luis Felipe Puente en Twitter.
Entre los fallecidos, figura una panameña, confirmó el gobierno del país centroamericano.
Con la luz del amanecer, que recién llegó alrededor de las 07H20 local, cientos de voluntarios se reincorporaron a las labores de remoción de escombros y de apoyo en el traslado de ayuda para los damnificados.
El alcalde capitalino Miguel Ángel Mancera actualizó la cifra de edificios derruidos, la que redujo a 39, tras primeros reportes que indicaban 45 edificios colapsados. Aseguró asimismo que salvo en unos cinco donde se determinó que no había personas atrapadas, se mantenían las labores de rescate.
"En todos los demás, absolutamente todos, estamos con un protocolo de búsqueda de personas", dijo Mancera a la cadena local Televisa.
Destacó que al menos 40 personas fueron rescatadas vivas de dos de los edificios colapsados y que unas 600 construcciones serán revisadas para verificar el estado de sus estructuras.
Tras el sismo del martes de 7,1 grados de magnitud, se han registrado 22 réplicas, la mayor de ellas de magnitud 4, mientras autoridades instaron a los residentes de edificios con daños a tomar precauciones.
"Si no se sienten seguros, la recomendación es no quedarse entonces en la vivienda", advirtió Carlos Valdés, director del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred).
Tamales y café
En un céntrico barrio de clase media donde se derrumbó un edificio de departamentos, vecinos, soldados y voluntarios esperaban que los rescatistas encuentren a alguien con vida antes de decidir demoler las ruinas con maquinaria pesada.
Mientras tanto, voluntarios ofrecían café y tamales como desayuno a los rescatistas, que comían entre los camiones y maquinaria pero también rodeados de muchos vecinos que tuvieron que dormir en la calle.
"Nos desalojaron a las 6 de la mañana, van a meter maquinaria pesada y el movimiento de la máquina puede hacer que se colapse el edificio de al lado", dijo Daniel Rebollo, vecino de la zona de 32 años, a la AFP.
La energía eléctrica ya había sido restablecida en un 85% de la capital mexicana, aunque la compañía estatal mantenía cortes en zonas que concentraron el mayor número de derrumbes y donde aún se efectuaban labores de rescate.
En los estados de Puebla y Morelos, donde se ubicó el epicentro del sismo, también continuaban las tareas de rescate en viviendas y construcciones destruidas.
Gobernadores estatales confirmaron que la energía eléctrica ya se había restablecido en más de 90%, aunque en el caso de Morelos, el segundo estado en víctimas, los graves daños materiales suponían un gran reto. "Hay que reconstruir parte importante de la ciudad de Jojutla, que fue destruida", dijo a la televisión local el gobernador Graco Ramírez.
Horror en la escuela
Pero el epicentro de la tragedia en la capital era el derrumbe de la escuela Enrique Rebsamen, localizada en el extremo sur. "Tenemos 26 muertos, de los cuales 5 son adultos y 21 niños (...) el número de personas atrapadas oscila entre 30 y 40", dijo a Televisa José Luis Vergara oficial mayor de la Armada de Guerra, quien coordina las tareas.
Los rescatistas trabajaron por la madrugada bajo la luz de generadores, pero la búsqueda es complicada debido a que la escuela, que de tres pisos se redujo a uno, amenaza con colapsar por completo.
Una periodista de AFP constató la presencia de al menos cinco madres que en la madrugada esperaban noticias de sus hijos en medio de gritos y llanto. También padres de los chicos ayudaban a remover los escombros, mientras se desplegaban perros entrenados para rescate y se utilizaban sofisticados instrumentos para detectar el más mínimo sonido entre el derrumbe.
AFP / México
Las labores de rescate continuaban este miércoles en la capital de México donde persiste la esperanza de rescatar con vida a personas atrapadas en decenas de edificios que se desplomaron con el violento sismo del martes, que mató a 225 personas, entre ellos 21 niños en una escuela derrumbada.
De los fallecidos, 94 eran de Ciudad de México, 71 del estado de Morelos, 43 en Puebla, 12 en Estado de México, 4 en Guerrero y 1 en Oaxaca, señaló el jefe de la Protección Civil, Luis Felipe Puente en Twitter.
Entre los fallecidos, figura una panameña, confirmó el gobierno del país centroamericano.
Con la luz del amanecer, que recién llegó alrededor de las 07H20 local, cientos de voluntarios se reincorporaron a las labores de remoción de escombros y de apoyo en el traslado de ayuda para los damnificados.
El alcalde capitalino Miguel Ángel Mancera actualizó la cifra de edificios derruidos, la que redujo a 39, tras primeros reportes que indicaban 45 edificios colapsados. Aseguró asimismo que salvo en unos cinco donde se determinó que no había personas atrapadas, se mantenían las labores de rescate.
"En todos los demás, absolutamente todos, estamos con un protocolo de búsqueda de personas", dijo Mancera a la cadena local Televisa.
Destacó que al menos 40 personas fueron rescatadas vivas de dos de los edificios colapsados y que unas 600 construcciones serán revisadas para verificar el estado de sus estructuras.
Tras el sismo del martes de 7,1 grados de magnitud, se han registrado 22 réplicas, la mayor de ellas de magnitud 4, mientras autoridades instaron a los residentes de edificios con daños a tomar precauciones.
"Si no se sienten seguros, la recomendación es no quedarse entonces en la vivienda", advirtió Carlos Valdés, director del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred).
Tamales y café
En un céntrico barrio de clase media donde se derrumbó un edificio de departamentos, vecinos, soldados y voluntarios esperaban que los rescatistas encuentren a alguien con vida antes de decidir demoler las ruinas con maquinaria pesada.
Mientras tanto, voluntarios ofrecían café y tamales como desayuno a los rescatistas, que comían entre los camiones y maquinaria pero también rodeados de muchos vecinos que tuvieron que dormir en la calle.
"Nos desalojaron a las 6 de la mañana, van a meter maquinaria pesada y el movimiento de la máquina puede hacer que se colapse el edificio de al lado", dijo Daniel Rebollo, vecino de la zona de 32 años, a la AFP.
La energía eléctrica ya había sido restablecida en un 85% de la capital mexicana, aunque la compañía estatal mantenía cortes en zonas que concentraron el mayor número de derrumbes y donde aún se efectuaban labores de rescate.
En los estados de Puebla y Morelos, donde se ubicó el epicentro del sismo, también continuaban las tareas de rescate en viviendas y construcciones destruidas.
Gobernadores estatales confirmaron que la energía eléctrica ya se había restablecido en más de 90%, aunque en el caso de Morelos, el segundo estado en víctimas, los graves daños materiales suponían un gran reto. "Hay que reconstruir parte importante de la ciudad de Jojutla, que fue destruida", dijo a la televisión local el gobernador Graco Ramírez.
Horror en la escuela
Pero el epicentro de la tragedia en la capital era el derrumbe de la escuela Enrique Rebsamen, localizada en el extremo sur. "Tenemos 26 muertos, de los cuales 5 son adultos y 21 niños (...) el número de personas atrapadas oscila entre 30 y 40", dijo a Televisa José Luis Vergara oficial mayor de la Armada de Guerra, quien coordina las tareas.
Los rescatistas trabajaron por la madrugada bajo la luz de generadores, pero la búsqueda es complicada debido a que la escuela, que de tres pisos se redujo a uno, amenaza con colapsar por completo.
Una periodista de AFP constató la presencia de al menos cinco madres que en la madrugada esperaban noticias de sus hijos en medio de gritos y llanto. También padres de los chicos ayudaban a remover los escombros, mientras se desplegaban perros entrenados para rescate y se utilizaban sofisticados instrumentos para detectar el más mínimo sonido entre el derrumbe.