McLaren ya solo piensa en Renault
El equipo británico ha decidido romper el contrato con Honda y trata de asociarse con el constructor francés
Oriol Puigdemont
Barcelona, El País
La aplastante victoria de Lewis Hamilton en Monza quedó empequeñecida por la infinidad de reuniones que tuvieron lugar el pasado fin de semana en el circuito italiano. El calendario ha entrado en la etapa en la que la mayoría de escuderías definen sus proyectos con vistas a la temporada que viene. De todas ellas, la que está más perdida y desesperada es McLaren, que ya se ha hartado de esperar a que lleguen las promesas de Honda y que ya ha decidido rescindir el contrato que todavía le une al constructor japonés. Más que una negociación es un salto mortal: al margen de las dos partes directamente implicadas hay dos más, Renault y Toro Rosso. La Fórmula 1 no puede permitirse que la segunda estructura con más éxitos de la historia del certamen siga arrastrándose penosamente como lo ha hecho los últimos dos años y medio, de modo que lo más probable es que la carambola termine cuadrando y que lo haga pronto.
A menos que las conversaciones lleguen a una vía muerta, algo que no parece probable, McLaren incorporará unidades de potencia Renault a partir de la temporada que viene, circunstancia que con la reglamentación vigente en la mano obligará a la empresa del rombo a dejar de servir a uno de los dos equipos (al margen de sí mismo) que tiene como clientes, Red Bull y Toro Rosso. En este contexto sería Toro Rosso quien se quedaría sin sus propulsores Renault por más que eso no sería lo peor, sino que seguramente pasaría a incorporar esos motores Honda que tantos dolores de cabeza han producido a Fernando Alonso y compañía. “El escenario ideal es ese en el que todo el mundo pueda sonreír al final. Pero para llegar a él Toro Rosso tiene que hacer su parte. Necesitamos saber qué haremos y hacia dónde iremos, porque ahora empezamos a tener un problema de falta de tiempo que afecta al diseño del coche del próximo año”, conviene Zak Brown, director ejecutivo de McLaren.
Mientras la escudería ultima el cambio de motor, Fernando Alonso sigue sin tener claro su futuro, aunque este lunes dio alguna pista en el programa El Hormiguero. "Hay que esperar a ver cómo se desarrolla la situación. Una de las opciones sobre la mesa es que cambien motor. Ellos tienen que tomar su decisión antes que yo la mía y tengo la intención de ser leal al equipo", dijo el asturiano, que piensa dar prioridad a McLaren por "todos los momentos difíciles" que han pasado juntos.
El futuro de Carlos Sainz
Los elementos que entran en esta enrevesada negociación son innumerables, y al margen del asturiano, también afectarían de un modo u otro a Carlos Sainz, que tiene ganas de cambiar de aires y las puertas de Renault abiertas.
El ascendente de Fernando Alonso en McLaren es total. De lo contrario sería imposible entender su ausencia en el Gran Premio de Mónaco para irse a correr las 500 Millas de Indianápolis en medio de una gran expectación. En esa misma línea hay que interpretar la decisión de desvincularse con Honda para ponerse en manos de Renault, la formación con la que se coronó dos veces campeón del mundo, en 2005 y 2006.
Sin embargo, existen dudas acerca de si la mejor alternativa para el español, que a sus 36 años encara su última etapa en la F-1, coincide con la mejor opción para McLaren, que teóricamente debería tener un recorrido mucho más largo. Además, la caja fuerte de Woking no está para muchas fiestas, y seguramente sus accionistas principales se cansarán de poner dinero.
Romper con Honda no solo significa poder disponer de más potencia y fiabilidad con vistas a la temporada de 2018, algo que por otro lado todavía está por ver. También implica renunciar a la tremenda inyección de dinero que llegaba desde la sede Japón, y a no pagar por sus componentes. A partir de ahora, se entiende que Renault querrá cobrar por su tecnología de la misma forma que lo hacía de Toro Rosso, y en ningún caso hacer frente a los casi 17 millones de euros anuales que Fernando Alonso percibe de Honda, la mitad de su sueldo anual.
Oriol Puigdemont
Barcelona, El País
La aplastante victoria de Lewis Hamilton en Monza quedó empequeñecida por la infinidad de reuniones que tuvieron lugar el pasado fin de semana en el circuito italiano. El calendario ha entrado en la etapa en la que la mayoría de escuderías definen sus proyectos con vistas a la temporada que viene. De todas ellas, la que está más perdida y desesperada es McLaren, que ya se ha hartado de esperar a que lleguen las promesas de Honda y que ya ha decidido rescindir el contrato que todavía le une al constructor japonés. Más que una negociación es un salto mortal: al margen de las dos partes directamente implicadas hay dos más, Renault y Toro Rosso. La Fórmula 1 no puede permitirse que la segunda estructura con más éxitos de la historia del certamen siga arrastrándose penosamente como lo ha hecho los últimos dos años y medio, de modo que lo más probable es que la carambola termine cuadrando y que lo haga pronto.
A menos que las conversaciones lleguen a una vía muerta, algo que no parece probable, McLaren incorporará unidades de potencia Renault a partir de la temporada que viene, circunstancia que con la reglamentación vigente en la mano obligará a la empresa del rombo a dejar de servir a uno de los dos equipos (al margen de sí mismo) que tiene como clientes, Red Bull y Toro Rosso. En este contexto sería Toro Rosso quien se quedaría sin sus propulsores Renault por más que eso no sería lo peor, sino que seguramente pasaría a incorporar esos motores Honda que tantos dolores de cabeza han producido a Fernando Alonso y compañía. “El escenario ideal es ese en el que todo el mundo pueda sonreír al final. Pero para llegar a él Toro Rosso tiene que hacer su parte. Necesitamos saber qué haremos y hacia dónde iremos, porque ahora empezamos a tener un problema de falta de tiempo que afecta al diseño del coche del próximo año”, conviene Zak Brown, director ejecutivo de McLaren.
Mientras la escudería ultima el cambio de motor, Fernando Alonso sigue sin tener claro su futuro, aunque este lunes dio alguna pista en el programa El Hormiguero. "Hay que esperar a ver cómo se desarrolla la situación. Una de las opciones sobre la mesa es que cambien motor. Ellos tienen que tomar su decisión antes que yo la mía y tengo la intención de ser leal al equipo", dijo el asturiano, que piensa dar prioridad a McLaren por "todos los momentos difíciles" que han pasado juntos.
El futuro de Carlos Sainz
Los elementos que entran en esta enrevesada negociación son innumerables, y al margen del asturiano, también afectarían de un modo u otro a Carlos Sainz, que tiene ganas de cambiar de aires y las puertas de Renault abiertas.
El ascendente de Fernando Alonso en McLaren es total. De lo contrario sería imposible entender su ausencia en el Gran Premio de Mónaco para irse a correr las 500 Millas de Indianápolis en medio de una gran expectación. En esa misma línea hay que interpretar la decisión de desvincularse con Honda para ponerse en manos de Renault, la formación con la que se coronó dos veces campeón del mundo, en 2005 y 2006.
Sin embargo, existen dudas acerca de si la mejor alternativa para el español, que a sus 36 años encara su última etapa en la F-1, coincide con la mejor opción para McLaren, que teóricamente debería tener un recorrido mucho más largo. Además, la caja fuerte de Woking no está para muchas fiestas, y seguramente sus accionistas principales se cansarán de poner dinero.
Romper con Honda no solo significa poder disponer de más potencia y fiabilidad con vistas a la temporada de 2018, algo que por otro lado todavía está por ver. También implica renunciar a la tremenda inyección de dinero que llegaba desde la sede Japón, y a no pagar por sus componentes. A partir de ahora, se entiende que Renault querrá cobrar por su tecnología de la misma forma que lo hacía de Toro Rosso, y en ningún caso hacer frente a los casi 17 millones de euros anuales que Fernando Alonso percibe de Honda, la mitad de su sueldo anual.