Los motivos del despido de Ancelotti: resultados, gestión...

La gota que colmó el vaso de la paciencia del Bayern con el italiano fue la dura derrota ante el PSG (3-0), pero este no ha sido el único motivo para destituirle...

Alberto P. Sierra
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El Bayern de Múnich es, sin duda, uno de los banquillos más difíciles de manejar en Europa. Conseguir el éxito en Baviera siempre es más difícil de lo que se antoja a priori. Un vestuario con muchos egos y complicado, una Bundesliga más competitiva de lo que parece además de una directiva exigente y que impone una complicada política de fichajes que les lleva a competir en inferioridad con los grandes transatlánticos del fútbol mundial son varias de los motivos por los que la 'etapa Carletto' ha llegado a su fin en Múnich. Willy Sagnol, una leyenda reciente del club bávaro se hará cargo de una plantilla que debe arrancar para no calificar la temporada de 'fracaso' cuando llegue a su fin.


Vestuario

Pasar de un entrenador tan metódico y obsesionado (en el mejor sentido del término) como Pep Guardiola a uno de la vieja escuela como Carletto se notó dentro del vestuario. Los jugadores del conjunto alemán pasaron de entrenamientos realmente complejos a ejercicios más simples y de más baja intensidad y la falta de 'mano dura' hizo que los pesos pesados estuviesen descontentos con Carletto. Dejó en el banquillo a Ribery o Robben, una conexión que dió muchos éxitos en el pasado y que parecía recuperar el año pasado. Además, el italiano criticó al extremo en público por su actitud después de ser sustituido en el encuentro contra el Anderlecht. Por si fuera poco, Lewandowski se revolvió a principio de temporada hablando de una posible salida. También influyó la retirada de Phillipp Lahm, capitán del club muniqués en la última década y hombre importante dentro y fuera del campo. Demasiada tensión en Sabener Strasse.

Resultados

El mal ambiente entre vestuario, entrenador y directiva se vio acentuada por los malos resultados desde el principio de temporada. El Bayern tuvo una pretemporada con uno resultados estrepitosos (0-4 contra el Milán, 0-3 contra el Liverpool) y salvó el primer compromiso importante por los pelos ganando la Supercopa contra el Dortmund en penaltis (2-2). En Bundesliga, competición que ha dominado el club bávaro batiendo su propio récord de campeonatos consecutivos, se estrelló a las primeras de cambio contra el Hoffenheim de Nagelsmann y empató contra el Wolfsburgo en casa, dando una ventaja de tres puntos a un Dortmund que está intratable en el campeonato doméstico (cinco victorias, un empate y solo un gol en contra). En Europa no mejoró demasiado. En el primer partido de fase de grupos le costó arrancar u un 3-0 en casa contra el Anderlecht y la goleada recibida en el Parque de los Príncipes fue la gota que colmó el vaso.

Presión

El entrenador italiano ha estado bajo el foco desde el inicio de temporada. Los resultados de la pretemporada, la sensación de empeoramiento del equipo respecto a las temporadas de Pep o las discrepancias en los métodos con la directiva le pusieron desde el principio de esta temporada en el disparadero. Sirva como ejemplo el caso 'Renato' publicado por Sport Bild este mes de septiembre. El medio alemán publicó que la razón real de la salida de Renato al Swansea era por indisciplina (retrasos a la hora de entrenar, sobre todo) además de darle las oportunidades de las que no gozaría en Múnich. Ancelotti no tomó cartas en el asunto y no trató de encauzar al jugador, lo que no gustó nada a la directiva. El italiano también recibió críticas públicas de viejas glorias del club. Que se filtrase su posible salida a China en invierno tampoco ayudó demasiado.

Fichajes

"No me sorprendería que el Bayern no ganara la Champions en diez años. Así avanza esto a causa de las sumas que se están pagando. Están el PSG, el Barcelona, el Real Madrid, los equipos ingleses. Tienen posibilidades y juegan sus cartas. Si el Bayern no hace algo, la distancia será mayor. Y ya es grande" decía Effenberg, leyenda del club bávaro, el pasado mes de agosto. La inflación del mercado futbolístico ha hecho que el Bayern pierda terreno en el apartado financiero respecto a otros grandes como Barcelona, Real Madrid, PSG o los grandes ingleses. La política de fichajes que impera en el Bayern (se someten a votación fichajes cuando superan cierta cuantía y se trata de no comprometer la economía del club) ha complicado que los bávaros se puedan hacer con los mejores jugadores disponibles en el mercado en una temporada de transición donde eran necesarios varios retoques. De fichajes del perfil de Lewandowsky, Ribéry o Robben se ha pasado a los Tolisso, Süle o Gnabry, jóvenes promesas aún alejadas del primer nivel y de las que se espera lo mejor. El fichaje estrella del Bayern fue un James Rodríguez que venía de una temporada sin continuidad a las órdenes de Zidane. Cedido con opción de compra, llegaba para volver a ser el mediapunta que fascinó en el Mundial de Brasil. De momento, el colombiano parece lejos de su mejor nivel y además, ha perdido a su principal valedor dentro del proyecto muniqués.

Herencia y declive del núcleo duro

Schwensteiger, Ribery, Robben o Lahm fueron piezas clave del último Bayern campeón de Europa que, o bien ya no están o la edad les ha hecho entrar en un declive esperado y que no se ha logrado cubrir con jugadores del mismo nivel. Las continuas y desafortunadas lesiones de Thiago, la apuesta fallada con Götze o Douglas Costa o el poco protagonismo de Kimmich tras la salida de Pep son parte de muchos factores que han complicado que el relevo generacional sea más plácido. Los jugadores que fueron importantes en los últimos éxitos necesitan relevos jóvenes y de primer nivel para mantener el dominio en Alemania y seguir estando entre los favoritos en Europa.

El estilo impuesto por Pep Guardiola en sus tres temporadas en Sabener Strasse ha marcado, sin duda, los próximos pasos a seguir por el Bayern y un entrenador nuevo y joven como Tuchel (que está libre) ya ha sonado para hacerse con los mandos y seguir con la herencia táctica y exitosa del técnico de Santpedor. De momento, el timón está en manos de Willy Sagnol. Y la nave ya zozobra.

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