Irma arrasa el Caribe y Florida se prepara para una catástrofe
El mayor huracán de la historia del Atlántico ha dejado hasta el momento 10 muertos y 23 heridos. Se dirige hacia Cuba y Florida, a donde se prevé que llegue el fin de semana con Miami en el ojo de la tempestad
Pablo de Llano
Miami, El País
Florida se prepara para una catástrofe de dimensiones incalculables. Irma, el mayor huracán de la historia del Atlántico, cruza desde el miércoles el Caribe arrasando las islas que se encuentra a su paso y sigue su trayectoria hacia la península de EE UU, a donde se prevé que llegue el fin de semana con Miami en el ojo de la tempestad.
Irma ha dejado hasta el momento 10 muertos y 23 heridos y ni siquiera ha impactado de lleno contra ningún territorio mayor. A Puerto Rico, solo con rozarlo, lo ha dejado con tres cuartas partes del territorio sin energía eléctrica y al menos tres fallecidos. Santo Domingo y Haití se han visto afectados pero Irma ha pasado todavía más lejos de ellos. Cuba y Bahamas podrían ser los primeros en recibir este viernes el puñetazo directo del aterrador vórtice de Irma, con vientos sostenidos de hasta 295 kilómetros por hora y descargas de lluvia torrenciales.
Pero los modelos de predicción apuntan a que Florida será el destino del impacto total del huracán, la tierra contra la que se vaya de frente el sábado por la tarde entrando por los cayos –evacuados el miércoles– y envolviendo el domingo toda la costa este del sur de la península, poniendo bajo peligro extremo a los seis millones de residentes de la zona metropolitana de Miami, paralela al océano.
El condado de Miami-Dade ha ordenado este jueves la evacuación obligatoria de 100.000 vecinos de los barrios que bordean el mar y planeaba la de otras zonas más tierra adentro pero también expuestas al mar y que sumarían casi medio millón de personas. El director de la Agencia de Gestión de Emergencias, Brock Long, ha afirmado que la costa de Florida “nunca ha experimentado un huracán como este” y ha pronosticado que será “realmente devastador”. El presidente Donald Trump se ha mostrado este jueves “muy preocupado” y ha dicho que EE UU “está todo lo preparado que era posible”. Hace solo una semana el huracán Harvey asoló Texas con catastróficas inundaciones.
Georgia ordena la evacuación de sus costas
El gobernador de Georgia, Nathan Deal, ordenó este jueves la evacuación obligatoria de la ciudad de Savannah y otras zonas costeras de este Estado del sur de Estados Unidos a partir de mañana, ante el arribo del poderoso huracán Irma.
Deal anunció además el despliegue de 5.000 efectivos de la Guardia Nacional. Se estima que se lanzarán llamamientos similares para Carolina del Sur y Carolina del Norte en las próximas horas.
El titular de la Agencia Federal para la Gestión de Emergencias (FEMA), Brock Long, urgió a los residentes de los Estados del sureste del país a atender las órdenes de evacuación, ante la aproximación de este huracán de categoría 5 que ya causó muerte y destrucción en el Caribe y se espera que azote Florida el fin de semana. “Este es un huracán [de proporción] nuclear, deben irse de la playa, deben irse de la playa”, insistió Long.
En Florida, concretamente en Miami, el gran temor también es el agua. Se trata de un territorio a ras de mar y cada año que pasa, con el nivel del océano subiendo lento pero sin pausa, es más proclive a las inundaciones. Nadie es capaz de prever qué puede ocurrir en lugares como la famosa isla de Miami Beach o en Cayo Vizcaíno, zonas habitadas y con un altísimo valor patrimonial y económico, si el vórtice de Irma se estrella contra ellas con su actual categoría de fuerza cinco –máximo grado ciclónico– o con nivel cuatro, lo más que se calcula que se degrade antes de llegar.
Las autoridades tienen en marcha un formidable despliegue de recursos federales, estatales y locales para auxiliar a la población, desde albergues preparados del sur al norte de Florida hasta 7.000 reservistas de la Guardia Nacional alistados para actuar desde este mismo viernes y un centenar de helicópteros de rescate.
Según estimaciones de analistas de desastres, los costes de Irma en Florida podrían pasar de los 200.000 millones de dólares, más que el huracán Katrina. El agua y los vientos podrían machacar áreas con enorme concentración de riqueza como Miami, Fort Lauderdale o West Palm Beach, donde está la mansión Mar-a-Lago de Trump.
El ejemplo más palpable de lo que puede hacer Irma son las pequeñas islas orientales del Caribe. El 95% de Barbuda, golpeada por el ojo del tifón, quedó arrasado. “Me dan ganas de llorar”, dijo su primer ministro Gaston Brown. Allí se había registrado solo un muerto. En San Martín y en San Bartolomé, también demolidas por el viento e inundadas, hubo al menos cuatro fallecidos. En estas tres islas todavía continúan los trabajos en buscar de cadáveres.
El caso de Puerto Rico también ilustra la fuerza descomunal de Irma, pero de modo indirecto. El centro del huracán pasó a 80 kilómetros de su costa y eso fue suficiente para causar al menos tres muertes, obligar a 7.000 puertorriqueños a refugiarse en albergues y dejar sin electricidad a un millón de personas y sin agua corriente a 220.000 en un país que, aún encima, atraviesa la peor crisis de su historia, en bancarrota y con una deuda que supera los 120.000 millones de dólares.
República Dominicana y Haití sufrieron menos el paso del huracán este jueves por la mañana. En Dominicana se puso en alerta roja casi todo el país y miles de turistas fueron trasladados a las regiones de la isla más seguras. En Haití, donde murieron más de 500 personas en 2016 al paso del huracán Matthew, se abrieron 793 refugios.
Cuba, que espera a Irma este viernes, ha activado sus mecanismos de protección civil en el oriente y en el centro de la isla y se mantiene en máxima alerta en vista de que el centro del huracán podría azotar directamente su territorio. De ahí, Irma subirá hacia Florida, la península a la que parece destinado su monstruoso poder.
Pablo de Llano
Miami, El País
Florida se prepara para una catástrofe de dimensiones incalculables. Irma, el mayor huracán de la historia del Atlántico, cruza desde el miércoles el Caribe arrasando las islas que se encuentra a su paso y sigue su trayectoria hacia la península de EE UU, a donde se prevé que llegue el fin de semana con Miami en el ojo de la tempestad.
Irma ha dejado hasta el momento 10 muertos y 23 heridos y ni siquiera ha impactado de lleno contra ningún territorio mayor. A Puerto Rico, solo con rozarlo, lo ha dejado con tres cuartas partes del territorio sin energía eléctrica y al menos tres fallecidos. Santo Domingo y Haití se han visto afectados pero Irma ha pasado todavía más lejos de ellos. Cuba y Bahamas podrían ser los primeros en recibir este viernes el puñetazo directo del aterrador vórtice de Irma, con vientos sostenidos de hasta 295 kilómetros por hora y descargas de lluvia torrenciales.
Pero los modelos de predicción apuntan a que Florida será el destino del impacto total del huracán, la tierra contra la que se vaya de frente el sábado por la tarde entrando por los cayos –evacuados el miércoles– y envolviendo el domingo toda la costa este del sur de la península, poniendo bajo peligro extremo a los seis millones de residentes de la zona metropolitana de Miami, paralela al océano.
El condado de Miami-Dade ha ordenado este jueves la evacuación obligatoria de 100.000 vecinos de los barrios que bordean el mar y planeaba la de otras zonas más tierra adentro pero también expuestas al mar y que sumarían casi medio millón de personas. El director de la Agencia de Gestión de Emergencias, Brock Long, ha afirmado que la costa de Florida “nunca ha experimentado un huracán como este” y ha pronosticado que será “realmente devastador”. El presidente Donald Trump se ha mostrado este jueves “muy preocupado” y ha dicho que EE UU “está todo lo preparado que era posible”. Hace solo una semana el huracán Harvey asoló Texas con catastróficas inundaciones.
Georgia ordena la evacuación de sus costas
El gobernador de Georgia, Nathan Deal, ordenó este jueves la evacuación obligatoria de la ciudad de Savannah y otras zonas costeras de este Estado del sur de Estados Unidos a partir de mañana, ante el arribo del poderoso huracán Irma.
Deal anunció además el despliegue de 5.000 efectivos de la Guardia Nacional. Se estima que se lanzarán llamamientos similares para Carolina del Sur y Carolina del Norte en las próximas horas.
El titular de la Agencia Federal para la Gestión de Emergencias (FEMA), Brock Long, urgió a los residentes de los Estados del sureste del país a atender las órdenes de evacuación, ante la aproximación de este huracán de categoría 5 que ya causó muerte y destrucción en el Caribe y se espera que azote Florida el fin de semana. “Este es un huracán [de proporción] nuclear, deben irse de la playa, deben irse de la playa”, insistió Long.
En Florida, concretamente en Miami, el gran temor también es el agua. Se trata de un territorio a ras de mar y cada año que pasa, con el nivel del océano subiendo lento pero sin pausa, es más proclive a las inundaciones. Nadie es capaz de prever qué puede ocurrir en lugares como la famosa isla de Miami Beach o en Cayo Vizcaíno, zonas habitadas y con un altísimo valor patrimonial y económico, si el vórtice de Irma se estrella contra ellas con su actual categoría de fuerza cinco –máximo grado ciclónico– o con nivel cuatro, lo más que se calcula que se degrade antes de llegar.
Las autoridades tienen en marcha un formidable despliegue de recursos federales, estatales y locales para auxiliar a la población, desde albergues preparados del sur al norte de Florida hasta 7.000 reservistas de la Guardia Nacional alistados para actuar desde este mismo viernes y un centenar de helicópteros de rescate.
Según estimaciones de analistas de desastres, los costes de Irma en Florida podrían pasar de los 200.000 millones de dólares, más que el huracán Katrina. El agua y los vientos podrían machacar áreas con enorme concentración de riqueza como Miami, Fort Lauderdale o West Palm Beach, donde está la mansión Mar-a-Lago de Trump.
El ejemplo más palpable de lo que puede hacer Irma son las pequeñas islas orientales del Caribe. El 95% de Barbuda, golpeada por el ojo del tifón, quedó arrasado. “Me dan ganas de llorar”, dijo su primer ministro Gaston Brown. Allí se había registrado solo un muerto. En San Martín y en San Bartolomé, también demolidas por el viento e inundadas, hubo al menos cuatro fallecidos. En estas tres islas todavía continúan los trabajos en buscar de cadáveres.
El caso de Puerto Rico también ilustra la fuerza descomunal de Irma, pero de modo indirecto. El centro del huracán pasó a 80 kilómetros de su costa y eso fue suficiente para causar al menos tres muertes, obligar a 7.000 puertorriqueños a refugiarse en albergues y dejar sin electricidad a un millón de personas y sin agua corriente a 220.000 en un país que, aún encima, atraviesa la peor crisis de su historia, en bancarrota y con una deuda que supera los 120.000 millones de dólares.
República Dominicana y Haití sufrieron menos el paso del huracán este jueves por la mañana. En Dominicana se puso en alerta roja casi todo el país y miles de turistas fueron trasladados a las regiones de la isla más seguras. En Haití, donde murieron más de 500 personas en 2016 al paso del huracán Matthew, se abrieron 793 refugios.
Cuba, que espera a Irma este viernes, ha activado sus mecanismos de protección civil en el oriente y en el centro de la isla y se mantiene en máxima alerta en vista de que el centro del huracán podría azotar directamente su territorio. De ahí, Irma subirá hacia Florida, la península a la que parece destinado su monstruoso poder.