El Nápoles patina en Ucrania
El equipo de Sarri se vio sorprendido por los goles de Taison y Facundo Ferreyra. El tanto de Milik no fue suficiente para puntuar ante el Shakhtar.
Mirko Calemme
As
Tras un comienzo de temporada perfecto, con cinco victorias aplastantes en cinco enfrentamientos oficiales, el Nápoles cayó en su estreno de la fase de grupos de Champions en el OSK Metalist Stadion, ante un Shakhtar que empezó muy enchufado y, sufriendo, supo llevarse los tres puntos. Sarri decidió apostar en su ataque por Arkadiusz Milik, dejando en el banquillo a Dries Mertens, con Diawara, Zielinski y Hamsik en el mediocampo. Sin embargo, los napolitanos no fueron capaces de mostrar su habitual juego, sufriendo muchísimo las llegadas de los extremos de Fonseca, Ismaily y Srna.
Tras apenas un cuarto de hora, los locales lograron la merecida ventaja: Taison completó una pared con Ferreyra, aprovechó un rebote con Zielinski y con un zurdazo cruzado batió a Reina. Los sureños crecieron con el paso del tiempo, pero Pyatov, con una gran parada, le negó a Insigne el empate, que había buscado con su típica rosca.
Los italianos empezaron la reanudación acercándose con más insistencia a la portería rival, aunque seguían fallando una gran cantidad de pases, concediendo varios contragolpes a sus rivales. En uno de ellos, un grandísimo centro de Stepanenko engañó a Reina y llegó a la cabeza de Ferreyra, que empujó el esférico entre palos con la cabeza.
En su momento más difícil Sarri decidió, por fin, sacar a Mertens, autor en el pasado curso de 34 tantos. El belga cambió totalmente el ritmo de los suyos y en el 72', con una jugada personal, forzó un penalti que realizó Milik. A partir de entonces, pasó de todo: el Nápoles tuvo varias ocasiones para completar la remontada (justo Milik desperdició una enorme), y el Shakhtar pudo sentenciar (Ferreryra golpeó el palo con un testarazo). Al final, los ucranianos supieron aguantar hasta el minuto 96 y llevarse un triunfo vital para creer en la clasificación. Los azzurri, ahora, tendrán que remontar.
Mirko Calemme
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Tras un comienzo de temporada perfecto, con cinco victorias aplastantes en cinco enfrentamientos oficiales, el Nápoles cayó en su estreno de la fase de grupos de Champions en el OSK Metalist Stadion, ante un Shakhtar que empezó muy enchufado y, sufriendo, supo llevarse los tres puntos. Sarri decidió apostar en su ataque por Arkadiusz Milik, dejando en el banquillo a Dries Mertens, con Diawara, Zielinski y Hamsik en el mediocampo. Sin embargo, los napolitanos no fueron capaces de mostrar su habitual juego, sufriendo muchísimo las llegadas de los extremos de Fonseca, Ismaily y Srna.
Tras apenas un cuarto de hora, los locales lograron la merecida ventaja: Taison completó una pared con Ferreyra, aprovechó un rebote con Zielinski y con un zurdazo cruzado batió a Reina. Los sureños crecieron con el paso del tiempo, pero Pyatov, con una gran parada, le negó a Insigne el empate, que había buscado con su típica rosca.
Los italianos empezaron la reanudación acercándose con más insistencia a la portería rival, aunque seguían fallando una gran cantidad de pases, concediendo varios contragolpes a sus rivales. En uno de ellos, un grandísimo centro de Stepanenko engañó a Reina y llegó a la cabeza de Ferreyra, que empujó el esférico entre palos con la cabeza.
En su momento más difícil Sarri decidió, por fin, sacar a Mertens, autor en el pasado curso de 34 tantos. El belga cambió totalmente el ritmo de los suyos y en el 72', con una jugada personal, forzó un penalti que realizó Milik. A partir de entonces, pasó de todo: el Nápoles tuvo varias ocasiones para completar la remontada (justo Milik desperdició una enorme), y el Shakhtar pudo sentenciar (Ferreryra golpeó el palo con un testarazo). Al final, los ucranianos supieron aguantar hasta el minuto 96 y llevarse un triunfo vital para creer en la clasificación. Los azzurri, ahora, tendrán que remontar.