El Leipzig se estrena con un empate ante el Mónaco

Semifinalista en la última Champions, se tuvo que conformar con sumar un punto tras el tanto de Tielemans, un minuto después del de Forsberg.

José Carlos Menzel
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Fue un día histórico en Leipzig. El RB, revelación de la temporada pasada en Alemania, jugaba su primer partido en la máxima competición europea y se estrenaba ante todo un Mónaco. Sin Keita, el ancla en el centro del campo germano, la revelación del curso pasado en la Bundesliga logró quedarse con un punto que al final probablemente le supiera a demasiado poco ya que Augustin tuvo el tanto de la victoria an sus botas a pocos instantes del final.


El choque en el Red Bull Arena comenzó con cierta precaución en ambos lados. El conjunto galo, consciente de la verticalidad del equipo dirigido por Ralph Hasenhüttl, no quería precipitarse en ataque y a los locales les pudo el nerviosismo de estar disputando el primer partido de Champions en toda su historia. Mucha circulación y poca intensidad fue lo que vieron los 41.000 espectadores en el este de Alemania en los primeros compases de partido.

La cosa cambió cuando Werner, delantero de moda en Alemania que ya suena como fichaje para el Real Madrid, empezó a encontrar los espacios en la zaga francesa y el segundo clasificado de la Bundesliga pasada empezó a filtrar pases en profundidad. El Mónaco lo intentaba a la contra, pero el verdadero peligro estaba en las botas de Werner que estuvo a punto de subir el primero al marcador tras un córner peinado por Poulsen. Le faltó un número de pie.

Los toros rojos, eufóricos al sentir el aliento de su gente, siguieron a lo suyo y finalmente obtuvieron la recompensa tras una jugada marca de la casa. Un despeje de Halstenberg pasó por Poulsen y terminó en las botas de Forsberg, que hizo lo que caracteriza a este equipo desde que dio en salto a la Bundesliga un año atrás: buscar portería. Nada más pisar el área, el jugador sueco lanzó un disparo que se coló entre Benaglio y el palo y desató la locura en Leipzig.

Fue un tanto histórico, el primero del RB en la Champions League. Pero en esta competición los errores se pagan muy caros y el Leipzig pagó el suyo. Tan solo un minuto después de ponerse por delante en el marcador, un centro pilló a la zaga teutona desordenada y Telamans puso las tablas, batiendo a Gulacsi al segundo intento.

La locura de esos dos minutos influenció el resto del partido. El Leipzig no se atrevía y el Monaco, sin creatividad a la hora de armar sus ataques, no encontraba a Falcao que tampoco lanzó demasiados desmarques. El partido había vuelto a convertirse en un espejo de los primeros minutos. No había profundidad y todo era una simple aglomeración de jugadores en el círculo central. Hasta que, de repente, Augustin se escapó, recibió en profundidad y encaró a Benaglio ocho minutos antes del pitido final. El francés le hubiera podido ceder el cuero a Werner, pero decidió disparar. No acertó.

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