El huracán María toca tierra en el Caribe con fuerza máxima y Puerto Rico lo espera en alerta roja
El gobernador alerta de que este ciclón puede ser "más devastador que Irma" en su isla
Pablo de Llano
Miami, El País
El huracán María se ha convertido, de manera súbita, en un aterrador monstruo ciclónico con fuerza 5 que amenaza con machacar el Caribe siguiendo la estela destructora de Irma. El lunes por la mañana su potencia subió a fuerza 3, por la tarde a 4 y al anocher a 5 –nivel máximo, peligro extremo– con vientos sostenidos de 257 kilómetros por hora. Este lunes por la noche María ha empezado a golpear comenzando por la isla de Dominica, una de las Antillas menores. El pronóstico del Centro Nacional de Huracanes de EE UU es que el nuevo buldózer meteorológico entre a la región este martes por el archipiélago del este del Caribe y golpee el miércoles a Islas Vírgenes y Puerto Rico.
Las proyecciones de la ruta de María indican por el momento que no impactará contra la península de Florida ni contra el resto de la costa Este de EE UU, pero su trayectoría podría variar.
El gobernador puertorriqueño, Ricardo Rosselló, declaró este lunes por la mañana el estado de emergencia. El mandatario ha dicho que este nuevo ciclón será "más devastador que Irma" para su territorio. Irma pasó a unos 80 kilómetros de la costa de Puerto Rico y aún así su coletazo desde lejos dejó al menos tres muertos y a un millón de boricuas sin electricidad. María, que tiene menos tamaño que Irma pero similar intensidad, parece que lo golpeará directamente. La isla, de tres millones y medio de habitantes, prevé abrir 450 refugios con capacidad para 62.000 personas.
"Todo Puerto Rico va a sentir condiciones huracanadas", ha advertido Rosselló, que ha dado orden de iniciar ya la evacuación de las zonas costeras más expuestas. "Tienen que empezar los desalojos desde ya", ha urgido el gobernador. El huracán podría traer inundaciones por lluvias de medio metro de alto y ser más dañino que otros que impactaron fuerte en la isla como Hugo en 1989 o George en 1998. Tras el reguero de destrozos y pérdidas ocasionados por Irma, María asoma como un posible golpe fatal a un país sumido en la mayor crisis de su historia con 120.000 millones de dólares de deuda. La semana pasada el gobernador Rosselló avanzó que antes de que termine septiembre podría visitar la isla (Estado Libre Asociado a EE UU) el presidente Donald Trump.
"La tormenta podría ser catastrófica para nuestra isla", ha dicho a Associated Press Ernesto Morales, del Servicio Meteorológico de Puero Rico, que afirma que María afectará a "todo el país".
Otro tormento para las Antillas menores
El resto de islas del Caribe, devastadas por Irma a principios de septiembre, también se prepara para la llegada de María, que amenaza primero a Dominica, a las islas francesas de Guadalupe y Martinica, a Saint Kitts y Nevis y a Montserrat (Reino Unido). "Rezamos por la misericordia de Dios", decía por Twitter este lunes el canciller de St. Kitts y Nevis, Mark Brantley.
El Centro Nacional de Huracanes ha afirmado que María podría producir "una peligrosa tormenta y olas grandes y destructivas" que elevarían los niveles del mar en 1,2 a 1,8 metros cuando pase por las islas de Sotavento. Además ha pronosticado inundaciones por lluvia de hasta 51 centímetros en dichas islas, en Puerto Rico y en las islas Vírgenes Británicas y estadounidenses el miércoles por la noche.
Un comunicado del servicio de meteorología francés Météo France advierte de que las olas provocadas por el huracán María pueden llegar hasta 10 metros y pronostica que sus lluvias serán torrenciales. "La amenaza debe ser tomada muy en serio", alerta la agencia francesa.
La alerta de huracán también incluye a la isla de Martinica, Antigua y Barbuda, Saba y San Eustaquio y Santa Lucía. Barbuda fue diezmada por el huracán Irma el 5 y 6 de septiembre. Fue la primera isla del Caribe en recibir a ese ciclón de categoría cinco. Alrededor de 40 personas murieron al paso de Irma por el Caribe antes de golpear Florida, donde murieron al menos 20 personas más.
Un segundo huracán, José, también está activo en el Atlántico y ha motivado alertas de tormenta tropical en el noreste de Estados Unidos.
Pablo de Llano
Miami, El País
El huracán María se ha convertido, de manera súbita, en un aterrador monstruo ciclónico con fuerza 5 que amenaza con machacar el Caribe siguiendo la estela destructora de Irma. El lunes por la mañana su potencia subió a fuerza 3, por la tarde a 4 y al anocher a 5 –nivel máximo, peligro extremo– con vientos sostenidos de 257 kilómetros por hora. Este lunes por la noche María ha empezado a golpear comenzando por la isla de Dominica, una de las Antillas menores. El pronóstico del Centro Nacional de Huracanes de EE UU es que el nuevo buldózer meteorológico entre a la región este martes por el archipiélago del este del Caribe y golpee el miércoles a Islas Vírgenes y Puerto Rico.
Las proyecciones de la ruta de María indican por el momento que no impactará contra la península de Florida ni contra el resto de la costa Este de EE UU, pero su trayectoría podría variar.
El gobernador puertorriqueño, Ricardo Rosselló, declaró este lunes por la mañana el estado de emergencia. El mandatario ha dicho que este nuevo ciclón será "más devastador que Irma" para su territorio. Irma pasó a unos 80 kilómetros de la costa de Puerto Rico y aún así su coletazo desde lejos dejó al menos tres muertos y a un millón de boricuas sin electricidad. María, que tiene menos tamaño que Irma pero similar intensidad, parece que lo golpeará directamente. La isla, de tres millones y medio de habitantes, prevé abrir 450 refugios con capacidad para 62.000 personas.
"Todo Puerto Rico va a sentir condiciones huracanadas", ha advertido Rosselló, que ha dado orden de iniciar ya la evacuación de las zonas costeras más expuestas. "Tienen que empezar los desalojos desde ya", ha urgido el gobernador. El huracán podría traer inundaciones por lluvias de medio metro de alto y ser más dañino que otros que impactaron fuerte en la isla como Hugo en 1989 o George en 1998. Tras el reguero de destrozos y pérdidas ocasionados por Irma, María asoma como un posible golpe fatal a un país sumido en la mayor crisis de su historia con 120.000 millones de dólares de deuda. La semana pasada el gobernador Rosselló avanzó que antes de que termine septiembre podría visitar la isla (Estado Libre Asociado a EE UU) el presidente Donald Trump.
"La tormenta podría ser catastrófica para nuestra isla", ha dicho a Associated Press Ernesto Morales, del Servicio Meteorológico de Puero Rico, que afirma que María afectará a "todo el país".
Otro tormento para las Antillas menores
El resto de islas del Caribe, devastadas por Irma a principios de septiembre, también se prepara para la llegada de María, que amenaza primero a Dominica, a las islas francesas de Guadalupe y Martinica, a Saint Kitts y Nevis y a Montserrat (Reino Unido). "Rezamos por la misericordia de Dios", decía por Twitter este lunes el canciller de St. Kitts y Nevis, Mark Brantley.
El Centro Nacional de Huracanes ha afirmado que María podría producir "una peligrosa tormenta y olas grandes y destructivas" que elevarían los niveles del mar en 1,2 a 1,8 metros cuando pase por las islas de Sotavento. Además ha pronosticado inundaciones por lluvia de hasta 51 centímetros en dichas islas, en Puerto Rico y en las islas Vírgenes Británicas y estadounidenses el miércoles por la noche.
Un comunicado del servicio de meteorología francés Météo France advierte de que las olas provocadas por el huracán María pueden llegar hasta 10 metros y pronostica que sus lluvias serán torrenciales. "La amenaza debe ser tomada muy en serio", alerta la agencia francesa.
La alerta de huracán también incluye a la isla de Martinica, Antigua y Barbuda, Saba y San Eustaquio y Santa Lucía. Barbuda fue diezmada por el huracán Irma el 5 y 6 de septiembre. Fue la primera isla del Caribe en recibir a ese ciclón de categoría cinco. Alrededor de 40 personas murieron al paso de Irma por el Caribe antes de golpear Florida, donde murieron al menos 20 personas más.
Un segundo huracán, José, también está activo en el Atlántico y ha motivado alertas de tormenta tropical en el noreste de Estados Unidos.