El Gobierno de Irak amenaza a los kurdos con un embargo aéreo por el referéndum
Al Abadi les da 72 horas para entregar el control de los aeropuertos. El 90% votó sí a la independencia, según el canal Rudaw
Ángeles Espinosa
Erbil (Irak), El País
Mientras los kurdos iraquíes esperan los resultados oficiales del referéndum de independencia del lunes, su eco ya se ha sentido en toda la región. En contra de la propuesta del presidente regional, Masud Barzani, el Gobierno central se niega a negociar la posible secesión. Y el primer ministro le ha dado 72 horas para que entregue el control de los aeropuertos internacionales; si no lo hace, le impondrá un embargo aéreo, según ha informado la televisión estatal. Mientras Turquía subía el tono de su retórica, los kurdos de Irán se han manifestado en solidaridad con los hermanos iraquíes. Y el Gobierno de Siria, temeroso del contagio dada su vulnerabilidad, ha sugerido que podría contemplar una autonomía para su propia población kurda.
El triunfo del sí está garantizado. Quienes se oponían a la pertinencia de la consulta, simplemente no participaron. Sólo queda saber el grado de respaldo a la independencia, que según los datos avanzados por la cadena de televisión Rudaw supera el 90%. Algo más de 3,3 millones de electores acudieron a las urnas, de acuerdo con la Comisión Electoral, lo que deja la participación en el 72,16%. No obstante, en la provincia de Suleimaniya, feudo de la Unión Patriótica de Kurdistán (UPK), el rival del Partido Demócrata de Kurdistán (PDK) de Barzani, se quedó en un 50%.
Pero las cifras no conmueven a Bagdad. El primer ministro iraquí, Haider al Abadi, ha declarado este martes que su Gobierno no va hablar con el regional kurdo de los resultados del referéndum ni a abordar la secesión en el futuro. De poco sirve que Barzani haya subrayado que no va a declarar la independencia de inmediato y que quiere negociar la separación. Al Abadi, que se encuentra ante una gran presión de sus rivales políticos para mostrarse firme, ordenó la víspera, a instancias del Parlamento, el despliegue de las fuerzas de seguridad en las “zonas en disputa”.
Además en un gesto significativo, soldados iraquíes se han unido a unas maniobras militares que el Ejército turco lleva a cabo en la frontera común desde hace una semana. Desde su inicio, los observadores las han interpretado como una advertencia al Gobierno regional kurdo. Turquía, que cuenta entre su población con entre 15 y 20 millones de kurdos, ha sido categórica en su oposición al referéndum, a pesar de la alianza que mantiene con Barzani (relaciones comerciales y económicas a cambio de que no dé santuario a los independentistas kurdos turcos del PKK, Partido de los Trabajadores del Kurdistán).
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha amenazado con hacer pasar hambre a los kurdos iraquíes con las medidas que contempla como castigo. Tras acusar de “traidor” a Barzani por llevar a cabo la consulta a pesar de la oposición internacional, ha dicho que es hora de que “abandone esa aventura”. Aunque no ha precisado qué sanciones va a imponer, Erdogan mencionó el lunes la posibilidad de cerrar el oleoducto por el que sale el petróleo kurdo (fuente del 90% de los ingresos del Gobierno de Erbil) y frenar los camiones que cruzan la frontera común.
Los analistas dudan de que se llegue a tanto. Las intensas relaciones comerciales (1.400 empresas turcas operan en la región autónoma, la mayoría en la construcción). Turquía se beneficia de los ingresos del oleoducto y además está tratando de ofrecerse como un corredor fiable para las exportaciones de Oriente Próximo y Rusia. De hecho, algunos observadores opinan que la empresa rusa Rosnef, que recientemente ha firmado un contrato multimillonario con Erbil, no habría dado ese paso sin garantías turcas. Esa parece ser la apuesta de Barzani, aunque también es posible que el líder kurdo haya subestimado la preocupación que la eventual independencia despierta en Ankara y en Teherán.
Alentando esos temores, miles de kurdos iraníes se manifestaron el lunes por la noche en apoyo del referéndum celebrado al otro lado de la frontera. Aunque los medios locales (bajo control estatal) han guardado silencio, los vídeos difundidos en las redes sociales muestran gente coreando eslóganes nacionalistas y bailando en varias ciudades kurdas de Irán. Algunos iban enmascarados para no ser reconocidos. Se estima que hay entre 8 y 10 millones de kurdos en la República Islámica.
“El resultado de esta maniobra será el caos político en la región”, ha advertido Ali Akbar Velayati, ex ministro de Exteriores y principal consejero en esa materia del líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei. En contra de cualquier evidencia, Velayati ha acusado a Washington y Londres, los archienemigos de Teherán, de estar detrás del referéndum.
Incluso el debilitado Gobierno de Damasco ha visto las orejas al lobo. Siria también se ha opuesto a la consulta celebrada en el Kurdistán iraquí. Su ministro de Exteriores, Walid Muallem, lo ha reiterado, pero por primera vez ha abierto la puerta a debatir una posible autonomía de sus propios kurdos “dentro del marco de las fronteras del Estado”. En realidad los kurdos sirios, unos 2,5 millones, disfrutan de una autonomía de hecho desde que las fuerzas gubernamentales se retiraron de las tres provincias donde son mayoritarios dejando la seguridad en manos de milicias locales.
Ángeles Espinosa
Erbil (Irak), El País
Mientras los kurdos iraquíes esperan los resultados oficiales del referéndum de independencia del lunes, su eco ya se ha sentido en toda la región. En contra de la propuesta del presidente regional, Masud Barzani, el Gobierno central se niega a negociar la posible secesión. Y el primer ministro le ha dado 72 horas para que entregue el control de los aeropuertos internacionales; si no lo hace, le impondrá un embargo aéreo, según ha informado la televisión estatal. Mientras Turquía subía el tono de su retórica, los kurdos de Irán se han manifestado en solidaridad con los hermanos iraquíes. Y el Gobierno de Siria, temeroso del contagio dada su vulnerabilidad, ha sugerido que podría contemplar una autonomía para su propia población kurda.
El triunfo del sí está garantizado. Quienes se oponían a la pertinencia de la consulta, simplemente no participaron. Sólo queda saber el grado de respaldo a la independencia, que según los datos avanzados por la cadena de televisión Rudaw supera el 90%. Algo más de 3,3 millones de electores acudieron a las urnas, de acuerdo con la Comisión Electoral, lo que deja la participación en el 72,16%. No obstante, en la provincia de Suleimaniya, feudo de la Unión Patriótica de Kurdistán (UPK), el rival del Partido Demócrata de Kurdistán (PDK) de Barzani, se quedó en un 50%.
Pero las cifras no conmueven a Bagdad. El primer ministro iraquí, Haider al Abadi, ha declarado este martes que su Gobierno no va hablar con el regional kurdo de los resultados del referéndum ni a abordar la secesión en el futuro. De poco sirve que Barzani haya subrayado que no va a declarar la independencia de inmediato y que quiere negociar la separación. Al Abadi, que se encuentra ante una gran presión de sus rivales políticos para mostrarse firme, ordenó la víspera, a instancias del Parlamento, el despliegue de las fuerzas de seguridad en las “zonas en disputa”.
Además en un gesto significativo, soldados iraquíes se han unido a unas maniobras militares que el Ejército turco lleva a cabo en la frontera común desde hace una semana. Desde su inicio, los observadores las han interpretado como una advertencia al Gobierno regional kurdo. Turquía, que cuenta entre su población con entre 15 y 20 millones de kurdos, ha sido categórica en su oposición al referéndum, a pesar de la alianza que mantiene con Barzani (relaciones comerciales y económicas a cambio de que no dé santuario a los independentistas kurdos turcos del PKK, Partido de los Trabajadores del Kurdistán).
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha amenazado con hacer pasar hambre a los kurdos iraquíes con las medidas que contempla como castigo. Tras acusar de “traidor” a Barzani por llevar a cabo la consulta a pesar de la oposición internacional, ha dicho que es hora de que “abandone esa aventura”. Aunque no ha precisado qué sanciones va a imponer, Erdogan mencionó el lunes la posibilidad de cerrar el oleoducto por el que sale el petróleo kurdo (fuente del 90% de los ingresos del Gobierno de Erbil) y frenar los camiones que cruzan la frontera común.
Los analistas dudan de que se llegue a tanto. Las intensas relaciones comerciales (1.400 empresas turcas operan en la región autónoma, la mayoría en la construcción). Turquía se beneficia de los ingresos del oleoducto y además está tratando de ofrecerse como un corredor fiable para las exportaciones de Oriente Próximo y Rusia. De hecho, algunos observadores opinan que la empresa rusa Rosnef, que recientemente ha firmado un contrato multimillonario con Erbil, no habría dado ese paso sin garantías turcas. Esa parece ser la apuesta de Barzani, aunque también es posible que el líder kurdo haya subestimado la preocupación que la eventual independencia despierta en Ankara y en Teherán.
Alentando esos temores, miles de kurdos iraníes se manifestaron el lunes por la noche en apoyo del referéndum celebrado al otro lado de la frontera. Aunque los medios locales (bajo control estatal) han guardado silencio, los vídeos difundidos en las redes sociales muestran gente coreando eslóganes nacionalistas y bailando en varias ciudades kurdas de Irán. Algunos iban enmascarados para no ser reconocidos. Se estima que hay entre 8 y 10 millones de kurdos en la República Islámica.
“El resultado de esta maniobra será el caos político en la región”, ha advertido Ali Akbar Velayati, ex ministro de Exteriores y principal consejero en esa materia del líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei. En contra de cualquier evidencia, Velayati ha acusado a Washington y Londres, los archienemigos de Teherán, de estar detrás del referéndum.
Incluso el debilitado Gobierno de Damasco ha visto las orejas al lobo. Siria también se ha opuesto a la consulta celebrada en el Kurdistán iraquí. Su ministro de Exteriores, Walid Muallem, lo ha reiterado, pero por primera vez ha abierto la puerta a debatir una posible autonomía de sus propios kurdos “dentro del marco de las fronteras del Estado”. En realidad los kurdos sirios, unos 2,5 millones, disfrutan de una autonomía de hecho desde que las fuerzas gubernamentales se retiraron de las tres provincias donde son mayoritarios dejando la seguridad en manos de milicias locales.