El ADN desarma la versión que exculpaba a la policía por el desaparecido argentino
El Gobierno alentó una hipótesis alternativa de una pelea anterior que queda desactivada
Carlos E. Cué
Buenos Aires, El País
La Gendarmería argentina vuelve a ser la principal sospechosa como responsable de la desaparición de Santiago Maldonado, el artesano al que se le perdió la pista el 1 de agosto tras la represión en la Patagonia de una protesta mapuche en tierras del grupo Benetton. El Gobierno argentino alentó en la última semana una hipótesis alternativa para frenar la presión, pero la primera prueba de ADN la ha descartado por completo.
El Ejecutivo, y en especial la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que en todo momento ha defendido a la Gendarmería, alentó la hipótesis de que Maldonado podría haber sido herido el 21 de julio, en una disputa con uno de los trabajadores de Benetton durante la noche, cuando un grupo de mapuches asaltó la caseta en la que dormía. Este hombre aseguró que había herido con su cuchillo a uno de los encapuchados, y el Gobierno alentó la teoría de que este podía haber sido Maldonado, que finalmente podría haber muerto por esas heridas.
La teoría creció y algunos medios le dieron pábulo, acusando a los mapuches de haber ocultado el cuerpo y construir toda una operación para fingir que había sido secuestrado por la Gendarmería en una protesta en la que nunca habría participado. Esta teoría conspirativa empezó a debilitarse cuando habló el empleado de Benetton, también mapuche, y dijo que como hombre de campo él entiende de cuchillos y sabía que esa herida que provocó a su atacante no era mortal. Pero se mantuvo todavía viva en algunos medios y periodistas muy cercanos al Gobierno. La ministra incluso la planteó en sede parlamentaria. La prueba de ADN la ha descartados definitivamente: no son del Maldonado los restos encontrados en el lugar de la disputa, según la información ofrecida por el juzgado de Esquel a cargo del juez Guido Otranto, que dirige la investigación.
El juez ha encargado otras pruebas de ADN en las camionetas que la Gendarmería usó el día de la represión de la protesta y en las que, según los testimonios de algunos mapuches, habrían introducido a Maldonado. Cuando lleguen, en los próximos días, se podrá apuntar mejor hacia la hipótesis definitiva. El juez todavía no ha imputado a los agentes porque está a la espera de un indicio claro que los responsabilice. Ellos niegan tajantemente haber detenido a Maldonado pero las hipótesis alternativas van poco a poco diluyéndose.
Otra pista falsa, que planteaba la posibilidad de que el artesano estuviera en Chile o hubiera fallecido allí, también fue descartada por las autoridades chilenas después de un recorrido por las morgues de este país. Las hipótesis alternativas van poco a poco cayendo y se refuerza cada vez más la de la Gendarmería. Bullrich insiste en rechazar esta idea y defiende hasta el final a los gendarmes, un cuerpo clave en su batalla para intentar recuperar el control de la seguridad del país especialmente en la lucha contra el narcotráfico, pero en el Gobierno ya hay muchas dudas sobre la estrategia de la ministra.
Otros ministros creen que esa defensa a ultranza de la Gendarmería es suicida porque si se confirma que fueron ellos el Gobierno quedará atrapado. Si fuera así, la ministra sería la primera en caer. Pero de momento hay que esperar a las otras pruebas de ADN. La primera ha sido muy desfavorable para Bullrich, a la que la familia de Maldonado le exigió la dimisión en una multitudinaria manifestación el viernes que ha colocado el asunto como el tema principal de la política argentina en estos días, en plena campaña electoral.
Carlos E. Cué
Buenos Aires, El País
La Gendarmería argentina vuelve a ser la principal sospechosa como responsable de la desaparición de Santiago Maldonado, el artesano al que se le perdió la pista el 1 de agosto tras la represión en la Patagonia de una protesta mapuche en tierras del grupo Benetton. El Gobierno argentino alentó en la última semana una hipótesis alternativa para frenar la presión, pero la primera prueba de ADN la ha descartado por completo.
El Ejecutivo, y en especial la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que en todo momento ha defendido a la Gendarmería, alentó la hipótesis de que Maldonado podría haber sido herido el 21 de julio, en una disputa con uno de los trabajadores de Benetton durante la noche, cuando un grupo de mapuches asaltó la caseta en la que dormía. Este hombre aseguró que había herido con su cuchillo a uno de los encapuchados, y el Gobierno alentó la teoría de que este podía haber sido Maldonado, que finalmente podría haber muerto por esas heridas.
La teoría creció y algunos medios le dieron pábulo, acusando a los mapuches de haber ocultado el cuerpo y construir toda una operación para fingir que había sido secuestrado por la Gendarmería en una protesta en la que nunca habría participado. Esta teoría conspirativa empezó a debilitarse cuando habló el empleado de Benetton, también mapuche, y dijo que como hombre de campo él entiende de cuchillos y sabía que esa herida que provocó a su atacante no era mortal. Pero se mantuvo todavía viva en algunos medios y periodistas muy cercanos al Gobierno. La ministra incluso la planteó en sede parlamentaria. La prueba de ADN la ha descartados definitivamente: no son del Maldonado los restos encontrados en el lugar de la disputa, según la información ofrecida por el juzgado de Esquel a cargo del juez Guido Otranto, que dirige la investigación.
El juez ha encargado otras pruebas de ADN en las camionetas que la Gendarmería usó el día de la represión de la protesta y en las que, según los testimonios de algunos mapuches, habrían introducido a Maldonado. Cuando lleguen, en los próximos días, se podrá apuntar mejor hacia la hipótesis definitiva. El juez todavía no ha imputado a los agentes porque está a la espera de un indicio claro que los responsabilice. Ellos niegan tajantemente haber detenido a Maldonado pero las hipótesis alternativas van poco a poco diluyéndose.
Otra pista falsa, que planteaba la posibilidad de que el artesano estuviera en Chile o hubiera fallecido allí, también fue descartada por las autoridades chilenas después de un recorrido por las morgues de este país. Las hipótesis alternativas van poco a poco cayendo y se refuerza cada vez más la de la Gendarmería. Bullrich insiste en rechazar esta idea y defiende hasta el final a los gendarmes, un cuerpo clave en su batalla para intentar recuperar el control de la seguridad del país especialmente en la lucha contra el narcotráfico, pero en el Gobierno ya hay muchas dudas sobre la estrategia de la ministra.
Otros ministros creen que esa defensa a ultranza de la Gendarmería es suicida porque si se confirma que fueron ellos el Gobierno quedará atrapado. Si fuera así, la ministra sería la primera en caer. Pero de momento hay que esperar a las otras pruebas de ADN. La primera ha sido muy desfavorable para Bullrich, a la que la familia de Maldonado le exigió la dimisión en una multitudinaria manifestación el viernes que ha colocado el asunto como el tema principal de la política argentina en estos días, en plena campaña electoral.